Una dama suiza, la señora J. C. S. Hick-Riddingh, preguntó: —¿Implica la Realización del Sí mismo poderes ocultos también?
M.: El Sí mismo es el Ser más íntimo y eterno, mientras que los siddhis son extraños. El primero requiere esfuerzo para adquirirlo, y los otros no.
Los poderes son buscados por la mente, que debe mantenerse alerta, mientras que el Sí mismo es realizado cuando la mente es destruida. Los poderes sólo se manifiestan cuando hay ego. El ego le hace a usted consciente de los demás, y en su ausencia no hay otros que ver.
El Sí mismo es más allá del ego y es realizado después de que se elimina el ego. La eliminación del ego le hace a uno inconsciente de los demás. ¿Có-mo puede surgir la cuestión de los demás, y dónde está la utilidad de los poderes ocultos para un Ser Autorealizado?
La Realización del Sí mismo puede estar acompañada de poderes ocultos o puede no estarlo. Si la persona ha buscado esos poderes antes de la Realización, puede obtener los poderes después de la Realización. Hay otros que no han buscado esos poderes y que sólo intentaron la Realización del Sí mismo. Ellos no manifiestan esos poderes.
Estos poderes también pueden ser buscados y obtenidos incluso después de la Realización del Sí mismo. Pero entonces son usados para un propósito definido, es decir, para el beneficio de otros, como en el caso de Chudala.
Sikhidhvaja era un rey piadoso. Su esposa era Chudala. Ellos recibieron instrucciones de un sabio. Como el rey estaba ocupado en la administración de su reino, no pudo poner en práctica las instrucciones, mientras que Chudala las puso en práctica y obtuvo la Realización del Sí mismo. Consecuentemente, ella parecía más encantadora que antes. El rey estaba sorprendido por el creciente encanto de ella y le preguntó al respecto. Ella dijo que todo el encanto se debía al Sí mismo y que él estaba notando solo el encanto de la Realización del Sí mismo en ella. El rey dijo que ella estaba tonta. Hubo grandes tapasvis que no pudieron realizar el Sí mismo, incluso después de largos períodos de tapas. Así pues, ¿qué podía haber para una mujer tonta que estaba todo el tiempo con la familia y en la vida del mundo? Sin embargo, Chudala no se ofendió, debido a que estaba firme en el Sí mismo y sólo deseaba que su marido realizara el Sí mismo y fuera feliz. Entonces ella pensó que, a menos que pudiera demostrar su valor manifestando algunos poderes extraordinarios, él no podría ser convencido y por eso empezó a buscar poderes ocultos y los obtuvo. Pero no se los mostró entonces. La asociación constante con ella volvió desapasionado al rey. Le empezó a desagradar la vida mundana y deseaba retirarse al bosque para hacer tapasya. Así pues, dijo a su esposa que quería dejar el mundo por el bosque. Ella se alegró con esa evolución, pero fingió estar muy preocupada por esta decisión poco amable. Entretanto, el desapasionamiento de él ganó en fuerza y decidió abandonar la casa, incluso sin el consentimiento de ella.
Una noche, cuando la reina dormía, él abandonó de repente el palacio de manera subrepticia y se retiró al bosque, en busca de algún sitio solitario en el que pudiera hacer tapas. Cuando la reina despertó, no encontró a su esposo e inmediatamente descubrió por sus poderes ocultos lo que había sucedido realmente. Ella se regocijó por la decisión de su marido. Llamó a los ministros y les dijo que el rey estaba atendiendo un asunto importante y que la administración debía proseguirse tan eficientemente como siempre. Ella misma administró el estado en ausencia del rey.
Pasaron dieciocho años. Entonces ella supo que el rey estaba listo para la Realización del Sí mismo. Así pues, ella se le apareció disfrazada como Kumbha, y demás. Él entonces realizó el Sí mismo y volvió al gobierno del reino con la reina.
La cuestión es que los poderes ocultos son también buscados y obtenidos para beneficio de otros por las personas Autorealizadas. Pero los sabios no son engañados por la posesión de esos poderes.
D.: ¿Usa el sabio los poderes ocultos para hacer que otros realicen el Sí mismo o para eso basta el mero hecho de su Autorealización?
M.: La fuerza de su Autorealización es mucho más poderosa que el uso de todos los demás poderes.
Puesto que no hay ningún ego en él, no hay ningunos otros para él. ¿Cuál es el beneficio más alto que puede darse a los otros? Es la felicidad. La felicidad nace de la Paz. La Paz sólo puede reinar donde no hay ninguna perturbación. La perturbación se debe a los pensamientos que surgen en la mente. Cuando la mente misma está ausente, hay Paz perfecta. A menos que una persona haya aniquilado su mente, no puede obtener paz y ser feliz. A menos que él mismo sea feliz, no puede dar felicidad a los otros.
Cuando no hay ninguna mente, él no puede ser consciente de otros. Así pues, el mero hecho de su Au-to-realización es suficiente para hacer felices a todos los otros.
D.: ¿Puede el samadhi venir e irse?
M.: ¿Qué es samadhi? Samadhi es naturaleza esencial de uno. Entonces, ¿cómo puede venir o irse?
Si usted no realiza su naturaleza esencial, su visión permanece obstruida. ¿Cuál es la obstrucción? Encuéntrela y elimínela.
Así pues, los esfuerzos de uno sólo tienen por objeto la eliminación de las obstrucciones que ocultan la visión verdadera. La naturaleza real permanece la misma. Una vez realizada, es permanente.
D.: Pero el señor Brunton dice que él tuvo un samadhi de una hora. Por eso hice la pregunta.
M.: Un practicante obtiene la paz de la mente y es feliz. Esa paz es el resultado de sus esfuerzos. Pero el estado real debe ser sin esfuerzo. El samadhi sin esfuerzo es el samadhi verdadero y el estado perfecto. Él es permanente. Los esfuerzos son irregulares y también lo son sus resultados.
Cuando se realice la naturaleza real, sin esfuerzo, permanente y feliz, se encontrará que no es incompa-tible con las actividades ordinarias de la vida. El samadhi obtenido con esfuerzos parece como una abstracción de las actividades externas. Así pues, una persona podría estar abstraída así o vivir libremente entre las gentes, sin detrimento para su Paz y Felicidad, debido a que ésa es su verdadera naturaleza o el Sí mismo.