Rompiendo nuestros pilares, acercándonos a un cambio real de pensamiento 5/5 (3)

NO SABER, Un planteamiento nuevo sólo para una vida nueva

Al plantear la opción de “No saber” llega el rechazo de casi todos, posiblemente también el tuyo, apreciado lector. Esto es lo que normalmente llega a nuestros oídos:

  • «¿Qué tiene de bueno No Saber cosas?»
  • «No le veo ninguna ventaja a la ignorancia.»
  • «Prefiero conocer personas que no conocerlas.»
  • «No saber significa que soy vulnerable, se pueden reír de mí si soy un ingenuo.»
  • «¿Por qué voy a querer parecer un analfabeto, un payaso delante de los demás?»
  • «Ya estoy lo suficientemente perdido ahora, ¿por qué querría estarlo más?»

Parece que si saber es bueno, su contrario es malo. Para la mayoría de la gente es sólo una cuestión de lógica. Pero cuando usamos la expresión No Saber, no estamos hablando de la visión normal que se tiene sobre estas dos palabras, sino más bien de la antigua «tradición apofática» usada para describir algo por lo que «no» era, en lugar de por lo que era.

Una metáfora muy usada actualmente asocia el  conocimiento con la  luz y el  No Saber con la oscuridad. Se ilustra con la expresión «Estoy a oscuras». Es una paradoja porque No Saber suele llevar al aprendizaje y a un nuevo conocimiento. Tendemos a pensar que no ocurre nada cuando no se ve a simple vista, aunque se esté produciendo una transformación, en la oscuridad.

No Saber puede conducir a un crecimiento que no se ve, como el embrión en el útero o la semilla arraigada profundamente en la tierra.

El problema con el lado «positivo» del conocimiento es que a menudo puede reducir las oportunidades que están presentes en el espacio «negativo» del No Saber.

No Saber no significa que dejemos de lado todo lo que ya sabemos. Al entrar en el No Saber, entramos en un espacio en el que no estamos restringidos por el conocimiento actual. No Saber es una forma de enfrentarse a situaciones en las que no se conoce el camino que se debe seguir o no se sabe cómo abordar problemas complejos que no tienen respuesta. No Saber es un proceso activo, es elegir abrirse a nuevas experiencias y a un nuevo aprendizaje. Es una forma de vivir y de trabajar con la complejidad, la ambigüedad y la paradoja, tolerando la incertidumbre y los sentimientos de malestar que podemos sentir cuando estamos en el límite. Esta visión desafía las connotaciones negativas que tiene el hecho de No Saber, y supone replanteárselo como un espacio positivo lleno de potencial y de oportunidades en el que podemos acceder a un conocimiento nuevo, emergente.

 

El No Saber es algo que se enfatiza en la práctica del zen, en lo que algunas veces se llama «mente del principiante». Un experto puede pensar que sabe mucho de una materia, pero sus ideas preconcebidas no le dejan ver nuevas posibilidades. Por el contrario, un principiante puede ver con ojos frescos e imparciales. La práctica de la mente del principiante consiste en cultivar la capacidad de encontrarse con la vida sin aferrarse a ideas e interpretaciones preconcebidas o a prejuicios.

 

Cuando estamos colmados de nuestros propios pensamientos, no tenemos la capacidad de llenarnos con nuevas enseñanzas ni de responder a la realidad tal y como se presenta en un determinado momento. No se trata de deshacernos de nuestra experiencia y sabiduría, sino más bien de no permitirle que nos impida ver las cosas desde una nueva perspectiva.

 

Cuanto más éxito tenemos, más tentador es creer que ya sabemos lo que hay que hacer. Cada proyecto, cada problema es diferente; por ello, abordar un nuevo desafío como si ya lo hubiéramos visto todo, y aplicar soluciones ya conocidas y probadas, puede llevarnos a cometer errores

La «mentalidad de No Saber» es un concepto clave en la tradición oriental. Sencillamente significa «no  prejuzgar  una  situación».  En artes  marciales  significa  «no  asumir  que  perderemos  o  que ganaremos basándonos en lo que sabemos de nuestro contrincante». Tanto si parece más fuerte, como si parece más débil, reconocemos que nuestro juicio puede estar equivocado, así que lo posponemos y mantenemos la mente abierta. Pensar que «todo puede pasar» es una postura mucho más válida que creer que vamos a ganar, y acabar tirados sobre el tatami.

LIBRO: No saber

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