¿Ya te capturó Internet? Si es así, te habrás dado cuenta de que tu mente se hace más pesada y menos lúcidante lo real’.
Inhalas y exhalas datos, te diluyes en la pantalla y haces el amor virtualmente con sujetos virtuales. No es de extrañar que para muchas personas ¡a felicidad se mida por los megas disponibles.
Los apegados a la red viven dichosos hasta que se cae la señal.
Cuando esto ocurre hay paralización básica de sus funciones cognitivas y afectivas. La dosificación de Ia droga informática se desvanece en el aire, literalmente, y. eI síndrome del «desconectado » o «desenchufado» (unplugged) hace su aparición:
Incertidumbre, pérdida de control, «nostalgia tecnológica» y fenómeno de espera, todo junto y revuelto. Y si el servidor no soluciona rápidamente el problema, Ia crisis va en aumento y los afectados muestran una notable incapacidad para utilizar
el tiempo disponibles ¿Qué hace un esclavo con el libre albedrío cuando nunca ha hecho uso de él? Pues asustarse. Miedo a Ia libertad, decía Fromm, que no es otra cosa que tener que hacerse cargo de uno mismo sin saber cómo hacerlo. La des conexión sostenida de la red genera en el adicto a internet una pregunta existencial angustiante: ¿Qué hacer con el mundo real?».
Las investigaciones muestran que los síntomas psiquiátricos de los adolescentes adictos a internet son muy parecidos a los de aquellos jóvenes que sufren de abuso de sustancias químicas. Aunque «los amos» son distintos, Ia esclavitud complaciente es la misma: “haz de mi lo que quieras, pero no me dejes”.
Walter Riso: Desapegarse sin anestesia