Mucho se habla de “vivir el presente”, de morar en el ahora, pero el caso es que la mayoria de las veces vivimos en el pasado, recordando lo que fué, haya sido agradable o no. Pero la Vida no es eso, la Vida es cambio, transformación, crecimiento, movimiento, por eso, cualquier intento por aferrar, “congelar” un momento para que no cambie nos trae aparejado el dolor de saber en nuestro fuero más intimo, que igual lo hará. Y a la vez, en un fuero más interior todavía, amamos el cambio, lo inesperado, lo novedoso y sorprendente, porque…¿qué sería la Vida si supieramos todo lo que nos va a pasar cada día de nuestra vida?, seguramente el tedio más insoportable que pudiéramos imaginar.
Por eso es que, como bien decía el sabio chino Chuang Tzu: “ Lo vivo es blando, suave, y lleno de colores, lo muerto es rigido, duro, y palido”.
Una vida ordenada, previsible, calculada, estructurada, medida, es la de una máquina sin vida, en la cual no hay lugar para lo nuevo, lo creativo.Y cuando quieres mantener todo igual, sin sorpresas, surge el miedo, y no hay nada que te haga más manipulable que el miedo, el temor al cambio, por eso, los garantes de tu ansiada estabilidad y previsibilidad son tus más acérrimos carceleros.
Por eso anímate y cambia, arriésgate y juega, permítete hacer uso de la libertad con la que naciste, la de dejarte sorprender por las cosas nuevas, como un niño que se deleita con el asombro…haz aquello que deseas hacer y no lo que se ajusta al plan, porque, cuando pasen los años, y hayas cumplido tu plan a pies juntillas, y te felicites por ello, ¿a quién le reclamarás cuando la prometida felicidad no esté allí como premio a tanto esfuerzo, y solo halles lo que siempre buscaste, estabilidad?.
Sé libre desde hoy, conviértete en un ser humano y …disfruta!!!!
Pablo Veloso