Podría decir que es una casualidad, pero no creo en las casualidades por lo tanto prefiero comenzar diciendo, “es curioso”. Pues bien, es curioso y un tanto sorprendente que la última reunión que hemos tenido entre amigos en OMNIA EXTENSIÓN*, allá por comienzos de febrero, sacamos el tema; “el orden y el caos”, muy acorde hoy con las tormentas que nos están acechando.
Decíamos que todo sistema dinámico está sujeto a un orden. Nosotros como sociedad hemos ido creando diferentes módulos de ordenación con la idea de una mejor convivencia en sociedad. Resalto el término con idea de mejorar porque en muchas veces “del dicho al hecho hay un trecho”, suele decirse.
A simple vista, una pandemia como esta pareciese que ha arrasado el orden natural de todas las sociedades del mundo y por esto decimos, “es un caos”. Escuchamos; caos sanitario, caos laboral, caos económico, caos por todas partes.
Cuando preparaba el aula sobre este tema, caos y orden, descubrí que no es lo mismo hablar de caos que hablar de desorden. Definir desorden significa romper un sistema que ya estaba previamente ordenado, en pocas palabras lo que ahora nos está ocurriendo a nuestra sociedad.
Entonces, si lo que estamos viviendo es un desorden, ¿no es esto lo mismo que un caos?
En términos coloquiales, o lo que es lo mismo para comunicarnos entre nosotros, sí, es lo mismo, de hecho, en cualquier conversación utilizamos caos como sinónimo a desorden pero elevado al cuadrado.
Si nos introducimos en un estudio más reflexivo de la vida, todos nos damos cuenta que vivimos constantemente entre el orden y el desorden, ayer estábamos bien y hoy parece que todo se tuerce y digo “se tuerce” por decirlo suavemente. Todos sabemos que la vida es así, un sube y baja, un vaivén de circunstancias agradables y desagradables, momentos de estabilidad y momentos de agitación. En boca de todos está, al termino de muchas de nuestras conversaciones, eso de “la vida es así, que le vamos a hacer”.
Con pesar aceptamos que la vida no es como queremos que sea, sino como es. Eso no quita que por nuestra propia naturaleza deseemos por activa y por pasiva ser los afortunados que mantienen un orden estable en su vida. Esta ansiada estabilidad nunca llega, ni para mí, ni para nadie.
Hay ocasiones y todos pasamos por ahí, que el desorden en mi vida es tan descompensado que sentimos no poder continuar, “que se pare el mundo que yo me bajo”, es aquí cuando decimos con razón, “esto es un caos”.
Entonces, ¿Es el caos un desorden exagerado?, NO.
El caos es lo que existe antes de que existiese el orden. Si el orden participa de la naturaleza activa y dinámica, el caos es cuando naturalmente todo se detiene, cuando ves obligado parar porque entiendes que seguir es provocar más desorden aún.
Caos significa salirse de la mecánica natural de orden-desorden en la que estoy, significa terminar con el orden como lo conozco porque solo me lleva a desorden que también conozco. Significa parar y en el silencio de todo y de todos construir desde el vacío, otro orden nuevo de cosas.
El pintor encuentra que no le gusta la obra que está pintando, trata una y otra vez de redibujar las formas y los colores para llegar a la belleza que busca. Muchas veces sin éxito. El pintor para, mira de lejos la obra, detiene los intentos de mejorar y finalmente entiende que debe empezar con un nuevo lienzo en blanco.
Por grandes que sean las crisis sociales, no llegan todas a ser crisis personales donde se hace patente el auténtico caos, esa necesidad de parar, de vaciarse, de volver a si mismo, de salir de la rueda y tomar perspectiva de tu vida para después sencillamente, REINVENTARLA.
Icaro Dedaloson
*OMNIA Extensión, es el nombre que pusimos a unas reuniones entre amigos a los que nos gusta tomar profundidad en los interrogantes de la vida y en las generosidades de la conciencia. Todas ellas están grabadas aquí