Hay personas que asumen la responsabilidad de tomar decisiones en nombre de otras y de determinar su relación con Dios y con el mundo. Y hay personas, la abrumadora mayoría, que ceden esta autoridad a otras, y creen ciegamente en todo lo que les dicen. Ambos grupos cometen el mismo delito.
Somos como niños, que al principio repetimos la indudable «verdad» que nos han contado nuestras abuelas, después la «verdad» que nos han contado nuestros profesores, y más tarde, cuando nos hacemos viejos, la «verdad» que nos ha contado gente importante. Según Ralph Waldo Emerson.
Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis. Mateo 7, 15-20.
Un hombre debería hacer uso de la herencia espiritual que ha recibido de las personas sabias y santas del pasado, pero debería analizarlo todo con su inteligencia, aceptando ciertas cosas y rechazando otras.
Toda persona debería definirse en junción de su actitud hacia este mundo y hacia Dios.
León Tolstoi
SENTIMIENTOS DE CULPA
Todas las cosas acontecen juntas. Si os sintierais menos culpables, de inmediato empezaríais a sentiros más felices. Si os sintierais más felices, os sentiríais menos en conflicto, más armoniosos… más integrados.
Si os sintierais juntos, más armoniosos, de pronto sentiríais que una cierta gracia os rodea. Estas cosas funcionan como una reacción en cadena: una inicia otra, la otra inicia otra, y así van extendiéndose.
Pero, para empezar, sentiros menos culpables resulta de vital importancia. Se ha hecho sentir culpable a toda la humanidad… siglos de condicionamiento, de decirle a las personas que hagan esto y no aquello. Y no solo eso, sino que se las ha obligado aduciendo que si hacen algo que no está permitido por la sociedad o por la Iglesia, entonces son pecadores. Si hacen algo que es apreciado por la sociedad y la Iglesia, entonces son santos. De modo que se ha engañado a todo el mundo para hacer las cosas que la sociedad quiere que hagan y para no hacer aquellas que no desea. Nadie se ha molestado en averiguar si eso es lo que a vosotros os gusta. Nadie se ha preocupado por el individuo.
De modo que esto es lo básico… hay que adentrarse en una nueva luz, en una nueva conciencia, donde poder desembarazaros de la sensación de culpabilidad. Y luego seguirán muchas más cosas.
Osho