Los diferentes yogas: KARMA YOGA

El término karma (o karman), derivado de la raiz kri (“hacer”, “fabricar”) tiene muchos significados. Puede indicar “acción”, “trabajo”, “producto”, efecto”, etc. El Karma Yoga se traduce literalmente como el yoga de la acción. Pero aquí el término karma apunta a un tipo de acción específica.

El Karma Yoga busca influenciar el destino de forma positiva. La enseñanza mas importante de esta vía es la acción completamente altruísta, sin apego y con integridad. Propone realizar los deberes y los actos sin apego a los frutos de la acción. Servir a todos desinteresadamente. El deber cumplido sin interés, sin egoísmo, sin apego.

En consecuencia, el yogui kármico esta orientado hacia la acción y se siente atraido por el mundo de lo humano. Puede transformar su acción en el mundo en un camino espiritual dedicando sus actos a Dios y omitiendo los frutos de su acción. Los practicantes del Karma Yoga creen que todas las acciones —físicas, de palabra o de pensamiento— tienen consecuencias en un futuro mas o menos cercano y de las cuales debemos asumir toda responsabilidad.

Esta rama del yoga va disolviendo el ego. El karma yogui, actúa por solidaridad pero sin protagonismo. Es el amor permanente a todos y a todo sin esperar nada a cambio.

Según la ley del karma, todo acto tiene su reflejo, su consecuencia. Actúa sobre la emotividad y controla la actividad. Es una orientación conveniente para quienes poseen una naturaleza activa, para aquéllos que desean trabajar para la manifestación del Reino del Cielo en la Tierra. El empeño principal de la práctica es la renuncia a los frutos de la acción. Es decir, las actividades se emprenden por razón de si mismas, los resultados se ofrecen a Dios. Las actividades se suponen para beneficio de un bien mayor, sin preocuparse del beneficio personal.

La ventaja del Karma Yoga es que transforma la actividad egoísta, la acción basada en un objetivo que se traduce en karma, en acción generosa, libre del ego, que no produce ningún karma.

Además, el Karma Yoga es conveniente para todos. Como señala Shri Krishna en el Bhagavad-Gîtâ, “nadie esta libre de la acción ni siquiera un momento”. La vida en un cuerpo se basa en la acción, e incluso el ermitaño mas aislado se halla constantemente envuelto en alguna forma de actividad, no importa cuan sutil sea. Está clara la ventaja del Karma Yoga para la ocupada persona de hoy, cuyas responsabilidades exceden ciertamente las del ermitaño.

La desventaja del Karma Yoga es que rápidamente puede convertirse en una pendiente resbaladiza en forma de esfuerzo espiritual. El mundo siempre va a necesitar curación. Si se trabajase servicialmente veintitrés horas al día, cuando se descansase la hora restante, todavía existiría una multitud de tareas y proyectos sin completar.

La objeción de Shankara al Karma Yoga era que ninguna cantidad de actividad puede producir crecimiento espiritual porque el crecimiento espiritual es el resultado de la sabiduría nacida de la quietud interior. Si esta quietud se pierde en un enfoque exterior, sin tener en cuenta las buenas intenciones, entonces el Karma Yoga se vuelve una fuerza de acción social positiva, pero pierde su sentido más profundo.

El Bhagavad Gîtâ, la escritura mas antigua sobre el Karma Yoga, explica esta actitud:

No es dejando de realizar acciones
que el hombre alcanza el renunciamiento a la acción;
no es por el renunciamiento al mundo
que el hombre alcanza la perfección (3.4)
Ni por un solo momento
permanece alguien sin actuar;
los guna nacidos de la prakriti
llevan a todos irresistiblemente hacia la acción (3.5)
Aquel que permanece inactivo
controlando sus órganos de la acción,
pero recordando con su mente los objetos de los sentidos
con su ser sumido en el error,
aquél es llamado hipócrita (3.6)
Pero aquel que controlando con su mente
los órganos de los sentidos
realiza con sus órganos de la acción
el yoga de la acción,
con total desapego, oh Arjuna,
aquél en mucho lo supera (3.7)
Haz la acción que te es obligatoria;
la acción es mejor que la inacción.
Si te abstuvieses de la acción
no podrían llevarse a cabo los procesos corporales (yâtrâ) (3.8)
Este mundo es encadenado por la acción,
con excepción de aquella que tiene como fin el sacrificio.
Realiza la acción que tenga ese fin,
liberado de todo apego, oh Kaunteya (3.9)
Por eso, liberado de todo apego,
realiza siempre la acción que tienes que realizar (kârya),
pues actuando sin ningún apego
el hombre alcanza lo Supremo (3.19)

La palabra karma se halla definida en el diccionario inglés Webster’s como “la fuerza generada por las acciones de una persona que, según el Hinduismo y el Budismo, mantiene la transmigración perpetua y, como consecuencias éticas, determina su destino en una próxima existencia”. El karma no es solo acción, sino también el invisible resultado que moldea el destino de la persona.

La idea subyacente es que somos lo que somos a causa de lo que hacemos o, más bien, de “cómo” lo hacemos.

En nuestras acciones, expresamos quién o qué somos (o imaginamos ser). En otras palabras, externalizamos nuestro ser interior, de tal forma que nuestras acciones son un reflejo de nosotros mismos. Pero no se trata solo de reflejos. Existe una “retroalimentación” entre nuestras acciones y nuestra propia esencia. Cada acción actúa sobre nuestro si-mismo y contribuye a la completa estructura de la persona que pretendemos ser.

De esta forma, para simplificar, si alguien tiende a ser compasivo o bondadoso, sus acciones pueden ser consideradas como acciones buenas o benignas, contribuyendo a reforzar así la innata bondad o compasión del individuo. Por otro lado, si alguien tiende a ser malvado o destructor, sus acciones serán del tipo que catalogaríamos de malignas o destructivas y reforzarán la innata maldad del individuo.

La acción convertida en el espíritu de la auto-entrega tiene beneficiosos efectos invisibles. Eleva la calidad de nuestro ser y nos convierte en una fuente de crecimiento espiritual para los demás. Krishna, en el Bhagavad Gîtâ habla del trabajo del karma yogui para el beneficio del mundo entero.

La frase sánscrita que utiliza es loka— samgraha, que significa literalmente “reunión mundial” o “unir a todo el mundo”. Lo que quiere expresar es que nuestra totalidad personal, mediante la auto-entrega, transforma de forma activa nuestro entorno social, contribuyendo a su propia totalidad.

Pero este no es el objetivo último del karma yogui; solo es un efecto intermedio de la práctica de la inacción en la acción.

Mahatma Gandhi fue el ejemplo mas soberbio de karma yogui en la India moderna. Trabajó incansablemente en si mismo para el beneficio de toda la India. Persiguiendo el elevado ideal del Karma Yoga, Gandhi tuvo que renunciar a su propia vida personal. Afirmaba esto sin rencor, con el nombre de Dios (Ram) en sus labios. Aceptó su destino con la confianza de que ninguno de sus esfuerzos espirituales se perdería. Gandhi creía en la inevitabilidad del karma, pero también creía en la libertad de la voluntad humana.

Debe señalarse que la ley del karma no alienta el fatalismo, incluso aunque algunos individuos y escuelas hayan aceptado esta tendencia. Al contrario, es una llamada a asumir las responsabilidades del propio destino.

http://www.yoga-darshana.com/

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