Preguntas y Respuestas sobre la Ilusión: KRISHNAMURTI 5/5 (1)

Pregunta: los individuos no tienen igualmente desarro­lladas sus capacidades. Si uno es capaz de comprender intelectualmente la Verdad, pero está ligado emocional o físicamente, ¿deberá abstenerse de ayudar a otros en su ca­mino hacia la liberación hasta que sea completamente libre?

KRISHNAMURTI: Haciendo la pregunta en otra forma: «¿Deberé yo, que no he alcanzado la liberación, ayudar a otro que también está en camino de alcanzarla? ¿Deberé evitar que otro caiga al suelo y sea aplastado en el camino cuando yo aún estoy en el camino? ¿Deberé ayudar a un hombre que marcha por la senda de la vida hacia la misma meta que yo; le deberé dar la mano o dejarle solo -. Tales preguntas demuestran que no tenéis idea de la verdad ni del medio de conseguirla ni de la liberación y la felicidad. Imagináis que existen fuera de vuestros semejantes, en alguna región lejana junto al mar o en las montañas. ¿Por qué creéis que yo empleo mi tiempo de la manera que lo hago? Sería mucho más fácil y cómodo retirarse a la sole­dad, como hizo Lao Tsé cuando alcanzó la liberación. Yo he sido un caminante en el sendero de la vida; y por haber pasado por ese camino sé que hay muchos que están luchando, y deseo ayudarlos. Sé muy bien que no han llegado. Si lo hubieran hecho estarían en paz. No me meto en lo que hacen los demás, ni trato de convencer a nadie de mi mensaje, de mi actitud, de mi autoridad; mas por estar los hombres presos en la aflicción, en jaulas de dolor, en limi­taciones de sufrimiento, los quiero libertar, o mejor dicho, quiero despertar en ellos el deseo total de destruir esas jaulas por sí mismos. Eso es lo que cada uno de vosotros tiene que hacer-llegar, y después ayudar. Esto no signifi­ca que no debáis ayudar mientras estéis en el proceso de llegar. Eso sería un modo egoísta de mirar la vida. Los hombres han construído muchos monasterios en el mundo por amor a sus diversos instructores, pero ninguno se ha construido por amor a la vida. Nunca podréis edificar mo­nasterios en la fuerte corriente de la vida.

 

Pregunta: ¿Cómo aprenderemos a enamorarnos de la vida, si no lo estamos? ¿Cómo aprenderemos a que nos agraden toda clase de experiencias, si no es así? ¿Cómo aprenderemos a no tener miedo, si lo tenemos?

KRISHNAMURTI: Admitiendo primero todas esas cosas y no tratando de eludirlas. En cuanto reconocéis que tenéis miedo, empieza a desaparecer. Pero cuando decís: « He desechado todo miedo>, engañándoos a vosotros mismos, todavía estáis presos en las garras del temor, Tan pronto como conocéis todas vuestras debilidades, las estáis ven­ciendo .. No necesitáis aprender cómo hay que enamorarse de la vida; ella misma os lo enseñará. Si no estáis enamora­dos de la vida, la vida os hará infelices y os obligará a ena­moraros de ella por la aflicción, por el dolor, por la soledad, al invitaros a sus libres aguas donde tendréis que luchar. Ese es el único modo de enamoraros de la vida, no repitiendo simples palabras a través de una máscara. Estas preguntas surgen porque os gusta repetir mis palabras, Estáis haciendo de mí una máscara que os sienta mal.

 

Pregunta: ¿Cómo puede realizarse de una manera per­fecta el Reino de la Felicidad en el mundo de los negocios? ¿O acaso el Reino de la Felicidad no significa necesaria­mente felicidad en las actividades del plano terreno? ¿No deberá entonces trascenderse éste por los hombres más bien que trasformarse?

KRISHNAMURTI: No estoy de acuerdo con esta insinua­ción. La felicidad, si no puede traducirse en términos de lo físico, no vale la pena de tenerse. ¿De qué sirve ser feliz cuando uno se muera? Cuando comprendáis lo que signifi­ca la verdadera felicidad, la podréis lograr aquí y ahora en las actividades diarias de nuestro mundo físico. Porque se­paráis el espíritu de la materia imagináis que el espíritu reside en alguna localidad desconocida, donde también debe estar la realización de la felicidad. Pero si esta felicidad de que yo hablo existiera puramente en el reino del espíritu y no pudiera realizarse en este mundo, no valdría la pena de poseerse. Yo digo que si se comprende bien se puede alcanzar inmediatamente. Si pensáis que la felicidad sólo puede lograrse en una esfera donde no reside más que el espíritu, descuidaréis y evitaréis lo físico. El resultado de esto lo podéis ver en la India, donde, buscando lo espiri­tual, no se ha hecho caso de lo material. Esta felicidad de que hablo debe trasformar el mundo, y no debe hallarse trascendiéndolo. Este mundo es en la actualidad la expresión de la vida en cautiverio, y si esa vida no se liberta de su esclavitud, no se podrán nunca resolver los problemas del mundo. Mientras la vida esté en cautiverio, las expresiones de la vida serán imperfectas.

 

Pregunta: ¿Qué me aconsejáis que haga para encontrar el camino de mi alma, de tal modo que pueda empezar a vivir en íntimo contacto con el Eterno Espíritu?

KRISHNAMURTI: Vivir. Que afrontéis los acontecimientos-no que tratéis de evitarlos, no que busquéis comodidades falsas y decadentes. Pensáis que la Eternidad está oculta en algún lejano lugar, pero está dentro de vosotros mismos y en todo lo que os rodea. Manteniendo en vuestro corazón lo Eterno es como el presente llega a ser como el perfume de una rosa.

 

Pregunta: Comprendemos mentalmente la enseñanza que dais, pero no con el corazón. ¿Cómo podremos realizar esa enseñanza en nuestras vidas?

KR1SHNAMURT: ¿Qué os puedo enseñar acerca del dolor, si no habéis sufrido? ¿De qué sirve que os hable de la felicidad, si no tenéis deseo ninguno de ella? ¿De qué vale que os hable del afecto, sí vuestro corazón no responde al amor? No puedo suministraros una medicina que al tragarla os dé súbitamente la comprensión. La comprensión llega cuando tenéis el deseo de descubrir, cuando estáis realmente sufriendo y buscando, cuando estáis en rebeldía inteligente contra todo lo que os rodea. No puedo enseñar a las gentes cómo han de vivir. No puedo trasformar una margarita en rosa. Pero puedo dar a la margarita el ímpetu, el anhelo de ser perfecta; y ese es mi propósito.

 

Pregunta: ¿Son deseables la perfección y la atención en el detalle en los asuntos corrientes de la vida para el que quiera seguir el sendero?

KRISHNAMURTI: ¿No debéis tener limpieza y pulcritud para encontrar comodidad en una habitación? Con una mente desordenada y un corazón inquieto no podéis comprender la vida. Si queréis reflejar el cielo tranquilo de una noche estrellada, debéis tener paz en vuestro interior.

No podéis pintar un gran cuadro sin aprender la técnica de la pintura, y para eso la perfección y la atención en los detalles son necesarias.

Decís «en los asuntos corrientes de la vida-: Otra vez dividís la vida en «corriente> y -extraordinaria-. Pero la vida es una; no podéis dividirla.

 

 

Pregunta: Hablábais de despertar la facultad creadora en el hombre. ¿Debemos entender que ese despertar en nosotros es el principio de nuestra plenitud?

KRISHNAMURTI: Seguramente. La facultad creadora puede existir sin forma. La creación no necesita tomar forma, porque ésta es una limitación. La creación sin forma es la última etapa. La facultad creadora expresada en la forma es el primer paso hacia la facultad creadora expresada sin forma. Por eso el comienzo de la plenitud de la vida está en la forma, que tiende gradualmente hacia el mundo sin forma. La vida toma forma con objeto de funcionar, pero hay una condición de la vida en que ésta no funciona; y esa condición puede llamarse Nirvana, o el Reino de la felicidad, o cualquier otro nombre que os agrade. Es un mundo de paz y serenidad absolutas, un mundo que trasciende las palabras. Esto no es misticismo ni ocultismo. No empecéis otra vez a dividir lo que yo digo en palabras, y a refugiaros tras esas palabras. Hablo de la vida; y lo que digo nada tiene que ver con las divisiones de la vida.

Al libertar la vida para expresar la facultad creadora, debéis crear formas por necesidad, pero vuestro deseo debe ser llegar a ese mundo donde no existe la creación de forma, sino únicamente la vida.

Un escultor, por ejemplo, si es un gran escultor, debe tener siempre en la mente la vida esencial sin forma. Experimenta con la forma, hasta que llega a esa condición en que ya no puede vivir la vida que ha realizado en la forma.

La mayor parte de la gente crea sin tener a la vista el objeto fundamental, y así queda capturada en su propia creación, prisionera en las redes de la forma. Si habéis de ser verdaderos creadores en la sombra de la eternidad, aunque estéis creando en lo manifestado, debéis tener siempre a la vista aquella visión de lo eterno; de otro modo vuestra creación no llevará el sello de la eternidad. Yo sostengo que la obra del Buda y del Cristo, y de todos los que han llegado a la plenitud de su vida, es despertar la vida sin forma en cada uno. La mayoría de las gentes necesita tener algo objetivo, algún objeto tangible con el fin de comprender la vida que representa; necesita leyes y reglas, dogmas, credos, religiones, apoyos, gurús, etc. Hay una vida que carece de forma y es eterna; ésa es la vida que yo he logrado, y de la que hablo.

 

Pregunta: ¿No seguisteis a un Gurú en vuestro camino hacia la liberación? Si es asi, ¿por qué es ello una muleta para nosotros, que aún estamos en el proceso para alcanzarla?

KRISHNAMURTI: Cuando yo seguía a un Gurú, si alguien me hubiera dicho que era una muleta, probablemente hubiera obrado de la misma manera que lo hacéis vosotros, y hubiera rechazado a la persona que me lo dijera. Yo sé por mí mismo que he llegado, y el conocimiento de ello no depende de autoridad ninguna fuera de mí. Como he llegado, he visto que hay un camino más corto, más directo para llegar. Y mi deber es mostrar a las gentes que, aunque yo he hollado sus caminos, y he pasado por sus limitaciones, y adorado en sus templos a sus dioses, y sustentado sus creencias, y practicado sus religiones y ritos, hay un sendero más sencillo, más directo, un medio más dichoso de comprender la vida, un modo más perfecto y más noble de vivirla.

Si yo os dijera: «tenéis razón al seguir vuestra propia senda, al permanecer en vuestras limitaciones-, no os ayudaría. Mas por haber yo seguido ese camino, por haber estado preso, amarrado en esas limitaciones, y haberme ahogado en ellas, deseo impedir que otros caigan en las mismas complicaciones. No las necesitáis. ¿No advertís a vuestro niño que no se aproxime al fuego para que no se queme? Si es tan necio que no hace caso de vuestro aviso, no podréis evitar que se queme; pero vuestro deber es avisarle para protegerle.

Cuando habéis seguido el estrecho y largo sendero a través de muchas vidas, de muchas limitaciones e ideas de adoración, y cuando al final llegáis y veis un camino más fácil y noble, ¿no incitaríais a todos a abandonar su camino estrecho, largo y complicado, y a seguir el sendero más directo? Eso es lo que yo hago. Que haya tenido un Gurú alguna vez, no significa que vosotros también debáis tenerlo. Cuando veis a un hombre cojo, no necesitáis poneros cojos para entender su cojera.

Yo sostengo que he encontrado aquella verdad que busca y anhela el mundo. He ido por la senda larga, pero desde el punto de vista de la llegada veo un camino más corto y más directo, un camino más gozoso y deleitable. V vosotros, desde vuestro punto de vista complicado y mezquino, decís: «Va que usted tomó el camino largo, también nosotros debemos hacerlo». Si deseáis dejaros caer por el precipicio a las tinieblas y volver a trepar otra vez hasta lo alto, debéis satisfacer vuestro gusto.

No se trata de guiaros; yo no quiero guiar a nadie-eso sería terrible. Lo que quiero hacer es despertar el deseo que os dará comprensión. Cuando verdaderamente hayáis comprendido, no traicionaréis ni rebajaréis la verdad. En el pasado, todos los discípulos rebajaron la verdad para que entendieran los inexpertos, y así la traicionaron. Yo deseo incitar a la gente a ir hacia la verdad por su propia fuerza. Un niño nunca se hará fuerte si siempre le conducís o le fomentáis el deseo de pegarse a vuestras faldas. Debéis animarle más bien a sostenerse por sus propios pies y a caminar por sí mismo.

Por que comprendo que seguir a otro es una debilidad, que un mediador no es más que un apoyo, y por haber desechado yo todos los apoyos, os digo: Existe un medio para que desarrolléis vuestra propia fortaleza y no necesitéis apoyos; existe un camino, por el cual, sólo con vivir, pensar y sentir podréis llegar sin ayuda de mediadores o gurús. Si seguís ese camino, os guiaréis siempre por la luz de la misma meta.

¿Por qué queréis la luz de una vela cuando tenéis la luz del sol? ¿Por qué queréis perfumes artificiales cuando tenéis el perfume verdadero? Decís: «¿No ha usado usted luz artificial?». Desde luego que he usado luz artificial en el pasado, pero ahora quiero mostraros el camino hacia la eterna luz que jamás varía ni se apaga.

Pregunta: Si una persona encuentra toda su felicidad en su apego a otra, ¿podrá esperar encontrar al Bienamado dentro de sí misma?

KRISHNAMURTI: Por supuesto. El afecto, aunque al principio sea personal, aumentará hasta un final glorioso. El afecto limitado es necesario para alcanzar el afecto sin limitación.

 

Pregunta: ¿Se puede alcanzar la meta en cualquier ambiente?

KRISHNAMURTI: Desde luego. Napoleón decía: < Un genio es una persona que trasciende su ambiente». Eso requiere educación. Si estáis contentos de vuestro medio y de vuestras pequeñas satisfacciones, nunca llegaréis. Pero si continuamente tratáis de romper vuestras ligaduras como el río que desborda su estrecho cauce y entra en el mar, entraréis finalmente en el océano de liberación.

 

Pregunta: ¿Es suficiente el deseo de hacer el bien para alcanzar la liberación?

KRISHNAMURTI: No, ciertamente. Alcanzáis la liberación cuando ya no estáis bajo el yugo de la experiencia. La experiencia implica limitación, y la liberación consiste en estar más allá de la limitación.

 

Pregunta: ¿Cuál es el primer paso con el fin de libertar la vida en aquellos que están presos en los grillos de su propia creación?

KRISHNAMURTI: Sembrar semillas de descontento. La gente queda presa en los grillos de su propia creación cuando está satisfecha de lo que ha hecho. El logro de la verdad, que es la felicidad, consiste en desechar siempre las cosas que se han recogido, y seguir adelante, sin quedarse nunca en un estado de comprensión. Por eso las religiones, sectas y órdenes embrutecen la vida. La religión es el pensamiento congelado del hombre; y cuando estáis presos en ella se embrutece vuestra vida, porque estáis contentos y os abruman las sombras de vuestra creación.

 

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