El método occidental consiste en pensar en un problema, encontrar las causas del problema, penetrar en la historia del problema, en el pasado del problema, llegar a las raíces del problema, hasta el principio mismo.
Descondicionar la mente, o recondicionar la mente, recondicionar el cuerpo, sacar a la luz todas las huellas que han quedado en el cerebro… Ése es el método occidental.
El psicoanálisis penetra en la memoria; trabaja en ella. Va hasta tu infancia, a tu pasado; se mueve hacia atrás. Encuentra dónde surgió un problema. A lo mejor fue hace treinta años, cuando eras un niño, y el problema surgió en tu relación con tu madre, y puede que el problema venga de vidas anteriores; el psicoanálisis retrocederá hasta allí.
Es una tarea muy larga y muy lenta, y ni siquiera eso sirve de mucha ayuda, porque hay millones de problemas. No es cuestión de un solo problema.
Puedes reconstruir la historia de un problema; puedes consultar tu autobiografía y encontrar las causas. Tal vez puedas eliminar un problema, pero hay millones de problemas.
Si empiezas a profundizar en cada problema, para resolver los problemas de una sola vida, necesitarás millones de vidas!
Para resolver los problemas de una vida, tendrás que nacer una y otra vez, millones de veces!
Y todas esas millones de vidas que dedicarás a resolver los problemas de esta vida, todas esas vidas generarán sus propios problemas… y así una vez tras otra. Te quedarás cada vez más atascado en los problemas!
El problema procede del pasado, así que de algún modo hay que manipular el pasado…
Cuando te tomas muy en serio los problemas humanos, cuando empiezas a pensar en el hombre como un problema, cuando has aceptado ciertas premisas, has dado el primer paso en dirección equivocada.
Oriente tiene una actitud totalmente diferente:
En primer lugar, dice que ningún problema es grave.
En el momento en que dices que ningún problema es grave, el problema está muerto en casi un noventa y nueve por ciento. Cambia toda tu visión del problema.
La segunda cosa que dice Oriente es que el problema está ahí porque tú te has identificado con él.
No tiene nada que ver con el pasado nada que ver con su historia. Estás identificado con él, eso es lo que importa. Y esta es la clave para resolver todos los problemas.
Por ejemplo, eres una persona irascible. Si vas al psicoanalista, te dirá: «Retrocede en el pasado… ¿cómo se originó esta ira? ¿En qué situaciones se fue volviendo cada vez más condicionada y se fue imprimiendo en tu mente? Vamos a tener que borrar todas esas huellas; tendremos que eliminarlas. Vamos a tener que cambiar tu pasado por completo.»
Si acudes a un místico oriental, te dirá: «Crees que estás irritado, te sientes identificado con la ira eso es lo que va mal. La próxima vez que se presente la ira, tú limítate a ser un observador, a ser un testigo. No te identifiques con la ira. No digas “Estoy furioso”. No digas “Soy la ira”. Limítate a ver lo que ocurre, como si estuviera ocurriendo en una pantalla de televisión. Mírate a ti mismo como si estuvieras mirando a otro.»
Eres pura conciencia. Cuando se forma a tu alrededor la nube de ira, limítate a mirarla, y mantente alerta para no identificarte con ella.
Todo consiste en no identificarse con el problema.
En cuanto hayas aprendido esto, a no identificarte, solucionarás todos tus problemas, porque la llave, la misma llave, abre todas las cerraduras.
Lo mismo vale para ira que para la codicia, que para el sexo, etc. Vale para cualquier cosa de la que la mente sea capaz.
Recuerda que eres un testigo, eso es lo que dice Buda.
Mantente alerta mientras pasa la nube. Puede que la nube venga del pasado, pero eso no tiene importancia ¿por qué molestarse con ello? Ahora mismo, en este momento, puedes distanciarte de ello. Puedes separarte de ello, puedes romper el puente ahora mismo… y solo se puede romper en el ahora.
Hace treinta años, surgió la ira y tú te identificaste con ella aquel día. Ahora no te puedes desidentificar de aquel pasado, pero sí que te puedes desidentificar en este momento, en este preciso momento… y si lo haces, toda la serie de iras del pasado, dejará de formar parte de ti. Ya no tendrás que retroceder y deshacer algo que hicieron tus padres y la sociedad, eso sería una pura pérdida de precioso tiempo presente. Primero te destruyó muchos años y ahora te destruye tus momentos presentes. Más vale que te liberes simplemente de ello, como se libera una serpiente de su piel vieja.
El pasado y sus condicionamientos existen… pero existen solo en el cuerpo o en la mente; no existen en tu conciencia, porque la conciencia no se puede condicionar.
La conciencia se mantiene siempre libre… la libertad es su cualidad más esencial. La libertad es su naturaleza misma.
Puedes mirar tantos años de represión, tantos años de cierta educación. En este momento en el que estás mirándolo, esta conciencia ya no se identifica.
De no ser así, ¿quién iba a ser consciente?
Si verdaderamente hubieras estado reprimido, ¿quién sería consciente? No existiría ninguna posibilidad de hacerse consciente.
Esta es la belleza de la conciencia.
La conciencia puede liberarse de cualquier cosa. No tiene barreras, no tiene, límites.
Cuando ya no te identificas con las cosas, ves que todo es una estupidez.
Osho