El amor puro une al amante con el Amado, de tal manera que no se distinguen. El amor puro destruye toda otra afección y apegamiento a las criaturas, la mente del amante está fijada
en su amado y no pretende ya ni siquiera la independencia y separación de su alma. La indiferencia inerente a todo lo demás es absoluta, el bhakta no se pertenece, su amor lo ha consagrado y lo ha transformado. Su único sufrimiento es sentirse alguna vez separado de su amor, pero este mismo sufrimiento lo toma como una forma más de amor.
La unión común tiene aún resabio de egoísmo, mientras que los dolores de la separación, y en la separación, de quienes se saben uno, son no tan sólo la prueba del máximo amor, sino el
amor supremo, puesto que cuando la separación se sufre de tal modo, en el fondo hay una unión mayor que la absorción que parecería colmar el fuego del amor. El supremo amor se ali-
menta de la tensión, de la separación dentro de la unidad.”
Raimon Panikkar describiendo el amor de un Bhakti