Êllam Onru – PAZ (4/6) 5/5 (1)

PAZ

1. ¿Qué es la Paz?. Cuándo un hombre está en sueño profundo, aunque el mundo continúe existiendo, ¿Tiene por él la menor preocupación?. Su mente está tranquila y reposada. Si puede conservar esta grado de calma y de reposo mental incluso cuando se encuentre en la actividad del mundo, entonces la Paz se habrá realizado.

 

2. ¿Puede permanecer así la mente, incluso cuando estamos enfrentados con el mundo?. Eso depende de nuestra manera de entender el mundo. La mente está más agitada si la despojan de la propiedad de uno mismo que si se trata de la de otra persona. La pérdida de un bien propio causa más preocupaciones que la de un bien ajeno. ¿Por qué?. Porque nuestra manera de valorar las cosas es la que determina el grado de placer o de ansiedad que nos proporcionan. Por consiguiente, si aprendiésemos a ver todo con una mirada igual, la mente permanecería en paz. La mente que sabe que los asuntos del universo sobrepasan su competencia, necesariamente se tranquiliza. De igual modo, si se tiene conciencia de no tener ya mas ninguna pretensión hacia cualquier cosa, o de que todas las cosas son perecederas, la mente permanece en calma. Así la Paz se instala permanentemente si se pone en todas las cosas una mirada ecuánime. La Paz depende de la manera como nuestra mente percibe las cosas.

 

3. Ilustración de lo que precede: un hombre se despierta después de haber soñado. Su mente estaba contenta, o molesta, según sus opiniones a propósito de las cosas vistas en el sueño; pero al despertar, su mente no esta afectada por todas las peripecias del sueño; permanece ecuánime. ¿Por qué?. Porque solo es en ese momento la mente se permite sopesar todos los elementos del sueño de manera igual. No se lamenta de que el sueño haya cesado, ¿Por qué?. Él sabe que el sueño no es eterno sino que debe de acabarse al despertar. Por lo mismo, si un hombre sabe que tarde o temprano no podrá mas que despertarse del largo sueño de la vida en este mundo, su mente se volverá inmutable. Es el estado de calma pura. Es el estado de Paz.

 

4. Este estado no significa para él, el fin de su relación con el mundo. Solos la paz y la calma de la mente le pertenecen. Sus actos tendrán que adaptarse a las circunstancias. El único cambio que ha ocurrido con la obtención de la paz mental es el siguiente: su mente a conocido la Verdad y ha realizado el desapego; por consiguiente, reposa apacible. Sus actos, aunque puedan ser variados, permanecen imparciales; pero los actos de los demás son cambiantes, sin poder mantener la imparcialidad. Es así que la calma de la mente aporta un bien enorme, no solamente a él mismo, sino también al mundo en general. La Paz indica la vía del justo comportamiento.

 

5. Un hombre camina, con una lampara encendida en la mano. ¿Puede plantearse alguna hostilidad entre la luz y los accidentes del camino?. Seguramente no. Sin embargo, la luz y la oscuridad no pueden coexistir. La luz despeja la oscuridad, revela los obstáculos del recorrido, y permite al hombre caminar prudentemente, subiendo, bajando, etc.
La luz de la lampara suprime la causa de quejas fútiles como: “mi pié ha chocado con un obstáculo”, o bien: “este hoyo me ha hecho tropezar”. Una vez la Paz ha sido realizada, el hombre no siente ni odio ni animadversión hacia el mundo. La Paz disipa las tinieblas que nos impiden ver la verdadera naturaleza del mundo y sus trampas. En ausencia de la luz de la Paz que permite adaptarse a las múltiples circunstancias, se condena al mundo, reprochándole de todos los sufrimientos, de la misma manera que uno se queja de los obstáculos del camino. Es por eso que un hombre que haya realizado la Paz Suprema después de haber conocido el mundo como un sueño complicado, no debe ser considerado como estando fuera del mundo y sin que le conciernan sus actividades. En realidad, es el único verdaderamente competente para ser un hombre de acción. Así, la Paz es el regulador de sus actividades.

 

6. El hombre en Paz puede preocuparse por lo que pasa en el mundo. Si él tuviese miedo, ¿Cómo podría ayudar a aquellos que consideran este mundo posesivamente y con avidez?. Ellos están bajo la influencia del egoísmo y carecen de toda noción de imparcialidad. Para guiar al ciego por un camino, o tratar la ceguera, es necesario ver claro. De igual modo, aquel que puede reformar el mundo es el que ha descubierto su propia naturaleza inmutable en relación a la naturaleza cambiante del mundo, y permanece en paz. Tales hombres no puede evitar ayudar al mundo. ¿Por qué?. ¿Puede alguien tener tan poco corazón hasta el punto de no coger a un niño que se ha caído?. Lo mismo podemos decir de los Sabios, capaces de comprender las dificultades del mundo, y que pueden ayudar a las personas. Porque se ha desapegado de lo mental y del cuerpo, el Sabio no se asusta por el esfuerzo que pide el servicio del mundo, lo mismo que cuando el principio vital ha dejado el cuerpo, este no sufre aunque pesados carros pasen por encima del cuerpo aplastándolo. El sabio no se desanimara ante el trabajo o las preocupaciones. Solo la Paz realizada efectivamente puede producir una tal entereza, y una tal calma.

 

7. En apariencia, la Paz puede dar una impresión de insulsez y de falta de vigor. En realidad, puede vencerlo todo. Ella sobrepasa todo en tenacidad y en coraje, y es de esas cualidades de las que depende el éxito. Incluso si el monte Meru (el eje del mundo según la Tradición) tuviera que moverse, el incidente apenas produciría una leve sonrisa en el hombre de Paz, incluso quedaría totalmente impasible.
Ese estado es precioso tanto para los asuntos que tienen que ver con el mundo, como los que tienen que ver con el espíritu. La verdadera felicidad en este mundo es la suya también, y esta felicidad brota tras el fin de la esclavitud. La Paz aporta el bien a cada uno; de todas las formas.

 

8. Los adversarios de la Paz son numerosos. Están ahí para probar al hombre. Cuando nos enfrentamos a ellos, debemos de permanecer vigilantes, y procurar que la flor frágil de la mente sea invadida por sus sombras. Si la flor de la mente se hecha a perder, perderá su perfume, su frescura y su color. Entonces será algo inútil, impresentable a los demás, y a Dios. Debes saber que tu mente es más frágil todavía que una flor. Es con la ayuda de esta flor que tus deberes hacia ti mismo, los otros y Dios, se realizan. Ella debe entonces preservar su frescura siempre y en todos los lugares. Toda bendición de la mente es obra de la Paz.

 

9. Que no cese la flor de tu mente de adorar a Dios en tu Si-Mismo. Deja que los aspectos caprichosos de tu mente sean testigos de esa adoración. Progresivamente, aprenderán a dejar sus juegos infantiles y querrán conocer la misma felicidad que tu. A fuerza de observar la Paz que está en ti, la mente abandonará sus caprichos. Tú no tienes mas que continuar pacientemente la adoración. No te dejes por tanto desviar por los caprichos mentales, por el contrario, son ellos los que serán finalmente pacificados por la Paz que está en ti. Todo debe de estar en Paz.

 

10. Una última palabra: la esencia de los Vedas es la Paz.
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ELLÂM ONRU (I) Todo es Uno, Srî Râmana Maharshi (1879-1950), lo citaba y lo recomendaba a menudo

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