Después de una larga entrevista a un ciego de nacimiento llegó la última pregunta:
En caso pudiese hablar con Dios, ¿Qué le pediría?, ¿Que le diera el don de la vista?. El ciego, quien reconocía los objetos palpándolos y con los brazos extendidos, le dijo que no, de ninguna manera. Si pudiera hablar con Dios, aclaró con determinación, le pediría “brazos más largos”.
Reflexión:
¿Porqué brazos más largos?, sencillo:
¿Pedirías tu a Dios algo que no conoces?, normalmente no, normalmente pedimos algo que conocemos pero mejorado o en abundancia.
Ahora bien, ¿pedirías la iluminación?, si, ¿cuál iluminación?, esta claro, la que tu crees que conoces. No ibas a pedir una iluminación que desconoces de la cual nada sabes, mas ocurre una cosa, la iluminación siempre es, y sera, desconocida, por lo tanto y como conclusión, NUNCA por nadie ANHELADA.
¿Podremos tener esto en cuenta algún día?. Ir detrás de la iluminación es ir detrás de otra creencia tuya.
