Este artículo es muy importante para todo buscador de la verdad
Que no te asuste la extensión del mismo, si has llegado hasta aquí buscando esta información sobre el Maestro, debes completar la lectura en su totalidad.
Si sólo llegaste por curiosidad, sencillamente sigue curioseando.
DISCERNIR ENTRE UN VERDADERO MAESTRO Y UN PSEUDO-MAESTRO
El tema del maestro espiritual —al que algunos denominan también guru, jeque, roshi, lama o mentor— es uno de los más complejos de la espiritualidad contemporánea. Es por ello que, aunque sean muchas y muy importantes las ventajas de contar con un maestro espiritual, no están exentas de posibles desventajas, que lamentablemente son bastante más frecuentes de lo deseable. Este es un tema que deberían conocer muy bien los practicantes espirituales sinceros y entregados que aspiren a cultivar un discernimiento claro para poder discernir si necesitan o quieren o no un maestro, determinar los más eficaces y hacer un buen uso de ellos.
No todo el mundo puede tener un maestro espiritual. Cada camino es, en este sentido, diferente. Algunas personas son disciplinadas y su práctica se halla lo suficientemente asentada como para poder avanzar por su cuenta y riesgo, otros quieren avanzar espiritualmente, pero no sienten la necesidad de desarrollarse del modo en que lo indica un maestro espiritual y otros, por último, tienen una conexión profunda e inmediata con un guía interno. No todo el mundo comparte el mismo destino kármico de tener un maestro.
Ventajas de encontrar a un Maestro
Quizá la mayor de todas las ventajas de tener un maestro espiritual sea la posibilidad de que éste nos transmita la experiencia viva de la verdad. Hay maestros que tienen la capacidad de evocar, en sus discípulos, una experiencia directa de la Verdad o de lo Divino.
Otra de las funciones del maestro es la de transmitir al discípulo el cuerpo de enseñanzas o dharma. El maestro eficaz lleva muchos años estudiando y practicando el dharma y lo ha asimilado de un modo que resulte accesible para sus discípulos. Es por ello que puede ayudar a su discípulo a integrar principios dhármicos de un modo cultural y evolutiva-mente apropiado a su nivel de comprensión y a sus necesidades espirituales en un determinado momento.
Otra de las importantes funciones que puede desempeñar el maestro que se halla físicamente accesible gira en torno a la posibilidad de hacer comentarios directos a sus discípulos sobre su práctica espiritual. Es cierto que un maestro fallecido puede proporcionar un feedback sutil pero, para interpretarlo correctamente, el discípulo debe estar muy maduro. El maestro vivo puede, en ocasiones, proporcionar un importante modelado de cualidades espirituales, entre las que cabe destacar la sabiduría, la dignidad y la combatividad. Hay maestros que pueden ayudar a sus discípulos a ver, en su vida, posibilidades que les pasan inadvertidas
Dos tipos de Maestros
Debemos señalar la existencia de una distinción muy importante entre autoridades espirituales relativas y autoridades absolutas. La mayor parte de los maestros espirituales, aun los mejores, son autoridades espirituales relativas. Son personas que han logrado una comprensión profunda y que pueden ayudar mucho a los demás. También son personas que transmiten el dharma, ejemplifican muchos principios importantes y son muy diestros a la hora de ayudar a sus discípulos a profundizar en su sabiduría interior. Aunque algunas autoridades relativas transmiten poderosas experiencias espirituales, también están sujetas a muchos de los problemas que afectan a las personas normales y corrientes, como el divorcio, la depresión, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte de los seres queridos. Esos maestros, en su mayoría, tienen defectos humanos que distorsionan la calidad tanto de su transmisión como de sus enseñanzas.
Bastante más extrañas son las autoridades absolutas, que encarnan, en un grado ejemplar, lo que enseñan y han integrado plenamente el conocimiento superior al que han logrado acceder. Son personas muy poderosas y capaces de una fuerte transmisión. Pero, aun en el caso de tener la suerte o la bendición de conocer a tal individuo, todavía deberíamos aprender a mantener una relación sana con ellos, porque las autoridades espirituales absolutas siguen siendo seres humanos.
EL VERDADERO MAESTRO
“Cuando el discípulo esta preparado, aparece el maestro.”
Cuando un buscador encuentra a un Maestro, se considera triplemente afortunado. Él es humano, él está buscando la verdad y él ha encontrado un maestro. Esto es lo mejor que le puede ocurrir a cualquiera. Por lo tanto, el gran Iniciado Sankara dice: “Éste es tres veces afortunado”. El Maestro permite al estudiante navegar hacia la Verdad. Le ayuda como un guía. Él le amortigua las caídas. Él anima al estudiante cuando está desesperado. Él, de vez en cuando, acompaña al buscador en su viaje hacia la Verdad. El Maestro permanece con el buscador como un amigo en el que confiar. Pero el Maestro no deja que el estudiante se apoye demasiado en él. El Maestro capacita al estudiante para que se sostenga por sí mismo, le permite progresar, le sostiene cuando cae, lo restituye y le anima a caminar.
Muchas veces la gente se pregunta: “¿Es necesario un maestro para poder realizar la Verdad?”. A tal pregunta la respuesta es: “No”. Hasta que uno llega al segundo paso del discipulado no le surge la necesidad de un maestro. Surge de forma natural cuando uno se encuentra en un callejón sin salida. Cuando hay una situacion de bloqueo, necesitas a alguien para sobrepasarlo. El punto muerto no es aceptable para ningún ser. En ese momento se busca ayuda. Los maestros están disponibles sólo para aquellos que buscan progresar desesperadamente. A los que se ayudan a sí mismos se les deja avanzar hasta que se ven incapaces. Sólo en los momentos de crisis, de desamparo, los maestros ayudan. No están disponibles para ayudar en cada centímetro de movimiento.
La conexión del Maestro con el estudiante es de alma a alma. Él no interfiere en la personalidad del estudiante. Él deja la personalidad en las manos del estudiante, pero da
apoyo al alma. Es muy sutil y delicada la actividad de ayuda que hace el Maestro. Él no influye al estudian¬te. Él nunca controla al estudiante. Los Maestros que controlan e influyen no son verdaderos maestros. El verdadero Maestro informa y guía. Él nunca interfie¬re en la libertad del alma. Cuando se le invoca, el Maestro transmite su fuerza al alma que busca de forma que el alma con esta fuerza adicional maneja su vida, organiza la personalidad y progresa en la vida de alma con la cooperación de la personalidad. El regalo más preciado de Dios para un verdadero buscador es la aparición de un Maestro en su vida. El estudiante debería saber cómo interactuar con el Maestro, qué buscar del Maestro, qué no buscar, cómo no actuar con él. Si no, el Maestro se vuelve silencioso o incluso desaparece.
En Occidente existe una fuerte sensación de que no hay necesidad de un Maestro, que el verdadero buscador puede encontrar la verdad con su propia voluntad. Aunque eso sea verdad, es difícil y casi imposible. Hércules, Sócrates, Platón, Pitágoras y otros parecidos tuvieron sus Maestros. Muchas veces la naturaleza también juega un rol de maestro. El Maestro es como un guía en la oscura y peligrosa jungla, él sostiene la antorcha y conduce al estudiante. Caminar por la jungla por uno mismo es incierto, no puedes prever todos los peligros. Oriente sufre de excesiva confianza en el Maestro. Occidente sufre del orgullo de la autobúsqueda. El orgullo mismo se convierte en un gran impedimento para la verdad. El dorado camino del medio permite entender el propósito de un Maestro y conocer cómo interactuar con él. Personas así se realizarán. El Maestro es como una tabla de madera que te mantiene a flote en un viaje por el río.
El mundo es tan absorbente que el hombre tiende a divagar, no sólo en el plano físico, sino también en los planos emocional y mental. El Maestro hace las veces de ancla para con esta divagación sin rumbo. Igual que cuando un barco o una barca están anclados no se los lleva la corriente, los estudiantes que buscan al Señor no se ven arrastrados por millones de conceptos de sabiduría en la presencia de un Maestro. Inicialmente los estudiantes se vuelven locos con demasiados conceptos de sabiduría. Se emocionan y no hacen una adaptación sistematizada de los conceptos que les permita progresar. Permanecen sin rumbo y divagando en el océano de los conceptos de sabiduría. Se desplazan distraídamente sin una dirección concreta y se sienten especiales por la información que han reunido sobre conceptos de sabiduría. Confunden la información que reciben sobre variados conceptos de sabiduría como si fuera su conocimiento. Los conceptos tienen que vivirse, entonces la información se transforma en realización. Para esto se necesita a un Maestro.
Un Maestro de sabiduría imparte silencio, el discurso correcto, el pensamiento correcto y la acción correcta. El Maestro se asegura de que el estudiante se establezca en la consciencia. Cuando el estudiante piensa en establecerse en la consciencia de la personalidad, el Maestro no se lo permite. Establecerse en la consciencia del alma es de primordial importancia en lugar de establecerse en la consciencia de la personalidad. Las personalidades son inestables, el alma es estable. Por lo tanto, el Maestro enfatiza la comodidad de la consciencia del alma, pero no de la consciencia de la personalidad.
Un estudiante puede someter al maestro a su propio criterio de examen. Si le gusta el maestro y decide seguirle, él no debería volverse atrás. Antes de tomar una decisión, él tiene toda la libertad de ob¬servar al maestro. Pero, una vez ha decidido conscientemente seguirle, mejor hacerlo sin dudar. Si decide seguir y duda, esa duda atrapa al estudiante.
TRABAJAR CON TU VERDADERO MAESTRO
Trabajar con el Maestro es sin duda mágico, pero tiene sus propios retos. Gradualmente lleva al estudiante a transcender la personalidad en el alma. Los pasos a seguir pueden ser muy desafiantes. En tiempos de crisis el Maestro desaparece y se mantiene a distancia para observar cómo actúa el estudiante en crisis. Sólo el estudiante que encuentra al Maestro en su interior puede aguantarlo todo por él mismo en cada crisis. El Maestro retira el mecanismo de apoyo externo para que el mecanismo de apoyo interno se active por necesidad perentoria. “La necesidad es la madre de la inventiva”, dice un refrán inglés. “El hombre interno surge desde dentro cuando no hay apoyos a su alrededor”.
Muchos estudiantes piensan inicialmente que las iniciaciones son como dulces sueños. Pero ocurren en amargas crisis. Así fue con Jesús. Así fue con Buda. Así fue con Arjuna. Arjuna recibió su iniciación a las puertas de una guerra global. Las historias de las escrituras sagradas muchas veces dan esta pista. Os informo de esto no para asustaros, sino para poneros en una situación mejor, que es la de estar pre-informados.
Un estudiante se asienta en la mente. El Maestro proporciona herramientas para que el estudiante se eleve desde la mente y encuentre asiento en Buddhi. A partir de entonces, el estudiante puede visionar el camino que debe seguir hacia Dios.
El Maestro es el precursor. En todo momento el Maestro está por delante para asegurar la seguridad del estudiante en el camino. El Maestro va antes y el estudiante después en todo momento. El Maestro despeja el camino y el estudiante lo sigue con mucha facilidad. El estudiante no puede seguir al Maestro si es discontinuo en la práctica de la enseñanza dada por el Maestro. El estudiante puede permanecer alineado con el Maestro sólo cuando sigue la enseñanza en la rutina diaria. Sabed que la única conexión entre el Maestro y el estudiante es la enseñanza. Cuando el estudiante pasa por alto la enseñanza no puede permanecer alineado, no puede seguir el camino. Tal es la importancia de la enseñanza del Maestro.
Cuando prevalece el orgullo no se puede servir al Maestro, al Santo. El orgullo es el umbral más enorme que el ser humano debe cruzar. El orgullo se sostiene en el prejuicio. Cuando hay orgullo, el prejuicio está activo. El prejuicio tiende a juzgar. Tales juicios no tienen que ver con la justicia. No tienen que ver con las percepciones correctas. Las percepciones son equivocadas cuando hay orgullo. Cuando se hacen juicios con percepciones erróneas, esos juicios desorientan. Sólo cuando el alma prevalece sobre la personalidad, se tienen las percepciones correctas. La proximidad es una facilidad y también un impedimento. Es como estar cerca de una llama ardiendo. Es de ayuda cuando estamos atentos. También es peligroso porque puede quemar.
Por eso trabajar con un Maestro se compara a caminar sobre el filo de una navaja. Una ligera pérdida de atención puede conllevar una lesión grave. Las lentas y graduales transformaciones que un estudiante realizaría por el método de ensayo y error durante largos ciclos de tiempo, de repente alcanzan una velocidad inimaginable en la proximidad de un Maestro. Se dice que el aprendizaje y las transformaciones que son incluso difíciles de alcanzar con grandes esfuerzos en doce vidas, pueden conseguirse en un lapso de doce años cuando se está en la proximidad de un Maestro.
La luz también tiene la sombra a su lado. Una lámpara transmite mucha luz a su alrededor, pero debajo de la lámpara también está la sombra. Muchas veces, debido a la ilusión, cuando el estudiante sucumbe al orgullo de estar cerca del Maestro, se desliga de la luz transmitida por el Maestro y cae en la sombra
EL FALSO MAESTRO
Para ilustrar todo lo concerniente a los cientos de pseudo-maestros que arrastran a las gentes al engaño, la mentira y el error dejamos aquí esta pelicula-documental.
KUMARE, El falso profeta
Algunos datos de la película:
Vikram Gandhi es un joven cineasta graduado de la Universidad de Columbia (de padres indios pero nacido en Nueva Jersey).
Intrigado por la inmensa popularidad que tienen los gurús en la India y la fascinación que estos ejercen cada vez más en el Occidente, buscó descubrir qué hay detrás de esos “maestros espirituales”.
Comenzó a investigar y alarmado por la falsedad de muchos de ellos, se le ocurrió la idea de hacer un documental para demostrar que cualquiera puede hacerse pasar por gurú.
Para ello, comenzó por crearse una apariencia más convincente:
– buscó un pseudónimo exótico: “Sri Kumaré”,
– se dejó crecer el cabello y la barba,
– se vistió con la túnica tradicional anaranjada,
– modificó su inglés empleando el típico acento hindú,
– y para impresionar más, añadió un bastón con un símbolo parecido al mantra “OM”.
Para añadir más credibilidad, abrió una página web en donde: www.kumare.org (aun activa)
Da una presentación de él como guía espiritual
« Sri Kumaré es un venerado Maestro de Yoga, a menudo conocido por sus contemporáneos como Adarsha (“El Espejo”). Él es el portador actual de la antorcha divina del linaje Kumaré y un respetado y carismático maestro de la Ciencia del Yoga. Sri Kumaré es conocido por su energía juvenil, su filosofía transformadora, y su santa bendición. »
Un poco de su filosofía
« El personaje que ves en el espejo cada mañana puede ser muy convincente, pero no dejes que su imagen te defina. Debes de visualizar quien realmente quieres ser, emanarlo y volverlo una realidad. Toma el control de tu destino y podrás realizar lo que sea. »
(Incluso, hasta habla mejor que muchos otros gurús!)
Un resumen de sus enseñanzas
« El Programa de Sri Kumaré está constituido de 5 partes para profundizar en el “Mirror Yoga” y las enseñanzas esotéricas del Método Kumaré. Cada día se dedicará a una técnica física y espiritual de este proceso de 5 pasos que comienza con la Reflexión y culmina en la Revelación.
Día 1 – (Manana) Reflexión
Día 2 – (Mayakara) Imaginación
Día 3 – (Upakramah) Proyección
Día 4 – (Kriya) Promulgación
Día 5 – (Udguthana) Revelación
Obviamente todo eso es inventado, pero para hacerlo más convincente, puso también música oriental y fotos:
efectuando grandes poses de yoga, acompañado por monjes budistas y acompañando a otros “famosos” gurús.
Ya con su personaje de gurú preparado, Vikram Gandhi se fue a Arizona a buscar seguidores.
¿Y qué creen?
¡Los encontró!
Seguiré ampliando la información en los comentarios adjuntos según vaya apareciendo en mis investigaciones.