Huélgame decir en gran manera y sin mucha prosopopeya, que empapado en muchas intrincadas teorías de enjundioso contenido, sólo anhelaba con ansias infinitas encontrar mi antiguo camino, la senda del “Filo de la Navaja”. Excluyendo cuidadosamente todo SEUDO-PIETISMO y vana palabrería insubstancial de charla ambigua, definitivamente resolví combinar teoría y práctica. Sin prostituir la inteligencia …