Supongamos que juego al fútbol, me golpean y al terminar el partido vuelvo cojeando a mi casa. Estoy contento a pesar del dolor. Supongamos ahora que un dia me levanto por la mañana y me golpeo con la cama. El dolor y el malestar son enormes. Se trata del mismo golpe y el mismo dolor que tuve jugando al fútbol. Sin embargo, el del fútbol no duele tanto porque la actitud de disfrutar, divertirse y pasarlo bien hace que mi interpretación del dolor sea distinta.
La actitud se define como la manera en que interpretamos las diferentes circunstancias que nos toca enfrentar y respondemos ante ellas.
La actitud es algo muy poderoso, porque te levanta o te aplasta, te abre puertas o te las cierra. También es una elección, lo que significa que cada uno elige qué actitud va a adoptar ante una situación. Es nuestra tarjeta de presentación. Nuestra actitud determinará en gran medida el éxito que podamos tener en la familia, con los amigos, en el trabajo, en cualquier área de nuestra vida.
¿Cuántos árboles ves?
Cuando hay que resolver problemas es fundamental decidir «cómo me posiciono frente a ellos».
Es decir, si mis emociones me gobiernan o yo gobierno mis emociones.
- Si mis emociones me gobiernan, se produce la visión de embudo. Supongamos que me persigue un león, voy corriendo y me subo al primer árbol que veo (no necesariamente el mejor). Así sucede cuando tenemos ansiedad, solo vemos una opción. Si soy ansioso, solo veo el árbol (no hay alternativas) porque estoy parado en el miedo. La ansiedad me hace evaluar mal la realidad.
- Si estoy tranquilo, tiene lugar el embudo pero al revés. Ahora puedo ver todo el campo y tomar mejores decisiones. Veo el ataque, el peligro, y eso me permite ser reflexivo.
La vida se compone de un diez por ciento de situaciones y un noventa por ciento de actitudes, reacciones frente a eso que nos sucede; por tanto, tener la actitud correcta es fundamental para realizar nuestros objetivos.
Termómetro o termostato
Hay una diferencia importante entre ambos instrumentos: mientras que el termómetro sirve para medir la temperatura (de acuerdo al estímulo exterior que recibe indicará que la temperatura sube o baja), el termostato modifica la temperatura. En nuestra vida podemos ser como el termómetro, ver las circunstancias de manera pasiva, diciendo «esto es lo que me pasó», o podemos ser un termostato y cambiar ese clima afectivo. La primera actitud es reactiva: si me saludan, saludo; si me lo piden, hago; la segunda es proactiva, es decir, tomo la iniciativa.
En una oficina vi un cartel que expresaba esta idea:
NO SE ACEPTAN CARRETILLAS
«Si usted es una carretilla y va solamente hasta donde otros lo empujan, este trabajo no es para usted, así que no se moleste.»
Supongamos que existe un médico experto en determinada área de la medicina. Es un gran conocedor de un tema en particular y le gustaría ser invitado por los medios de comunicación cada vez que se aborda ese tema. Sin embargo, como nadie lo conoce, nadie lo llama. Así es como en este profesional se generan dos actitudes. Quiere estar en los medios para que la gente lo reconozca, para que sepan acerca de su conocimiento y de las investigaciones que ha hecho sobre el tema, pero a la vez, no actúa. Dentro del médico tiene lugar una lucha interior. ¿ Cómo la resuelve? Aceptando que sí le gustaría ser convocado por los medios para explayarse sobre su tema, adoptando una actitud proactiva: enviar su currículum y llamar a los productores para ofrecerse a disertar sobre ese tema cada vez que este se aborde.
Cómo transmitir una actitud correcta:
- Convéncete a ti mismo de lo que quieres comunicar.
Eres el primero que tiene que «comprar» tu proyecto. Nadie podrá creer en ti si no estás absolutamente convencido de lo que vas a comunicar. Supongamos que dos estudiantes van a hacer un examen. Uno de ellos estudió todo, sabe muy bien todos los temas, pero se pone nervioso y tiembla. Lo califican con un 7. El otro estudiante no sabe tanto, pero está seguro, sostiene la mirada de su profesor y se muestra relajado. A este estudiante lo califican con un 9. Todo lo que hacemos va acompañado de algo que también se evalúa: la actitud. Es normal que las responsabilidades nos provoquen tensión. Por ejemplo, un cirujano siente tensión al operar, pero no la vive como un problema, esa tensión no le hace dudar de su capacidad. Pero si la tensión es vivida con angustia, eso tiene que ver con la inseguridad.
- Sé conciso y breve.
Los americanos usan un método que consiste en presentar brevemente un proyecto o negocio en menos de dos minutos. Se llama el elevator pitch porque tenemos que elegir las palabras justas para lograr convencer a otra persona de nuestro proyecto en lo que dura un trayecto de tres pisos en ascensor. Tanto la síntesis del mensaje que se quiere comunicar como escuchar sin interrupción al otro traen cambios milagrosos.
- Sé empático.
Para lograr confianza es necesario ser empático y nunca agresivo, porque cuando somos agresivos podemos ganar la batalla, pero perdemos a largo plazo. Por ejemplo, imaginemos que soy del Madrid y mi amigo, del Barca, ¿cómo lo puedo convencer para que se pase a mi equipo? Veamos las alternativas:
- Siendo agresivo: «Tu equipo es un desastre, ¡nosotros somos mejores!» Tengamos presente esta máxima de la psicología: si reaccionamos mal es porque el tema lo estamos manejando mal. Si lo estuviéramos manejando bien, hablaríamos sin agresión.
- Siendo empático: «¿Cómo fue que te hiciste del Barça?», «¿Qué estilo de fútbol te gusta más?», «Los dos equipos tienen grandes jugadores», «¿Quién te gusta más, Cristiano o Messi?». Mostrar respeto siempre, a pesar de que no conozcamos al otro, traerá respeto, y es una gran actitud.
- Sé profesional.
¿Cómo podemos manejar mejor nuestras emociones? Teniendo claro nuestro rol. Imaginemos a una enfermera que tiene que lidiar con la muerte, la enfermedad, el dolor, etc. ¿Cómo hace para manejar esas emociones? Solo tiene que recordar que es una profesional. Eso le permite no verse como «la mamá del paciente», ya que si lo hiciera, no le podría ni poner una inyección dolorosa. En cambio, si recuerda su rol, eso le permitirá tomar una distancia objetiva para manejar sus emociones y así poder ayudar a su paciente.
«Yo pagaré a un hombre más por su actitud y capacidad de llevarse bien con los demás que por cualquier otra habilidad que pueda tener.»
- D. Rockefeller
PREGUNTAS
- ¿Para qué esforzarme por alcanzar mi sueño si todos dicen que no lo voy a lograr?
Hay personas que lograron lo que otros le dijeron que era imposible. Desarrolla una capacidad infinita para pasar por alto lo que otros creen que no se puede hacer.
- ¿Qué pasa si para corregir mis errores necesito mucho tiempo?
Los hombres que construyen el futuro son los que saben que las cosas más grandes todavía no han sucedido y que ellos mismos harán que sucedan. La mejora de uno mismo lleva tiempo, toda la vida, y requiere que trabajes las veinticuatro horas de todos los días del año. Cuando alguien te dice «Esto te llevará solo un minuto», no le creas, ¡no hay nada que tarde un minuto!, crecer tampoco.
Libro: Nudos mentales de B. Stamateas