No postergues las decisiones que sabes que han de ser tomadas 4.17/5 (6)

El filósofo Heráclito, siglo IV antes de Cristo, preocupado por el rápido fluir del tiempo y por el devenir de las cosas, decía “Nadie se baña dos veces en el mismo río”, como recordándonos que, las cosas pasan y no vuelven más.

No se trata de vivir angustiados por el paso del tiempo que se va, llevándose consigo todo lo que amamos. Se trata de vivir de forma consciente y de aprovechar todas las oportunidades que nos da la vida para crecer y ser felices, porque, en definitiva, podemos tener muchas cosas externas, pero, en realidad, sólo somos lo que hacemos de nosotros a través de las decisiones que tomamos.

Todos somos iguales por fuera pero no somos iguales por dentro.

Hay personas que son infelices, porque eso es lo que han hecho de sí mismas con sus actitudes y con las decisiones equivocadas que han tomado, con las decisiones que no han tomado a tiempo y con las decisiones que han dejado de tomar. Las razones y las excusas pueden ser muchas, pero no sirven de nada ni cambian la situación. No se trata de juzgar a nadie, sólo se trata de entender que hay conductas que conducen al fracaso y debemos evitarlas, porque nada justifica que una persona sea infeliz.

También hay personas que son felices. Nadie nace feliz ni desgraciado. Hay circunstancias que favorecen o perjudican, pero cada ser humano tienen una inteligencia, una conciencia, el libre albedrío y numerosas oportunidades, a partir de aquí, cada quién es artífice de su suerte.

No podemos regresar al pasado para rectificar, pero, sí podemos hacer una reflexión y encontrar, dentro de nosotros, las razones de nuestro éxito o de nuestro fracaso para seguir adelante en el primer caso o para rectificar.

Hay que tener presente que cada cosa tiene su tiempo, y, cuando no se resuelven a tiempo, se va acumulando tensión hasta que, al final, llegan los problemas. Así surgen las crisis personales y sociales y así surgen las guerras. Todo problema o crisis es el resultado de una falta de lógica en el manejo de la vida, y toda crisis social es el resultado de injusticia acumulada.

Para que no se den estos hechos es necesario hacer ajustes cada día y evitar acumular deudas con la vida.

Lo que más daño causa no son las malas decisiones sino las decisiones no tomadas o tomadas a destiempo.

Por qué tendemos a postergar las decisiones.

  • – Cuanto mayor es la necesidad más intensa y rápida es la reacción de la persona, pero, en la medida en que puede sobrevivir sin actuar, evita tomar decisiones que suponen esfuerzo.
  • – Cuanto mayor es el interés, mayor es la diligencia para decidir. Las personas tienen mucho interés por lo que les agrada y por lo que les reporta grandes beneficios.
  • – El temor también es un gran acicate. Las personas toman decisiones para alejarse de todo lo que les causa temor, como son: es el fracaso, la pobreza, etc. pero el temor es una motivación muy pobre.

 

Preguntate con seriedad: ¿Cual es el motivo de estar leyendo este artículo?, ¿estas retrasando lo inevitable?,

Libro: Decisiones oportunas y eficaces

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