Todo lo que les ocurre a las demás personas de nuestro entorno nos influye directamente. El triunfo o el éxito de tus seres queridos y cercanos te hacen sentirte feliz, sin que a ti te ocurra nada. Realmente nosotros nos sentimos bien o mal a causa de los demás, no creo que sea necesario explicar mucho el asunto.
Cuando vuelves a casa te encuentras con un ambiente psicosocial, que te contagia inmediatamente.
¿Qué quiere decir esto?
Que las personas de nuestro entorno afectan directamente a nuestra estado de ánimo, a nuestro humor y por supuesto a nuestra salud, tanto más cuando se trate de personas que consideramos: “mi”; mi hijo, mi madre, mi pareja, mi amigo, mi cliente, mi compañero de trabajo, etc., etc., incluso cosas que no son personas que también influyen de un modo importantísimo, como por ejemplo, para un hincha de fútbol, su equipo.
¿Los disgustos matan?
Si, definitivamente si y además enferman, que es lo peor, y no nos damos cuenta hasta que estamos enfermos.
Mi hijo, mi madre, mi pareja, mi jefe, mi compañero, mi cliente, mi amigo, mi suegra, mi cuñado, todos son fuente de vida o de muerte, unos nos levantan el ánimo y otros nos hunden en la miseria emocional, unos nos aportan salud y otros son directamente tóxicos, esa es la clave de este asunto.
Existen personas tóxicas cuyos rasgos principales son:
1) En primer lugar, las personas tóxicas hablan en exceso de sí mismas y se olvidan del otro.
2) Tienden a quejarse con mucha frecuencia. Su discurso es pesimista y negativo. Las personas tóxicas siempre ven el vaso medio vacío y hacen un drama de situaciones cotidianas.
3) Asumen el rol de víctima con mucha facilidad. Es una forma de creerse el centro del mundo y de llamar la atención de los demás.
4) Creen que el mundo está en su contra, pero no analizan qué es lo que pueden estar haciendo mal en su comportamiento.
5) Las personas tóxicas son como vampiros emocionales que roban la energía de los demás.
6) Una persona tóxica no es feliz porque su modo de pensar le impide vivir en calma y en armonía con el entorno.
7) Una persona tóxica envidia todo lo bueno que ve en los demás. No se alegra con las alegrías del amigo porque, a nivel interno, vive pendiente de su propia carencia.
8) Una persona tóxica también es aquella que ejerce el rol de autoridad constante, te corrige incluso cuando no tiene que hacerlo y se comporta como si estuviera en posesión de la verdad.
9) La persona tóxica genera una ola de energía negativa a su alrededor.
10) Las personas tóxicas sufren mucho con su modo de ser aunque a nivel externo no lo demuestren.
Libro Gente Toxica: Bernardo Stamateas