Quisiera a modo de reflexión proponer una discusión acerca de la naturaleza de la enseñanza de Krishnamurti y si esta es o no agnóstica.
Cuando escuchamos que Krishnamurti fue un agnóstico, debemos como mínimo examinar epistemológicamente esta palabra. Sencillamente la “a” al comienzo de “gnóstico” nos habla de un ser que rechaza el gnosticismo y a todos los grupos que afirman tener un conocimiento oculto o místico.
El motivo de este escrito está basado en sugerir que esto último, jamás podría ser aplicado a Krishnamurti, porque su actitud fue siempre tendiente a discutir la esencia del conocimiento, no de negarlo.
Lo que Krishnamurti discute o pone en tela de juicio es el valor de la información, no discute la veracidad de la información, no se detiene a confrontar ideas o creencias, avanza sobre ellas para determinar un punto donde la filosofía debe convertirse en servidora del ser, y esto sólo sucede cuando la dialéctica llega a su fin y se arrodilla humilde ante el silencio.
El valor de la información debe ceder al de la intuición, y entre ambas congeniar satisfactoriamente si se quiere entender el presente. Krishnamurti por su parte prioriza esta intuición
“La creencia oculta la verdad, creer en Dios es no encontrar a Dios, ni el creyente ni el no creyente encontraran a Dios, porque la realidad es lo desconocido.”
En síntesis, observación y memoria congenian en el discernimiento. Blavatsky personificó a la memoria, mientras que Krishnamurti a la observación.
La enseñanza de Krishnamurti vino a contrarrestar la acción de la memoria con la de la observación, en pos de liberar al hombre de las ataduras de la ignorancia. Es decir, y profundizando aún más, la ignorancia no sólo nace o puede nacer de la falta de memoria, sino también del uso reiterativo de la misma. Bajo este aspecto, todo grupo, reunido bajo una misma teoría o doctrina, hace las veces de apostolado de la memoria, de la repetición y por lo tanto de la ignorancia. Siendo así, cada grupo puede verse como retenido en limites cognitivos. Estos límites cognitivos son la propia membrana protoplásmica de la mente de un Ser que apadrina dicho grupo.
Para explicarlo de otra forma, si a un profesor lo hayamos católico, su enseñanza deberá ser por cierto con un matiz católico, siendo sus ideas tendientes a limitarse en un círculo común a todos los que profesan esa fe, es decir, sin importar que tema toque, sus conclusiones siempre rondaran un circulo de limitación de conciencia que es además, un circulo de conciencia grupal, una especie de conciencia colectiva que abarca ideas y emociones.
«El conocimiento no va a resolver nuestros problemas. Ustedes pueden conocer, por ejemplo, que la reencarnación existe, que hay una continuidad después de la muerte. Pueden conocerlo (no digo que lo hagan) o pueden estar convencidos de ello. Pero eso no resuelve el problema. La muerte no pude ser indefinidamente postergada por obra de la teoría de la información o de la convicción que tengan. Es mucho más misteriosa, más profunda, más creativa que eso. »
Adorar LA AUTORIDAD que marca el conocimiento o inclinarse ante la AUTORIDAD del conocimiento mismo.
A esto Krisnhamurti respondía así:
« Yo aprendo matemática, tecnología, etcétera, y por ese conocimiento llego a ser un ingeniero agrónomo y actúo. O salgo al campo, actúo y aprendo. En ambos casos hay una acumulación de conocimientos y un actuar desde esos conocimientos; el conocimiento se convierte en la autoridad.
Por otro lado, la vida de Krishnamurti es muy similar a la de Sócrates.
En aquella edad dorada de Grecia existían los sofistas que no se interesaban en descubrir la verdad sino más bien en embellecer sus discursos para lograr ciertos fines personalistas. Estas actitudes de aquellos sofistas denotaba la crisis moral en la que se había sumido la civilización de aquel entonces aunque en la apariencia Grecia un ejemplo a seguir como hoy puede serlo un EEUU donde vivió Krisnhamurti.
Sócrates y Krishnamurti por su parte, no definen al Ser, sino que lo cuestionan, tratan de ahondar en él, lo persiguen, lo buscan, lo acorralan y al fin lo liberan. No extraen un análisis del ser, no hacen un cuadro sinóptico del ser, ni tampoco lo eliminan, pero se detienen en él, cosa que los demás no hacen y para hacer eso deben exprimir la dialéctica, dejarla sin fuerzas, extremarla y por fin reducirla a nada, cosa muy distinta a lo que hacían los sofistas o hacen y siguen haciendo los gurúes, quienes “utilizan” la dialéctica, negocian con ella y la prostituyen.
Sócrates por su parte es el primero que da cuenta de su ignorancia “Solo sé que no sé nada” arguye. Y Krishnamurti por su parte niega todo conocimiento como revelación, pues considera que la revelación parte del conocimiento del propio “yo”, y esta es una cuestión capital, dado que el “Yo” la verdadera entidad solo puede conocerse a través del discernimiento y la acción, negando toda definición.
« En vez de indagar qué es la inteligencia, descubramos por nosotros mismos cuáles son los obstáculos impuestos a la mente, que impiden el pleno despertar de la inteligencia. Si yo les diera una explicación de lo que es la inteligencia y ustedes aceptaran mi explicación, sus mentes harían de ella un sistema bien definido y, a causa del temor, se deformarían para poder encajar en ese sistema. Pero si cada uno descubre por sí mismo los múltiples impedimentos fijados en la mente, entonces, por medio de la percepción alerta, no del autoanálisis, la mente comenzará a liberarse, despertando de este modo la verdadera inteligencia, que es la vida misma. »
Por lo tanto Krishnamurti afirma:
« Averigüemos que entienden ustedes por sabiduría y luego veamos si podemos encontrar esa sabiduría. ¿Qué entienden por sabiduría? ¿Esa es la meta de la vida? Si lo es y si conocen ustedes la meta, el propósito de la vida, entonces la sabiduría es lo conocido. ¿Puede uno conocer o adquirir sabiduría, o solo puede conocer hechos, adquirir conocimientos? El conocimiento y la sabiduría son, por cierto, dos cosas separadas. Uno podrá conocerlo todo acerca de algo, pero ¿es sabiduría eso? La sabiduría, ¿ha de ser adquirida poco a poco, vida tras vida? ¿Consiste la sabiduría en almacenar experiencias? La adquisición implica acumulación; la experiencia implica residuo. ¿Es sabiduría el residuo, la acumulación? » [15]
Mientras que Sócrates declara:
« Me parece atenienses, que solo el dios es el verdadero sabio, y que esto ha querido decir por su oráculo, haciendo entender que toda la sabiduría humana no es gran cosa, o por mejor decir, que no es nada; y si el oráculo ha nombrado a Sócrates, sin duda se ha valido de mi nombre como de un ejemplo y como si dijese a todos los hombres: “El más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada. » [16]
Sócrates fue considerado en su tiempo de corromper a la juventud y de introducir nuevos dioses, de hecho por esta última acusación fue sentenciado a beber la cicuta. Krishnamurti por su parte, también fue duramente criticado, en una plática en Buenos Aires se atestigua de lo que salía en los diarios de aquel entonces:
Por lo tanto el aporte de Krishnamurti negando el conocimiento, no está en contra del conocimiento sino a favor de él, pero de una manera más integral
Artículo mucho más ampliado en:
http://esoterismo-guia.blogspot.com.br/2014/01/krishnamurti-estudio-analisis.html