Todo es efímero 5/5 (1)

Unos guardias se presentaron ante el rey conduciendo a un hombre con aspecto de mendigo.

-¿Por qué traéis a este hombre? -preguntó el monarca.

-Majestad, no sabemos si es un loco o quiere ofenderos, pero dice que desea dormir en esta posada -contestó el jefe de la guardia.

-¿Cómo llamas posada a mi fabuloso palacio? -inquirió el rey al detenido.

-¿De quién era este lugar antes? -preguntó a su vez el mendigo.

-De mi padre.

-¿Y antes?

-De mi abuelo.

-¿Y antes aún?

-Del padre de mi abuelo.

-¿Y dónde están todos ellos ahora?

-Murieron.

– ¿Y cómo a un lugar donde van y vienen gentes de paso no lo llamáis posada?

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