Aunque no queramos, no podemos por menos que sentir nuestra relación con el resto de la humanidad: estamos relacionados mediante la industria, el comercio, el arte, el conocimiento y, sobre todo, nuestra mortalidad compartida.
La gente bondadosa se ayuda mutuamente sin siquiera darse cuenta de ello, y la gente malvada se ataca a propósito. Proverbio chino.
Cada persona carga con su propio peso. No se puede vivir sin el apoyo de los demás. Por lo tanto, hemos de apoyarnos en el consuelo, el consejo y las advertencias mutuas. Del Libro de los Pensamientos Divinos.
Todos los hijos de Adán son miembros del mismo cuerpo. Cuando un miembro sufre, los demás sufren también. Si eres indiferente a los sufrimientos de los demás, no mereces ser llamado hombre. Muslih-ud-din Saadi.
La historia de la humanidad es el avance de los seres humanos hacia una unidad cada vez mayor.
León Tolstoi
UN LUGAR DE ECOS
El mundo es un lugar de ecos si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos.
El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado. Repito, si tiene algún motivo ulterior, vuestro amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de limites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.
Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar
en ello, es algo automático. Odiad, y os odiarán. Amad, y os amarán.
Osho