Todo ESFUERZO es inútil, No intentes nada, sencillamente haz lo que debes 5/5 (1)

 

Maharaj con frecuencia exhorta a los visitantes en los siguientes términos:

Pueden hacer preguntas sobre lo que se ha dicho pero háganlo partiendo de un punto en el que no se identifiquen con el cuerpo.

Muchos visitantes se sienten desairados cuando la invitación a hacer preguntas se sujeta de este modo a una condición que les parece bastante  injusta. ¿Por qué insiste Maharaj en que el que interroga deje de identificarse con el cuerpo? La respuesta inmediata sería la siguiente: porque un objeto no puede pretender penetrar en su sujeto; es imposible para una sombra comprender la sustancia de la que es sombra.

Esto no implica, sin embargo, que sólo un ser realizado por completo pueda plantear preguntas. El ser realizado, un jñani, ¡no tiene ninguna pregunta!

Lo que Maharaj parece esperar de quienes lo escuchan es algo intermedio entre estos dos extremos. Como a menudo declara, obra bajo el supuesto de que quienes van a verlo no son sólo principiantes, sino que deben de haber trabajado ya bastante al respecto, de que no son mumukshus sino sadhakas. En otras palabras,

Maharaj espera que el que lo escucha no olvide que es la conciencia impersonal y no la estructura física en la que ésta se manifiesta. Espera que el acto de escuchar sus palabras tenga como base la apercepción directa, sin ninguna intervención del individuo conceptual, y con una comprensión clara de lo que pasa durante el proceso de hablar y escuchar.

A este respecto, Maharaj dice lo siguiente: Para que sea efectiva, la recepción de mis palabras debe ser tal que éstas penetren como una flecha. Le hablo a la conciencia, no al individuo.

Maharaj aconseja a quien lo escucha “apercibir de manera directa y olvidar de inmediato”; no usar sus palabras como plataforma para lanzar sus propios conceptos. Los conceptos, dice, surgen de los pensamientos y todos ellos juntos forman un fardo que se conoce como mente. “Pensar” significa “conceptualizar”, crear objetos en la mente, y esto es “esclavitud”. Las palabras, básicamente duales y conceptuales, son un obstáculo para la iluminación. Ellas tan sólo pueden ser útiles para el propósito efímero de la comunicación, pero después son una atadura. Liberación del pensamiento conceptual, eso es la iluminación, el despertar, el cual nadie puede “lograr” u “obtener” de otra manera. La iluminación no es una “cosa” que haya que adquirir en algún momento y en algún lugar. Y como flechas, las palabras de Maharaj penetran, provocando esta apercepción, ¡eso es la iluminación!

La reacción inmediata de los visitantes a la exposición anterior es preguntar:

Si no ha de haber “alguien” que adquiera alguna “cosa”, ¿qué se espera que hagamos nosotros?

Y la réplica de Maharaj, igualmente inmediata, es: ¿Quién es “nosotros”? Por lo general, la respuesta llega -si llega- tardíamente y con indecisión: ¿Quieres decir que “nosotros” es en sí parte del pensamiento conceptual, algo ilusorio por completo?

Al llegar a este punto, Maharaj repite lo que siempre está diciendo: Todo conocimiento es conceptual, y falso, por consiguiente. Debe haber una apercepción directa aunada a un abandono de la búsqueda de conocimiento. ¿Pero cuántos de ustedes lo harán? ¿Cuántos comprenderán lo que intento comunicarles?

¿Cuál es el propósito de todas mis pláticas? pregunta Maharaj.

Es hacer que comprendan, vean y tengan una apercepción de su verdadera naturaleza. Pero existe un impedimento que hay que eliminar primero; o, más bien, debe desaparecer un impedimento antes de que puedan ver y ser lo-que-es. Todo “pensamiento”, “conceptualización” y “objetivación” debe cesar. ¿Por qué? Porque lo-que-es no tiene ni la más mínima pizca de objetividad. Es el sujeto de todos los objetos y al no ser un objeto no es algo que pueda observarse. El ojo puede verlo todo, pero no a sí mismo.

A la pregunta “¿Qué tiene qué hacerse, qué esfuerzos debe uno realizar para dejar de conceptualizar?”, la respuesta de Maharaj es: Nada; ningún esfuerzo. ¿Quién va a esforzarse? ¿Qué esfuerzo hiciste tú para crecer de una diminuta célula de esperma a un bebé totalmente desarrollado en el vientre de tu madre?

Y, más tarde, ¿en qué te esforzarte para sentir tu presencia durante todos los meses en los que pasaste de ser un bebé indefenso a un niño? iY ahora hablas de “esfuerzos” que “tú” debes hacer! ¿Qué esfuerzo puede hacer un “yo” conceptual, ilusorio, por conocer su verdadera naturaleza? ¿Puede una sombra esforzarse por conocer su sustancia? La comprensión de nuestra verdadera naturaleza no requiere de ningún esfuerzo fenoménico. La iluminación no puede lograrse, ni forzarse. Tan sólo puede suceder, cuando se le da oportunidad de hacerlo, cuando desaparece la obstrucción que producen los conceptos. Sólo puede presentarse cuando se le da un espacio vacío dónde hacerlo. Si alguien más ha de ocupar este recinto, dice Maharaj, debo primero desalojarlo. Si lo está ocupando el “yo” conceptual, ¿cómo puede entrar la iluminación? Ha de desalojarse al “yo” conceptual y dar oportunidad a que la iluminación penetre.

Incluso el hecho de hacer un esfuerzo positivo por dejar de pensar como método para librarse de la conceptualización, es una práctica inútil, ¡como de hecho lo es cualquier tipo de “esfuerzo”!

El único esfuerzo útil es la apercepción instantánea de la verdad. Véase lo falso como falso y lo demás es verdadero. Lo que ahora se encuentra ausente, aparecerá cuando desaparezca lo que está presente ahora. Es tan simple como esto. La negación es la única respuesta

Extracto: El buscador es lo buscado, Ramesh Balsekar

Por favor puntúa este artículo