Pareciera que uno ha dejado tras de sí hace tiempo aquellos fantasmas de dioses. Pero lo que hemos superado son sólo los fantasmas de las palabras, no los hechos psíquicos que fueron responsables del nacimiento de los dioses.
Estamos todavía exactamente tan poseídos por nuestros contenidos anímicos autónomos como si éstos fueran dioses. Ahora se los llama fobias, obsesiones, etc… síntomas neuróticos.
Los dioses han pasado a ser enfermedades y Zeus ya no rige el Olimpo, sino el plexo solar, y ocasiona curiosidades para la consulta médica, o perturba el cerebro de políticos y periodistas quienes, involuntariamente, desencadenan epidemias psíquicas.
Carl Gustav Jung
El secreto de la Flor de Oro