Siempre me ha colmado la delicada forma de expresarse tiene María Toscano, tan mística, tan intima, tan próxima como la palabra a nuestra lengua. Cuando nos susurra de la vida de los místicos nos hace convertirnos en uno de ellos y esto es la más grande invitación al recogimiento y al silencio. En esta ocasión es telonera a un dialogo entre personas afianzadas en la fe de Cristo que aprovechan la oportunidad de escucharla para profundizar más en sí mismas.