Ésta es una dimensión dual, formada por el Yin y el Yang.
Es la naturaleza de este mundo; una escuela en la que es necesaria la identificación (ego) para comprender nuestro verdadero Ser, y alcanzar estados superiores de consciencia.
Todo forma parte del Plan.
Mientras exista el tiempo, habrá dualidad. Y si hay dualidad, hay identificación; de aquí surge el “yo separado”.
¿La clave para dejar de vivir en la dualidad?
Simplemente vivir conscientemente en el momento presente, sin apegarse al tiempo. Y utilizar tu mente como una herramienta, pero siendo permanentemente consciente de que Tú eres lo que está más allá del pensamiento, de la identificación y del “yo”.
Muchas personas cometen el error de intentar cambiar este mundo, sin ser conscientes de que éste no es el camino a la liberación.
Cuando algunos logran sus objetivos, en la otra parte del mundo surgen conflictos. ¿Por qué? Porque todo debe estar en equilibrio.
Y así, en esta irrealidad dual, las fuerzas del Yin y el Yang se equilibran formando el Todo (Tao).
¿Cuál es el resultado de poner resistencia a lo que es?
Simplemente sufrimiento, apego y agotamiento.
Remar contracorriente conlleva un gran desgaste.
Entonces ¿cuál es la solución?
Comprender que tú no estás aquí para cambiar el mundo, sino que el mundo está aquí para cambiarte a ti.
Todo lo que venimos a hacer aquí es un aprendizaje que nos conduce a una comprensión de lo que realmente somos.
Mientras no tengamos esta visión, el mundo seguirá con su dualidad, ya que “como es adentro, es afuera”.
Todo lo que estás experimentando es una proyección de tu estado de consciencia. Y como tu estado de consciencia está interconectado con el estado de consciencia colectivo, podemos decir que es una dimensión con una consciencia colectiva dual; es decir, por una parte somos Esencia y por otra parte hay identificación con este mundo holográfico (Maya o matrix).
El gran trabajo que debe hacer cada individuo en particular es un trabajo interno, que consiste en tomar consciencia de esta identificación.
Una vez nos damos cuenta de que estamos apegados a este sueño (Maya o matrix), entonces podemos empezar el sendero que nos conduce a la liberación.
Y este camino no es nada más que el desidentificarse, desapegarse del “yo separado” y permanecer como Presencia.
Una vez logrado esto, el tiempo desaparece, y con él la dualidad.
Todos los esfuerzos que hagan ustedes por cambiar el mundo o las situaciones del exterior, serán en vano a menos que empiecen a trabajar su interior; la desidentificación, el ser conscientes de que
“Yo Soy aquello que está más allá de este sueño proyectado, de esta irrealidad holográfica a la que llamamos Maya”.
El mundo manifestado, este mundo proyectado, solo devendrá un lugar lleno de paz, cuando desaparezca el aferramiento propio (el apego al “yo separado”, a la identidad). Mientras tanto, seguiremos aquí, en esta escuela virtual y proyectada, experimentando nuestra propia dualidad.
Camino al Despertar