La vía DIRECTA 5/5 (6)

¿Qué es la Vía Directa?

Concluimos nuestro estudio de los diversos modelos de la vía del Cuarto Camino [de Ouspensky]* para la Auto-realización con el examen de lo que se conoce como la Vía Directa. Está basada en la filosofía oriental del Advaita, pero expresada casi en su totalidad en términos occidentales para evitar las complicaciones pertenecientes principalmente a la cultura y la tradición y que son innecesarias para la realización del Ser. Esta es la descripción de Rupert Spira:

La Vía Directa es la clara visión de que la Consciencia es a la vez el testigo y la sustancia de toda experiencia, la única Realidad que le da existencia aparente a la mente, al cuerpo y al mundo.

El primer vislumbre de esto a veces se conoce como Iluminación o Despertar, aunque en casi todos los casos las tendencias habituales de la mente y el cuerpo reaparecen y aparentemente velan este nuevo Conocimiento.

El posterior establecimiento en esta comprensión, a veces conocido como Auto-realización [o realización del Ser], no es un proceso hacia una meta. Se trata de una re-orquestación del cuerpo, la mente y el mundo que viene de la comprensión, en lugar de ir hacia ella. La Iluminación es instantánea. La Auto-Realización lleva tiempo.

La Iluminación podría decirse que es la profunda comprensión de que no hay una entidad separada localizada en el interior del cuerpo que experimente el mundo y todo lo demás fuera y separado de sí misma.

La Auto-realización podría decirse que es la reabsorción de la mente, el cuerpo y el mundo en esta Presencia Consciente de la que proceden, y de la que realmente nunca estuvieron ni por un momento separados.

Se trata de una re-orquestación de la mente, el cuerpo y el mundo acorde con nuestra comprensión de que es esta Presencia Consciente la que toma la forma del pensar, del sentir y del percibir y, como consecuencia, parece convertirse en una mente, un cuerpo y un mundo, pero en realidad nunca se convierte en otra cosa que no sea lo que ya es eternamente.

Sólo hay Presencia tomando la forma de la totalidad de nuestra experiencia en todo momento.

 

¿Para quién es la Vía Directa?

El punto de partida para aquellos que desean seguir la Vía Directa es el deseo y la resultante búsqueda de felicidad, verdad, belleza, amor, libertad, paz, consciencia o algo similar. Ese deseo surge de nuestra creencia de que somos un yo separado, y esa creencia produce una sensación de carencia ― de que algo falta. Se dice que todos los seres humanos (no realizados) experimentan algún tipo de sensación de carencia y que esto les lleva a iniciar la búsqueda de algo que les dará lo que sienten que les falta. Para algunas personas lo encuentran en el trabajo que hacen, para otras en la acumulación de riqueza, algunos en una relación, otros en las sustancias (alcohol o drogas) y otros en la obtención de una posición de poder. Pero tal felicidad, el amor, la paz, etc., no duran: el trabajo llega a su fin, las relaciones se topan con dificultades, y así sucesivamente. Algunos empiezan a seguir un camino espiritual y aprender a alcanzar estados más felices y pacíficos de la mente a través de diversos tipos de práctica espiritual. Pero ellos también se dan cuenta de que estos estados de la mente van y vienen, o que todavía les falta algo. Aquí es donde comienza la Vía Directa. Los conceptos y métodos no son nuevos ― se dice que están contenidos dentro de todas las genuinas tradiciones espirituales, pero la mayoría de las tradiciones son complicadas y a veces son eclipsadas por muchas otras ideas, creencias y rituales.

Requisitos previos

Aunque se dice que es posible que algunas personas logren la auto-realización a través de la Vía Directa sin recibir ningún tipo de formación en prácticas espirituales tradicionales, la mayoría parece que necesitan empezar en un camino “progresivo” o más indirecto que les proporcione la formación básica de auto-observación, atención y quietud o silencio. Esto parece coincidir con los prerrequisitos de Shankara, la mayoría de los cuales se desarrollan a través de estas tres prácticas. Y, por supuesto, estas prácticas son fundamentales dentro del sistema del Sr. Ouspensky, ya que nos ayudan descubrir nuestra capacidad natural para recordar el Ser [Self-remembering]. Desde esta perspectiva, ¿podríamos quizá ver la Vía Directa como una continuación del Cuarto Camino más allá del Hombre Número 4 [el hombre equilibrado]? En otras palabras, ¿coincide el principio de la Vía Directa con el comienzo del Camino?

Los métodos de la Vía Directa

El principal método utilizado en la Vía Directa es la auto-indagación, es decir investigar “el yo que uno piensa y siente que es en cualquier momento”. ¿Qué es lo que es consciente de tus pensamientos, percepciones (imágenes y sonidos) y sensaciones corporales? No es posible para el “pensamiento” investigarse a sí mismo. Tenemos que estar detrás de la mente pensante y empezar a partir de la experiencia pura, directa ― es decir, la experiencia que no ha sido maquillada y manipulada por el pensamiento. (El libro de Chris Frith Making Up the Mind es muy útil porque nos muestra las diversas maneras en que el pensamiento manipula nuestra experiencia.) Nuestra práctica de la auto-observación imparcial ―la piedra angular tanto del sistema de Ouspensky como de la enseñanza del Shankaracharya― es una excelente preparación para el método de la auto-indagación que necesitaremos más adelante.

Cuando se practica rigurosamente, se puede considerar la auto-indagación como una técnica para recordar el Ser trazando el camino de vuelta a lo que realmente somos ― la conciencia infinita. Esta cita de Wu Hsin, un maestro espiritual chino del siglo III o IV antes de Cristo, fue utilizada en un encuentro reciente con Rupert Spira como base para la contemplación. Es una reminiscencia de la enseñanza del Sr. Ouspensky sobre la personalidad y la esencia.

La desviación de lo que es natural es el nacimiento de la personalidad. El mundo de las personas (o personalidad) es un lugar solitario: cada una separada y sola. Para lograr la paz hay que volver sobre el camino por el que uno ha venido.

Cuando hacemos esto descubrimos que el lugar al que llegamos es ese mismo lugar detrás de todo pensamiento que es descrito por el Sr. Ouspensky como “estado de atención” o “atención pasiva”, y por el Shankaracharya como “Samadhi natural “. Cuando permanecemos ahí durante el tiempo suficiente para comprender que esta presencia de conciencia es lo que realmente somos, entonces eso es recordar el Ser y esto se convierte en la única práctica necesaria.

Las etapas en la Vía Directa

A diferencia del neo-Advaita, la Vía Directa tiene diferentes etapas y éstas son equivalentes a las etapas en la comprensión del Advaita descritas por el Shankaracharya ―el proceso de discriminación, la sustracción o exclusión (vyatireka o neti-neti – “no esto, no esto”) y el proceso menos conocido de la inclusión o adición (anvaya). Vamos a seguir con la descripción de la Vía Directa de estas etapas, pero para aquellos que estén interesados, la explicación del Shankaracharya de ellas se dan en el anexo al final del presente documento.

La mayoría de la gente en Occidente parece necesitar comenzar con la discriminación, y este es el enfoque adoptado en el sistema del Sr. Ouspensky.

En la Vía Directa primero examinamos nuestra experiencia y reconocemos que no somos el cuerpo. Luego vemos que no somos la mente ― no somos nuestros sentimientos, ni nuestros pensamientos, ni nuestras percepciones, recuerdos, etc.

Todas estas cosas van y vienen, pero nosotros no vamos ni venimos ― lo que realmente somos debe ser algo que no cambia. Por ejemplo, hay algo que estaba presente cuando éramos un bebé pequeño que es exactamente lo mismo ahora.

Finalmente llegamos a la conclusión de que lo que somos es simplemente el testigo de toda nuestra experiencia ―

en la terminología del Sistema [de Ouspensky] es el Observador del cuerpo, la mente y el mundo. Vemos que este Observador no es más que un vasto y vacío espacio transparente de conciencia. En lugar de sentirnos limitados en el tiempo y el espacio, reconocemos que yo, la conciencia, no experimenta ningún límite. Nos damos cuenta de que “no soy nada ― ninguna cosa“. Esto es lo que se describe tradicionalmente como iluminación o despertar.

Pero eso es sólo un punto a mitad de camino. La siguiente etapa ―

el camino de la inclusión― es examinar la relación entre el testigo (el observador) y el mundo. Después de haber mantenido el cuerpo, la mente y el mundo a distancia ahora les permitimos volver a la conciencia. Nos damos cuenta de que en realidad no hay separación entre lo que experimentamos ―la mente, el cuerpo y el mundo― y nuestro Ser. En lugar de percibir los objetos como si estuvieran a cierta distancia de nosotros “ahí fuera”, percibimos todo como estando infinitamente cerca.

Los maestros de la Vía Directa nos dicen que a su tiempo, a medida que pasamos cada vez más tiempo permaneciendo como nuestro verdadero Ser, nuestra comprensión de lo que realmente somos viene para impregnar nuestros pensamientos, sentimientos y relaciones en el mundo. Los viejos hábitos de pensamiento, sentimiento y acción que tienen sus raíces en nuestra creencia de que somos un ser separado se marchitan como una planta que ya no está siendo alimentada y regada. Nos damos cuenta de que “yo soy todo” ― puro conocer. La culminación de esta etapa se conoce como Auto-realización [realización del Ser o Sí-mismo].

La siguiente cita del Shankaracharya, describe estas dos etapas de una manera particularmente hermosa. La Vía Directa nos lleva a darnos cuenta de que esta descripción no es mera poesía ― es una descripción simple y directa de la comprensión y la experiencia que es accesible a todos nosotros todo el tiempo, cada vez que queramos:

“Si comienzas siendo lo que eres te darás cuenta de todo, pero para comenzar a ser lo que eres debes salir de lo que no eres No eres esos pensamientos que dan vueltas, girando en tu mente, no eres esos cambiantes sentimientos, no eres las diferentes decisiones que tomas y los diferentes deseos que tienes, no eres ese ego separado. Bueno, entonces, ¿qué eres? Descubrirás cuando hayas salido de lo que no eres, que las ondas en el agua te susurran “Yo soy Eso”, los pájaros en el árbol de mango te cantan “Yo soy Eso”, la luna y las estrellas brillan para señalarte “Yo soy Eso”: tú estás en todo en el mundo y todo en el mundo está en ti ya que sólo existe para ti porque se refleja en ti; y, al mismo tiempo tú eres eso ― todo.”

Anexo – Los conceptos equivalentes en el Advaita tradicional

Para aquellos que les gusta leer los diálogos del Shankaracharya en las grabaciones [Record] o publicaciones de la Study Society, vale la pena mencionar que hay un método de enseñanza dentro de la filosofía del Advaita descrito como “usar una espina para quitar otra espina”. Esto significa utilizar una idea que no es estrictamente verdadera para ayudar a eliminar las falsas creencias del estudiante (que son más erróneas que la “espina” utilizada para eliminarlas.) Pero esta “espina” debe ser también eliminada más tarde por otra “espina” menos incorrecta hasta que la verdad final sea comprendida.

La mente (Manas) piensa que el mundo es verdadero y le gusta vivir con ello en la ignorancia. Esta es una ilusión, y para curar esta ilusión se prescribe la disciplina. ¡Pero incluso esta disciplina no debe ser tomada como verdadera! La Verdad es que uno realmente es el Atman y el Absoluto, pero uno no sabe este secreto debido a la ignorancia. Una vez que te das cuenta de tu Verdadero Ser la disciplina también se vuelve inútil. Si tienes una espina en el pie, te la quitas con la ayuda de otra espina y ¡luego tiras ambas espinas después de usarlas! Así que, de alguna manera, incluso la disciplina es ilusión, pero esta ilusión servirá para deshacer la ilusión fundamental de la ignorancia.

[HH Record 1964: 7 de septiembre]

Así que en algunas tradiciones, en las primeras etapas de la enseñanza, el Param-Atman es presentado como si fuera un dios, y el Atman como “lo que es real dentro del estudiante”. Pero esto es dualista y es sólo una espina que luego debe ser eliminada si queremos comprender uno de los principios fundamentales del Advaita: tat tvam asi ― “tú eres eso”, o (Jiva) Atman = Param-Atman = Brahman. (De hecho los maestros de la Vía Directa también hacen uso frecuente del método de “una espina para quitar otra espina”, pero a diferencia de los maestros en el camino tradicional, dejan claro cuando están haciendo esto).

Vyatireka y Anvaya

De acuerdo con el Shankaracharya, hay dos pasos para llegar a esta experiencia y comprensión, llamados vyatireka y anvaya ― el método de la sustracción y el método de adición.

Todo está siempre unido pero debido a la ignorancia este proceso ha sido olvidado y tiene que ser puesto en marcha una vez más. En el texto védico se explica lo mismo al afirmar que hay dos formas de acercarse a la Unidad ― una es Anvaya y la otra es VyatirekaAnvaya es el camino a la unidad por la adición, Vyatireka es el camino por medio de la separación o sustracción, en el sentido de discriminación. Por lo tanto, descartando las cosas una detrás de otra se alcanza el Ser, ya que se encuentra al final de todo. Mediante la adición se llega a la idea de Samashti donde el Param-Atman prevalece, por lo que elijas el camino que elijas, en última instancia, llegarás al Absoluto, ya sea como el Param-Atman o como el Atman. Lo que le parezca útil a uno en un determinado momento, debe responder por cualquiera de estas dos formas, ya que uno puede ver que si la discriminación, el Verdadero Conocimiento, el Viveka, prevalece, entonces no hay separación de ningún tipo ― es el mismo Absoluto el que está disponible durante la meditación y también está disponible en todas partes en todo tipo de relación que nos encontremos en este mundo externo y manifiesto. No hay nadie más que encontrar salvo el Ser.

[HH Record, 1975: 22 de septiembre]

Jenny Beal fue miembro de la Study Society durante muchos años, donde estudió y practicó el Cuarto Camino (de Ouspensky) y aprendió el giro Mevleví (de los Derviches). Más recientemente, cuando conoció a su maestro Rupert Spira, reconoció su enseñanza de la Vía Directa como el Camino para el que había sido preparada y una vía sin esfuerzo hacia la felicidad que es nuestra verdadera naturaleza.

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