Morir a lo muerto 5/5 (3)

Eres como los edificios muy, muy antiguos: no puedes ser renovado, durante miles de vidas has estado allí. Primero has de ser demolido totalmente y solamente entonces podrás ser recreado. Solamente de un caos nace un cosmos.

Es posible que te renueves, pero eso no te servirá por mucho tiempo. Será simplemente una decoración superficial. En tus cimientos seguirás siendo viejo y toda tu estructura seguirá estando resquebrajada. Puedes desmoronarte cualquier día. Se necesitan nuevos cimientos. Todo ha de ser nuevo. Has de renacer completamente, en caso contrario serás una modificación. Se te puede pintar exteriormente, pero no hay forma de pintar lo interior. Lo interior seguirá siendo lo mismo, la misma vieja podredumbre.

Se necesita una discontinuidad. No debe permitírsete que continúes. Es necesaria una brecha. Lo viejo simplemente muere, y de ahí, de la muerte, surge lo nuevo. Y ha de haber una separación entre lo nuevo y lo viejo, pues sino, lo viejo puede continuar. Todas las modificaciones son, realmente, para salvar lo viejo, y si te resistes, el caos continuará en ti. Entonces te llevará mucho tiempo. Si te abres a que suceda, puede suceder en un solo instante. Si permitas que suceda, lo viejo desparece y un nuevo ser es alumbrado. Ese nuevo ser será divino porque no surgirá del pasado, no nacerá del tiempo. Será intemporal, más allá del tiempo. No nacerá de ti, tú no serás su padre y su madre. Saldrá de la nada, de repente.

Buda insiste siempre en que eso surge de la nada. Tú eres algo, esa es la desgracia. En realidad, ¿qué eres? Eres tan solo el pasado. Sigues acumulando el pasado. De este modo te has convertido en una ruina, un ruina muy antigua. Simplemente date cuenta, y no trates de seguir con lo viejo. ¡Abandónalo!

Jesús invitó a dos pescadores a que le siguieran y cuando estaban dejando la ciudad llegó hasta ellos un hombre corriendo. Les dijo a los pescadores: “ Donde vais? Vuestro padre ha muerto. Regresad”. Ellos le dijeron a Jesús: “Danos unos días para que podamos ir y hacer lo que ha de hacerse. Nuestro padre ha muerto y hemos de cumplir con los últimos ritos”. Jesús les dijo: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos. No os preocupéis. Seguidme”. ¿Qué es lo que Jesús les estaba diciendo? Les decía que la ciudad entera estaba muerta, y que por tanto dejaran que ellos se hicieran cargo: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Vosotros seguidme”. Si vives en el pasado, no tienes vida. No eres una fuerza viva. Y solo hay una forma de recuperar la vida, y es morir al pasado, morir a lo muerto.

Recuerda siempre: muere al pasado. Lo que ha pasado, ha pasado. Ya no existe, no está en ninguna parte. Solamente se aferra a tu memoria. Está solo en tu mente. La mente es el almacén de todo lo muerto. Por eso la mente es el único obstáculo para que fluya la vida.

Osho

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