Apunte para el CONTEMPLATIVO 5/5 (6)

Hermano, el contemplativo no es el hombre que tiene visiones flamí­geras del querubí­n llevando a Dios en su carro imaginario, sino sencillamente el que ha arriesgado su mente en el desierto más allá del lenguaje y de las ideas, allí­ donde Dios se encuentra en la desnudez de la confianza pura, es decir, en la total entrega de nuestra pobreza y de nuestra condición inacabada para dejar de aferrar nuestras mentes en un nudo sobre sí­ mismas, como si el pensar nos hiciera existir.

El mensaje de esperanza que te ofrece el contemplativo es, pues, hermano, que no necesitas encontrar tu camino a través de la maraña del lenguaje y de los problemas que hay hoy en dí­a en torno a Dios, sino que tanto si lo comprendes como si no, Dios te ama, está¡ presente en ti, vive en ti, mora en ti, te llama, te salva y te ofrece una comprensión y una luz que no se parecen en nada a la que jamás hayas podido encontrar en libros o escuchado en sermones. El contemplativo no tiene nada que decirte salvo asegurarte que si te atreves a penetrar en tu propio silencio y te arriesgas a compartir esa soledad con otros solitarios que busquen a Dios a través tuyo, entonces recobrarás de verdad la luz y la capacidad de entender lo que está más allá de las palabras y de las explicaciones, porque está demasiado cerca como para ser explicado: es la unión Íntima en la profundidad de tu corazón, del espíritu de Dios y de tu propio ser más íntimo y secreto, de modo que tú y Él sois en verdad un solo Espí­ritu.

Thomas Merton

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