Al llegar a este mundo nos entregan un cuerpo y un espíritu y también una misión que cumplir, porque nada existe en este mundo sin una razón importante.
Somos responsables de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu y de todo lo que hacemos o dejamos de hacer. Cuando somos pequeños nuestros padres cuidan de nosotros, pero apenas tomamos conciencia de la vida, comenzamos a ser responsables de nosotros mismos. Al principio, nuestra responsabilidades son pequeñas, pero importantes, porque comienzan a marcar las pautas de lo que seremos en el futuro. De esta forma, unos niños comienzan a tomar el camino del éxito, y otros, el camino del fracaso.
Si nos enseñaran desde niños que nuestra vida depende de nosotros, que todo lo que hacemos nos marca para siempre y que cada uno es artífice de su éxito o de su fracaso, seguro que nos esforzaríamos en hacer mejor las cosas, pero, como nos educan con muchas carencias intelectuales, afectivas, sociales, etc. aprendemos a vivir de forma inconsciente e irresponsable, hasta que llega el día en que las cosas se ponen difíciles y descubrimos que no estamos preparados para triunfar en la vida. Descubrimos que la vida es difícil y compleja, cuando en realidad, el problema no es la vida, sino nuestra incapacidad para resolver las cosas de forma eficaz.
Muchas personas, conscientes de sus fallas, tratan de subsanarlas, pero no es fácil recuperar el tiempo perdido, ni lograr desarrollos que debieron lograrse en el momento oportuno, por lo que, estas personas quedan condenadas a un sobre esfuerzo por el resto de su vida.
Otras personas se acostumbran a la mediocridad y nunca toman conciencia de su lamentable situación, y, otras personas, la mayoría, se dan cuenta de las oportunidades perdidas, pero están tan enredadas que no saben cómo superarse ni cómo salir de su situación, por lo cual, quedan condenadas a una frustración permanente.
La gente trata de olvidar, pero hay una conciencia que les recuerda constantemente que nacieron para triunfar y ser felices. Esta voz silenciosa les acompaña a todas partes convirtiéndose en su dolor y en su castigo.
El rostro y la mirada son la expresión del alma. El rostro es como un mapa en el que está dibujada la historia de nuestra vida, y la mirada es el reflejo del alma. A veces me quedo observando a la gente que pasa. Cada rostro es la historia de una vida. Mucha gente no expresa paz y felicidad, sino angustia y preocupación. Lo más triste es que, los niños, que se caracterizan por su alegría natural, hoy llevan dibujada en su rostro la angustia.
Qué hacer
No dejes tu vida en manos de nadie, porque es tu responsabilidad. Las personas que triunfan y son felices, se debe a que reaccionaron a tiempo y comenzaron a tomar el control de su vida. La única forma de tomar el control de la propia vida consiste en capacitarse y liberarse de toda forma de dependencia intelectual, afectiva, económica, laboral, etc. No se trata de ser una persona sola, sino de ser autosuficiente, de poder tomar las decisión correcta en cada momento.
Lo expuesto significa que nuestras relaciones afectivas, laborales, etc. no pueden estar condicionadas por el temor o la necesidad, porque entonces nos haríamos esclavos de alguien que puede utilizarnos y hacernos daño en algún momento. En cambio, si nuestras relaciones son libres, nadie podrá causarnos daño, porque podremos alejarnos cuando lo consideremos conveniente.
Son millones las personas sin trabajo, porque fueron educadas para el sometimiento, ahora, al cambiar las situación laboral carecen de iniciativa. Sus padres cometieron un error grave al no educarlas para la libertad y el emprendimiento.
Las personas ven cómo las empresas reducen personal y cómo muchos compañeros quedan sin trabajo, sin embargo, no piensan que las próximas víctimas pueden ser ellas. Tal es el nivel de alienación, inclusive entre personas con estudios.
Los mayores problemas políticos, económicos y sociales del mundo, se deben a personas autoritarias, corruptas, etc. pero, sobre todo, al sometimiento, a la pasividad y a la falta de auto respeto de la sociedad que acepta ser humillada y menospreciada. El día en que la mayoría de las personas tengan la suficiente dignidad, no aceptarán dictaduras, corrupción, ni injusticias.
Existen demasiadas personas parásitas, que un día perdieron el apoyo y luego lo han pagado muy caro a lo largo de su vida.
El hecho de que haya tantas personas inseguras se debe a que sienten que tienen muchas dependencias externas e internas y saben que el algún momento pueden fallar los apoyos. Esta sensación es causa de angustia constante.
No dejes tu vida en manos de nadie.
LIBRO: Decisiones oportunas y eficaces