La existencia de estos relatos de vidas pasadas obtenidos en estado hipnótico, en realidad no demuestra en absoluto que la reencarnación exista. En primer lugar porque está de moda y nadie reencarna porque la moda lo impone. En segundo lugar porque los recuerdos surgen espontáneamente en los casos que se aceptan como reales. Y tercero, porque si fuera necesario todos recordaríamos nuestras vidas anteriores si la naturaleza encontrara en ello alguna ventaja. La naturaleza es económica y equilibrante.
Es interesante ver cómo una y otra vez en estos casos se repiten patrones culturales; la mayoría fueron egipcios, después romanos, después siervos de la gleba o caballeros medievales y así vamos siguiendo un curso de la historia de Occidente que por lo demás está clavada a fuego en nuestro inconsciente.
Son contados los casos en que la persona revela vidas anteriores mediante hipnosis regresiva como un chino de la dinastía Hang o un senegalés. Debe ser porque esa parte de la historia no es tan conocida en Occidente. De la misma manera también es sumamente llamativo que en la mayoría de los relatos obtenidos por hipnosis se encuentre una Cleopatra y un sacerdote de Osiris enamorado de una esclava, motivo por el cual es asesinado. ¿Será por eso que decimos que en la historia todo se repite?
Caboulli ha escrito en su libro Terapia de vidas pasadas, en un gesto que lo honra, estos pensamientos:
La terapia de vidas pasadas es una excelente técnica terapéutica, pero no es un buen método para probar la reencarnación ni para saber si se ha existido antes. No funciona así; los datos históricos y fechas son propios de la identificación con el cuerpo físico pero son irrelevantes para el alma que ha atravesado miles de existencias….
Y debiera haber agregado que en cada uno de nosotros las huellas de la civilización actúan sobre lo inconsciente, como ya lo demostraron más que claramente Sigmund Freud, Carl Gustav Jung y más recientemente Charles Tart o Stanislav Groce, creadores de la modernisima Psicología transpersonal.