Lecciones Antonio Blay: Entendimiento ELEMENTAL espiritual 5/5 (4)

El plan de trabajo en esta etapa que podríamos llamar elemental (…) todavía no es realización, es simplemente normalización del ser humano, es volver a unir lo que en nuestra existencia se ha ido separando y distorsionando. Es volver a la unidad funcional con que vive todo lo natural (…). Unir lo que estaba disperso (…), limpiar lo que estaba sucio u oculto por ideas equivocadas.

Cuando el individuo recupera su unidad es cuando está en condiciones, y sólo entonces, de descubrir una unidad mayor. Porque si dentro de mí no hay unidad, sino que hay dualidad y por lo tanto hay tensión, y me abro a algo mayor, ese algo mayor aumenta la tensión de lo que ya estaba, de la dualidad que estaba viviendo. Uno sólo puede abrirse de un modo natural e integrado a una unidad mayor cuando uno es una unidad en lo menor.

O sea, que una base para crear o para despertar a la conciencia expandida, a la conciencia total, es que yo viva realmente como unidad en lo personal y en lo individual. (Si no, se pueden tener experiencias esporádicas, y a veces muy grandes, pero no se pueden mantener, y si se mantienen es peligroso y pueden desquiciar a la persona).

Ese yo idea que no soy pero que creo ser es el que se convierte en protagonista fantasma de toda mi existencia.

Atención.

Es muy importante distinguir entre: Atención (mirar) y pensar. (Se está
apuntando a un proceso de investigación. No se trata de recrearse en una
situación cerrada).
La atención:

La atención es el eje de todo trabajo de la mente.

La atención es la facultad central de mí mismo, es el acto inteligente de mi ser.

La atención es la facultad de dirigir la mente a algo, de ser consciente intencionalmente. Así como la conciencia es el hecho simplemente de darse
cuenta de algo, la atención es el hecho de percatarnos de ello de un modo intencional.

La atención es un acto, no un proceso.

La atención es el acto que permite conocer y progresar de lo superficial a lo profundo; de lo complejo a lo simple; y de lo material a lo espiritual.

La atención es un acto simple; en ella se localiza, se da nombre a lo que se ve (sin juicio).

Observar es un acto simple y un acto que deja mi mente disponible para vivir en presente lo que esta pasando. Yo puedo estar atento, viendo lo que pasa en mí y a la vez abierto a lo que está pasando alrededor de mí.

La atención vincula, une en línea recta el objeto y el sujeto, a través de la mente. Vincula el foco de nuestra mente con otros focos que existen en
nosotros: los contenidos de nuestra conciencia, haciéndolos inteligibles.

Cuando se mantiene la atención, ésta adquiere la capacidad de entrar dentro de la cosa que mira (penetración del foco mental dentro de otro sector).

La atención, pues, es algo que hacemos trabajar mucho, pero que, sin embargo, no la perfeccionamos nunca.

Es una facultad que estamos haciendo
funcionar de manera casi constante y que, no obstante, no progresa, no se perfecciona o, por lo menos, no lo hace en el sentido que queremos decir.

Simplemente ocurre que funciona con poca luz, de modo intermitente y, sobre todo condicionada por presiones externas o internas, mas nunca o casi nunca, por propia deliberación.

Si queremos que nuestra vida mental sea realmente vida, hay que aprender a ahondar en lo que está vivo

El único medio de llegar a la atención es la atención.

Antonio Blay

Libro: Un recorrido por la propuesta y experiencia de Antonio Blay

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