La verdadera TRASCENDENCIA del yoga 5/5 (4)

El mundo material es un mundo de dualidad: a veces estamos sometidos al calor del verano y al momento siguiente, al frío del invierno. O a veces nos sentimos felices y al momento siguiente, desdichados. A veces nos ensalzan y a veces nos denigran. En el mundo material de la dualidad, no es posible comprender ninguna cosa sin comprender la opuesta. No es posible comprender lo que es el honor sin comprender lo que es el deshonor. Igualmente, yo no puedo comprender lo que es la desdicha si nunca he conocido la felicidad. Ni puedo comprender lo que es la felicidad si no he conocido la desdicha. Hay que trascender estas dualidades, pero mientras exista el cuerpo, las dualidades existirán también. En la medida en que alguien se esfuerza en salir de las concepciones corporales, no salir del cuerpo, sino de las concepciones, tiene que aprender a tolerar estas dualidades. En el capítulo segundo del Bhagavad-gitá, Kr~Dª explica a Arjuna que la dualidad de felicidad y desdicha se debe solamente al cuerpo. Es lo mismo que una enfermedad de la piel, o una picazón. No hay que perder la cabeza rascando simplemente porque pica. Nosotros no podemos perder la cabeza ni abandonar nuestros deberes sólo porque nos pican los mosquitos. Hay muchas dualidades que tenemos que tolerar, pero si la mente está fija en el estado de conciencia de Krsna, todas ellas nos parecerán insignificantes.

¿ Cómo es posible soportar estas dualidades?

jñána-vijñána-trptátmá kúta-stho vijitendriyali yukta ity ucyate yogi

sama-lostrásma-kdñcanali

“Se dice que una persona ha alcanzado la comprensión espiritual y recibe la denominación de yogi (o místico), cuando está totalmente satisfecha debido al saber y a la comprensión que ha adquirido. Esta persona ha alcanzado la Trascendencia y posee el control de sí misma. Para ella todo es lo mismo, ya sea oro, piedras o guijarros.” (Bg. 6.8.)

Jñána significa el saber teórico, y vijñána indica el saber práctico. Por ejemplo, un estudiante de ciencia debe estudiar las concepciones científicas teóricas al igual que la ciencia aplicada. El saber teórico sólo, no es bastante. Hay que ser capaz de aplicarlo. Lo mismo en yoga, no se debe tener solamente el saber teórico, sino también el práctico. Comprender solamente que “yo no soy el cuerpo”, y al mismo tiempo comportarse sin sentido, no servirá de mucho. Hay muchas asociaciones cuyos miembros discuten seriamente sobre la filosofía vedanta mientras fuman, beben y disfrutan de una vida sensual. No sirve para nada tener solamente un conocimiento teórico. Este conocimiento debe demostrarse. El que comprende realmente “yo no soy el cuerpo”, reducirá al mínimo sus necesidades materiales. Cuando se aumentan las exigencias físicas mientras se piensa “yo no soy el cuerpo”, ¿de qué sirve este conocimiento? Sólo se puede estar satisfecho cuando jñána y vijñána van codo con codo.

Cuando se ha alcanzado el nivel práctico de la comprensión espiritual, hay que entender que se ha alcanzado el yoga.

No es posible pasar la vida entera asistiendo a clases de yoga y siendo siempre el mismo; ha de haber comprensión práctica. Y ¿ cuál es el signo de esa comprensión práctica? La mente estará sosegada y tranquila y ya no la agitará la atracción del mundo material.

Así logrando el control de sí mismo, el brillo material no ejercerá ningún atractivo, y se ven iguales todas las cosas, ya sean guijarros o piedras, o bien, oro. En la civilización material, se han producido muchas cosas y objetos sólo para satisfacción de los sentidos. Estos objetos se producen bajo el título de progreso material. Para quien ha alcanzado el yoga, todos estos enseres son como desperdicios de la calle. Por otra parte:

suhrn-mitráry-udásinamadhyastha-dvesya-bandhusu siidhusv api ca piipesu

sama-buddhir visisyate

“Se dice que una persona es aún más avanzada, cuando mira a todos (al sincero bienqueriente, a amigos y a enemigos, al envidioso, al piadoso, al pecador y a aquellos que son indiferentes e imparciales) con la misma mente.” (Bg. 6.9)

Hay diferentes clases de amigos. Hay el suhrt, que por naturaleza es un bienqueriente y nos desea siempre el bienestar. Mitra indica el amigo corriente, y udásina es aquel que es neutral. En este mundo material, alguien puede ser mi bienqueriente, mi amigo, o ni amigo ni enemigo, sino neutral. Algún otro puede servir como mediador entre mis enemigos y yo, y en este verso, esa persona está calificada de madhya-stha. Alguien puede ver a unos como piadosos y a otros como pecadores, según su propia estimación. Pero cuando se ha alcanzado la Trascendencia, todos ellos, amigos, enemigos o lo que sean, dejan de existir.

Cuando alguien es verdaderamente instruido, no ve ni amigos ni enemigos, porque, en realidad, “nadie es mi enemigo, nadie es mi amigo, nadie es mi padre, nadie es mi madre, etc.” Todos nosotros no somos más que entidades vivientes que representan algún papel en el escenario, vestidos de padre, madre, hijos, amigo, enemigo, pecador y santo, etc. Es como una gran obra teatral, con muchos personajes representando sus papeles.

Sin embargo, en escena, una persona puede ser un enemigo o cualquier cosa, pero fuera del escenario todos los actores son amigos. Lo mismo, con nuestros cuerpos, estamos representando en el escenario de la naturaleza material, y nos atribuímos muchas designaciones unos a otros. Yo puedo estar pensando: “Este es mi hijo.” Pero en realidad yo no puedo engendrar ningún hijo. No es posible. A lo más, solamente puedo engendrar un cuerpo. No está en el poder de ningún hombre engendrar entidad viviente alguna. Por el solo contacto sexual no se puede engendrar ninguna entidad viviente. La entidad viviente debe ser colocada en la emulsión de secreciones. Tal es el veredicto del Srimad-Bhágavatam. Así pues, todas esas múltiples relaciones entre los cuerpos no son más que un drama teatral. Aquel que tiene verdadera comprensión espiritual y ha alcanzado el yoga en realidad, ya no ve esas distinciones corporales.

 

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