Nuestra educación fomenta la creencia en las experiencias sensoriales. Dichas experiencias parecen decirnos que somos independientes, únicos, especiales, y estamos desconectados los unos de los otros. Muy pocos de nosotros aprendemos que existe alguna clase de unidad. La verdad es que todo se halla conectado.
Durante una gira de conferencias con mi amigo y colega Stuart Wilde por Australia, tuve la oportunidad de mantener una larga conversación con él acerca de este asunto de nuestra interconexión. En su libro The Whispering Winds of Change, Stuart da una explicación fácil de esta conexión nuestra. Lea sus palabras y desaparecerán sus viejas creencias de que somos seres aislados:
Todos mantenemos un diálogo en las profundidades de la mente subconsciente colectiva. Eso no significa que no podamos ser una partícula independiente de la ola, sólo significa que podemos comunicarnos entre nosotros… Todo está conectado… Si se le ocurre una idea que ningún hombre ha considerado jamás, el hecho de que usted haya tenido el pensamiento permitirá que otros piensen lo mismo de forma instantánea. Estamos interconectados porque provenimos del mismo lugar. Su cuerpo existe en la época moderna, pero sus componentes son muy antiguos. .. Todo ser humano proviene del mismo origen que cada una de las galaxias y cada una de las estrellas. Todos somos uno. Estamos a horcajadas del tiempo desde su principio hasta el día presente.
En The Whispering Winds of Change, Stuart describe cómo crear esta conciencia en uno mismo.
La noción de ser una unidad global desafía nuestros sentidos y casi todo lo que hemos observado. Miramos a los demás y vemos una distancia. Concluimos que dado que existe este espacio, no hay tal conexión.
Yo paso mucho tiempo caminando por la playa. Siempre me maravillan las aves marinas cuando vuelan sobre la superficie del océano en grandes bandadas. La bandada gira a la izquierda, luego se desvía bruscamente a la derecha, después se encumbra. Parecen conectadas, como si compartieran una misma mente. Yo sé que existe una conexión, aunque cada pájaro parece desconectado de los demás. Alguna energía invisible les permite moverse juntos como si fueran uno solo.
Esta energía invisible también le conecta a usted con todas las demás personas. Cuando reconozca esto, se despojará de su sensación de aislamiento. Una vez que esté internamente convencido de su conexión con todo, reparará en su capacidad para comunicarse con otras personas merced a su energía etérea.
Su conocimiento le revelará que sus pensamientos pueden proyectarse al resto del mundo. Su conocimiento también le revelará su conexión con la conciencia superior.
Mientras leía el Rigveda, me encontré con un fragmento que aclaraba esto más que cualquier pasaje que haya leído antes:
La verdad es una. Los sabios le dan varios nombres; es un solo sol que se refleja en todos los pozos. Es la única agua que apaga la sed de todos; es el único aire que mantiene toda vida; es el único fuego que brilla en todas las casas. Los colores de las vacas pueden ser diferentes, pero la leche es blanca.Las flores y las abejas pueden ser diferentes, pero la miel es la misma. Los cuerpos de fe pueden ser diferentes, pero Dios es uno. Como la lluvia que cae del cielo se dirige hacia el océano, así las plegarias ofrecidas en todas las religiones llegan, a Dios, que es supremo.
Una luz, muchos colores; un agua, muchos sedientos; una esencia, muchas formas humanas. Pero a pesar de eso estamos todos conectados. El que no veamos la conexión con los ojos no significa que no exista.
Rechace la creencia de que está separado de todas las demás personas. Adquirirá un respeto por todos que se transformará en amor.
WAYNE W. DYER: Tus zonas sagradas