Estoy enfadado. ¿Y por qué?…
A veces nos enfadamos con los demás. Trato de imponer mi visión de algo que ocurre por encima de la de otros, que al oponerse a mí, hace que entre en irritación.
Estoy tan lleno de mí que no dejo que la visión de los demás pueda ser más acertada que la mía. No dejo posible ni el beneficio de la duda, sencillamente “yo tengo razón”. Pero es que aunque la tuviese ¿por qué entonces enfadarse?.
Siempre que te enfadas con otra persona te encuentras con dos problemas. Yo tenía un amigo de la niñez que me decía un refrán popular a esto de enfadarse que yo creo que ni él mismo entendía, pero lo decía con tanta prepotencia que me conseguía hacerme enfadar más. Decía así: “El que se enfada dos problemas tiene uno es enfadarse y otro el desenfadarse”. El caso es que tenía razón porque yo con ese amigo antes o después seguiremos volveremos a jugar juntos a pesar de mi absurdo enfado.
El enfado con otro casi siempre termina siendo un enfado consigo mismo. Te enfadas por haberte enfadado. Que complejos somos y aun para explicarlo se hace difícil pero tú que lees estas líneas sabes perfectamente de lo que estoy hablando.
¿Existe alguien en la tierra que alguna vez ha querido enfadarse? Claro que no, enfardarse es un estado negativo de dolor y sufrimiento y nadie quiere eso y sin embargo pasamos de un enfado con el compañero de oficina a un enfado con los hijos, de un enfado con tu pareja a un enfado contigo mismo, de un enfado con el gobierno a un enfado con tu amigo del alma. Hemos de tener mucho cuidado ya que sabemos bien que aunque tomes veneno en pocas dosis de tanto que lo tomas puedes quedar muy enfermo crónico.
Estoy tan lleno de mí mismo que ya no hay espacio para aceptar a otros.
Estoy tan lleno de mí mismo que no hay más saber que el que yo tengo.
Estoy tan lleno de mí mismo que desbordo consejos por cada poro y no los acepto para mí.
Ahora estoy enfadado por estar enfadado, ¿pero qué cárcel psicológica es esta que hasta yo mismo soy quien construye mis propios barrotes?
Que inútil estar enfadado, que inútil no aceptar a los demás, cómo no darme cuenta que nada podría yo hacer mañana sin ellos a mi lado. A ver si esto no se me olvida por el resto del día y no me enfado más.
Icaro Dedaloson