PROS:
Para abrir boca, ¿cómo defines el coaching para alguien que no tiene ni idea?
Es un proceso en el que el coach acompaña al cliente, al que llamamos coachee, a tomar conciencia de lo que le está pasando y le ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista. Esto le permite abrir nuevas posibilidades para hacer cosas diferentes, cosas que por sí mismo no se le habría ocurrido hacer.
Al coaching hay gente que lo acusa de querer ser psicología pero sin la carrera…
Siempre se tiende a comparar lo que no se conoce con realidades que uno tiene más a mano, y en este caso es cierto que se compara mucho con la psicología. La diferencia es que los psicólogos parten de que el cliente es un paciente, y que tiene un problema que por sí mismo no lo va a poder solucionar. Esto, que es así en los casos que tratan, es diferente en el coaching. Al coach le da igual el pasado, lo que queremos es entender dónde está la persona ahora y dónde quiere ir, y confiar en que puede hallar esta respuesta.
Otro prejuicio es el de “vendehumo”, el de que el coaching es ir y dar charlas de motivación, ¿es así?
Bueno, habrá alguno que esté en ese nivel, pero el buen proceso de coaching es individual. Por mucho que estas charlas te inspiren, si al salir sigues con tus automatismos de siempre, ahí no ha habido coaching. El proceso de coaching se basa en que toda persona tiene los recursos necesarios para conseguir sus objetivos, y muchas veces tiene algún talento que la propia persona no ha puesto en juego por X motivos.
¿Proceso de coaching? ¿en qué consiste?
Se le llama proceso porque consta de una serie de sesiones en las que el coach y el coachee trabajan sobre el reto que se plantea el cliente. O a veces primero hay que ver cuál es este reto, porque hay quien no sabe qué busca. Otros sí saben dónde quieren ir o qué quieren hacer pero no lo hacen. Eso es porque en el fondo, sin saberlo, están comprometidos con otra cosa que frena. El coaching sirve para sacar a la luz ese freno y, una vez visto, mirarlo desde otra perspectiva. Una vez hecho esto, se trata de ver hasta qué punto es algo con lo que la persona ya se siente cómoda o se pueden poner en marcha acciones que le van a hacer moverse.
Entonces, ¿no se dan consejos?
No, ese no es el trabajo del coach. El coach es un espejo, ha de ser un reflejo del interior de la persona. Si tú quieres ver bien un árbol y te pones justo debajo no lo vas a poder hacer, has de tomar distancia. Pasa igual contigo mismo: si quieres ver cosas en tu interior de las que además ni eres consciente, has de tomar distancia. Esta es básicamente la misión del coach. No es decirte lo que tienes que hacer sino ayudarte a que tú encuentres lo que te va mejor a ti.
El miedo a empezar un proceso de coaching es simplemente miedo a lo desconocido
Parece que el trabajo no lo hace el coach, sino el cliente…
De hecho dicen que el mejor coach es el que casi no habla… Es lo que te digo, la labor del coach es hacer de espejo: poner delante de la persona todas aquellas cosas que hace de forma automática e inconsciente y hacérselo evidente. El coachee tiene todos los recursos, y el coach es simplemente un generador de conciencia. Ahí puedes decir “y para eso necesitas un coach?” Pues sí, porque uno por sí mismo está ciego a esta serie de automatismos que sigue de forma inconsciente y de los que es muy difícil salir solo.
Decías que a la hora de marcar el objetivo o el reto hay quien lo tiene muy claro y quien no se lo ha planteado, ¿cuándo es mejor entrar en un proceso de coaching?
Muchas veces el primer punto de entrada a un coach es un momento de cambio: una persona que se prejubila, alguien que deja un trabajo que no le llena, un estudiante que acaba la carrera… En esos momentos, incluso saber qué quieres hacer es complicado, y en eso el coach te ayuda.
¿Ves que exista por parte de la gente alguna barrera mental o un prejuicio a la hora de entrar a recibir coaching?
Sí, pero también es miedo a lo desconocido. Hoy en día el coaching, que empezó como un método para acelerar el desarrollo profesional, sí que está más extendido en el ámbito empresarial. Está bastante aceptado que en este ámbito el coaching sirve para mejorar capacidades y talentos que no estás poniendo en juego, pero es cierto que a nivel personal aún es algo bastante desconocido. Yo lo comparo un poco -aquí sí- al tema de los psicólogos: hace unos años ir a un psicólogo era “estoy loco” y ahora ya no, ya está más normalizado. Es cuestión de que el coaching también se normalice.
¿Cuánto hace que existe el coaching?
Aquí en España hace como unos 15 años que llegó el coaching, pero en EEUU, en Inglaterra o en Sudamérica, sobre todo en Argentina, ya lleva bastante más tiempo. Empezó a gestarse en el mundo del deporte y ahora ya es una realidad común en estos países. Se ve como algo normal que alguien en algún momento de su vida requiera los servicios de un coach, y mi opinión personal es que a todo el mundo le iría de coña probarlo. No como algo permanente pero sí para determinados momentos en lo que te atascas y necesitas algo de perspectiva.
Ahora que mencionas que no ha de ser algo permanente, ¿cuánto dura un proceso de coaching?
Depende del objetivo o del reto, pero lo normal son entre 4 y 8 sesiones de una hora, con al menos 15 días de espacio entre una y otra. La primera fase es tomar conciencia y el proceso sigue con generar nuevas posibilidades, porque si no hay un plan de acción, el coaching no sirve de nada. Después hay un seguimiento de este plan de acción y, por último, un seguimiento más a largo plazo. Esto último es importante porque los automatismos siguen estando ahí, aunque ahora el coachee es consciente de ello.
Hablabas del ámbito profesional y el personal, ¿qué ámbitos abarca el coaching?
En sentido amplio estos dos, profesional y personal, pero dentro del personal hay mucha variedad. Entran temas de relaciones, de familia o incluso de amigos. También una parte muy importante es la de la comunicación, ya sea profesional o personal. Comunicación no solo referida a cómo hablar, que también, sino en sentido amplio. Después también hay coaching especializado en áreas más específicas: Salud, Nutrición, Creatividad…
Por último, decías que el coaching está muy aceptado en los círculos empresariales pero que abarca mucho más, ¿a alguien de 20 o 25 años, por ejemplo, le serviría de algo?
Es el momento de acabar la carrera, y es el momento en el que se puede hacer todo. El problema de alguien que ya tiene su vida profesional montada es que también hay más responsabilidades y cuesta más cambiar, pero al acabar la carrera y empezar la vida laboral es cuando hay más libertad. El coach puede ayudar tanto en el momento de hacer el trabajo de reflexión sobre qué es lo que uno realmente quiere hacer o, incluso si la meta está ya definida, en la preparación y en conseguir este objetivo.
Judith Sanz: Marketeer
CONTRAS:
Un análisis del fenómeno llamado coaching ontológico y sus pretensiones filosóficas.