Sri Nisargadatta Maharaj decía que aunque se puede afirmar que el mundo aparece, no se puede decir que Es. Lo que Es tiene verdadera existencia, mientras que lo que sólo aparece no es real. El poder de Maya hace aparecer este mundo y nos engaña haciendo que lo tomemos por real poniendo la ignorancia como un velo sobre el Sí Mismo. En la ignorancia, usted olvida su verdadera naturaleza como Sí Mismo y se toma por una entidad separada entre muchas otras. Mientras permanece ignorante del Sí Mismo, no puede ver a través del engaño de la aparente creación. La Auto-indagación, que conduce al Conocimiento de Sí Mismo, remueve esta ignorancia y con ello la ilusión de existencia como entidad separada.
y añadimos a estas letras:
Hemos dicho que el Ser es la realidad última de la creación y que está presente en todos los estratos de ella. Está presente en todas las formas, palabras, olores, sabores y objetos de tacto; en todo lo que se experimenta, en los sentidos de percepción y en los órganos de acción, en todos los fenómenos, en el que hace y en la obra hecha, en sodas las direcciones: norte, sur, este y oeste; en todo tiempo: pasado, presente y futuro, está uniformemente presente. Está presente delante del hombre, detrás de él y dentro de él, a su izquierda y a su derecha, encima de él, debajo de él y dentro de él. En sodas partes y en sodas las circunstancias, el Ser, el constituyen- te esencial de la creación, impregna sodas las cosas. Él es el Dios omnipresente para aquéllos que Lo conocen, Lo entienden, Lo sienten y Lo viven en sus vidas.
La totalidad de la creación es el campo de la conciencia en diferentes formas y fenómenos. La conciencia es la irradiación desde el centro del Ser puro. Por ejemplo, la corriente eléctrica llega a la lámpara y se esparce en forma de luz. A medida que el haz se aleja de su fuente, su intensidad disminuye hasta que alcanza un punto en que la luz puede decirse que es nula. De la misma forma, desde la batería inagotable del Ser, la conciencia de bienaventuranza se irradia y a medida que se aleja de su fuente su intensidad disminuye. De este modo la conciencia de bienaventuranza aparece en sodas las formas toscas y sutiles de la vida.
Aquellos cuyos corazones y mentes no están cultivados, cuya visión está limitada por lo que es obvio, sólo ven el valor superficial de la vida. Ellos no descubren más que cualidades de materia y energía. No perciben el Ser inocente, omnipresente y sempiterno, cuya suave presencia está más allá de cualquier grado relativo de ternura. Ellos no gozan del Ser todopoderoso en su estado inocente, inmutable, que está más allá de la fase obvia de las formas y fenómenos de materia y energía, de la mente y la individualidad.
El Ser puro es de naturaleza trascendental, debido a su condición de constituyente esencial del universo. Es más fino que lo más fino en la creación. Su naturaleza no es estar expuesto a los sentidos, los cuales están concebidos para transmitir sólo la experiencia de la realidad manifiesta de la vida. Y no está expuesto, de forma obvia, a la percepción de la mente porque la mente está en sumo grado relacionada con los sentidos. La constitución de la mente es tal que, para cualquier experiencia, tiene que asociarse con los sentidos y ponerse en contacto con el mundo exterior de las formas y los fenómenos.
La experiencia muestra que el Ser es la naturaleza esencial y básica de la mente. Pero, puesto que la mente, de ordinario, sigue armonizada con los sentidos, proyectándose hacia afuera, hacia los campos manifiestos de la creación, no acierta a apreciar su propia naturaleza esencial o fracasa en el intento, exactamente igual que los ojos son incapaces de verse a sí mismos. Todo, excepto los ojos mismos, puede ser visto a través de los ojos.
Del mismo modo, todas las cosas están basadas en la naturaleza esencial de la mente, que es Ser omnipresente; y sin embargo, en tanto que la mente está ocupa- da en el campo objetivo de la diversidad manifiesta, el Ser no es apreciado por la mente, aunque Él es su misma base y constituyente esencial. El Ser está en la raíz de todo, pero es como si estuviera sosteniendo la existencia de la vida y la creación sin ponerse a Sí mismo al descubierto. La gran dignidad, el gran esplendor de Su naturaleza inocente, todopoderosa, omnipresente.
ilusionLibro: Tu eres Él __Andrew Vernon
Libro: La ciencia del Ser y el arte de vivir___Maharishi Mahesh yogui