La conciencia es algo absolutamente indefinible. De hecho si la tratas de definir será porque estas utilizando la mente para ello y mientras sigas tratando de analizarla no dejas que ella esté en el presente temporal.
Por otra parte si no definimos las cosas, incluso la conciencia, no podremos comprenderla. Es algo extraño pero necesitamos de la mente y de sus procesos para luego ir contra ella misma y darnos cuenta que no puede subsistir más en nosotros si queremos vivir la experiencia consciente.
A la hora de procurar definir la conciencia debes saber que la estas limitando y precisamente su definición más acertada es sin límites, infinita y absoluta. Descubres que no puedes exponerla más que con términos abstractos como LUZ, ENERGÍA, VIBRACIÓN… términos realmente vulgares pues pertenecen a la creación del universo y ella en sí misma es la fundación y el origen de dicha creación y por lo tanto está más allá de todo eso a la vez que también es todo eso, pues todo es conciencia.
Dando cuenta de mi completa incapacidad de dirigirme a la conciencia creo que lo único que podríamos escribir sobre ella son algunas de las cualidades que posee ya que observarla en su globalidad es imposible.
Es aquí donde cada autor trata de buscar las mejores palabras para entender los potenciales de la conciencia. Es un trabajo reflexivo y particular encontrar que conjunción verbal te entrega a ti la mejor comprensión de las grandezas de la conciencia.
En mi caso me descubrí a mí mismo diciendo que la conciencia es aquello que al tocar cualquier elemento, directamente lo ANIMA, la conciencia le proporciona vitalidad.
No hace mucho tiempo, en 1844, la humanidad recibió un invento que aunque no ha sido muy considerado históricamente, permitió un cambio radical en el campo de la medicina y también en la vida humana en general. Descubrimos algo que ahora es muy básico a nuestros ojos, la inyección directa de medicamentos en vena. Inyectar anestesia, morfina, suero, insulina, glucosa… es hoy normal pero solo gracias a que un día alguien contemplo que con una jeringuilla y una aguja podía ser hecho.
Se le atribuye el uso continuado de la aguja hipodérmica como inyección a Alexander Wood quien por la necesidad de curar a su esposa de un cáncer utilizó por primera vez la aguja hueca. Era la primera vez que podíamos acceder al interior del cuerpo con un remedio que no fuese vía oral o similares.
Yo he llegado a ver a la conciencia como una sustancia de vida. Algo que cuando se aplica sobre cualquier elemento. Este cobra fuerza, vitalidad y vigor. Así por ejemplo si tu estas cocinando y es allí donde tienes tu conciencia, a tu comida la estas regando de vida. Si construyes la relación que tienes con tus hijos en base a la conciencia, y les dedicas el tiempo que necesitan, la dedicación, la escucha, la educación, el esmero… los estas alimentando no sólo físicamente sino también los estas llenando de vida. La conciencia tiene esa capacidad, todo lo que toca lo anima. Hay quien prefiere poner la conciencia en su trabajo y entonces las negocios tienen unos beneficios incalculables pero si por ello no pusiste la conciencia sobre tu familia, esta al no sentirse animada se va muriendo.
Ese poder consciente puedes colocarlo donde tú quieras, aquello que toca tomará vida y crecerá en funciones y cualidades.
Me doy cuenta que la conciencia es como el medicamento que todo lo cura y que puede aplicarse sobre cualquier evento, situación, persona o cosa. La jeringuilla es el modo de aplicar el medicamento de la conciencia, es el elemento de penetración. La jeringuilla es la ATENCIÓN. Allí donde yo pongo la atención es aquello a lo que yo voy a dar vida. Allí donde pongo la aguja, allí es donde pongo el medicamento.
La atención es algo que nosotros a voluntad decidimos donde colocarla, sean los negocios, la familia, mi casa de campo, una enfermedad y a veces, muy pocas veces sobre el PRESENTE.
La atención tiene cosas muy interesantes que la asemejan mucho a la inyección de la aguja.
Si tu colocas por poco tiempo la atención en algo, prácticamente no vas a recibir nada de conciencia sobre eso y por lo tanto será muy poco animado. Es igual que si tu inyectas poca tiempo el suero sobre un enfermo enseguida este quedará desnutrido. Así pues, CUANTA MAS TIEMPO PRESTAS ATENCION SOBRE ALGO o ALGUIEN MAS CONCIENCIA Y MÁS VIDA.
Otra cosa a tener en cuenta es que la atención, la aguja donde inyectarás la conciencia, no puede estar sobre dos sitios a la vez. Así como la aguja con suero tampoco podemos ponerla en dos partes del cuerpo al mismo tiempo. Esto significa que TU ATENCIÓN NO PUEDE SER SIMULTANEA, primero será puesta sobre un elemento y luego sobre otro pero jamás sobre ambas a la vez.
Como podemos ver la atención es todo un poder dador de vida y encargado en distribuir el flujo constante de la conciencia.
No existe una persona con más atención que otra. No existe una persona que tenga déficit de atención, lo único que ocurre es que cambiamos tantas veces de lugar la atención que nunca nada es completamente revitalizado. Damos vida un segundo a una cosa, y al segundo siguiente a otra. El hecho de no ser capaces de mantener la atención sobre una sola cosa hace que no podamos realizar nunca algo que sea duradero en el tiempo. La falta que tiene el hombre de focalizarse en algo le hace ceder la conciencia a millones de cosas pero ninguna de ellas dure más de unas horas de vida.
Existen prioridades en nuestra vida, son personas o cosas a las que colocamos muy frecuentemente la atención y por el amor que les tenemos las vamos animando y cargando de vida. Como dije antes, justamente lo más importante, que es el momento presente, carece completamente de nuestra atención y por lo tanto nunca lo animamos de conciencia.
La atención es un poder muy deseado y en demasiadas ocasiones son los egos quien roban este poder para poder animar los procesos psicológicos y sentimentalismos de los que son formados. “Se murió mi marido hace 3 años” dice la viuda que cada día coloca su atención en sus recuerdos. Ella los anima, les da vida intentando que su marido esté de nuevo con ella. Igualmente está la atención animando la ilusión de verse rico apostando en la quiniela de futbol. Crees que animando la ilusión te tocará antes el premio pero lo que engrandeces es verte a ti mismo sin tener que trabajar más viviendo en una hermosa mansión. Animamos los sentimientos con tal chica que me gusta y con quien aún no he cruzado palabra así como animamos el odio que me hace querer que se muera aquel que intenta quitarme el puesto de trabajo. Todo lo que animamos lo inyectamos de vida. Animamos ilusiones, recuerdos, alegrías, odios y nunca se nos ocurrió animar a ese mismo poder que nos anima, a nuestra realidad para que se potencie, a nuestro SER.
Nunca se nos ocurrió pedir al genio de la lámpara maravillosa que uno de los deseos sea que nos conceda más deseos. Cuanto podríamos fundirnos en la conciencia si la conciencia que tenemos la aplicamos sobre ser ella misma.
Miles de personas colocan su atención sobre su autoimagen, animando su vanidad y generando decenas de horas de gimnasio a la semana. Algunos otros tienen toda su atención en entrar en el ordenador de tal o cual compañía engrandeciendo su fama. Otros los más altruistas colocan su atención en los enfermos de áfrica o Centroamérica pero pocos, los mínimos son los que su atención solo está depositada en la atención misma.
Puede parecer extraño decir que una persona dedique su vida a la vida, pero sólo ese sabe que todo lo demás es dedicar la vida a lo ilusorio del mundo. La atención sobre lo real permite que se anime lo que está vivo y como si de un espejo se tratase todo lo que atiendes en el presente es lo que por reflejo recoges de conciencia.
Atiende a lo real, y conocerás lo real, conoce lo real y sabrás que eres real, Eres real y no tienes nunca necesidad de nada más.
Ícaro Dedaloson