PROFUNDA ACEPTACIÓN 5/5 (3)

El despertar espiritual no es una meta a alcanzar en el futuro, porque el ‘futuro’ es sólo de la mente. No se trata de un destino fijo o final, ni tampoco de un estado reservado para gente especial o para los gurús iluminados. No es una experiencia fuera del cuerpo.

El despertar es la constante invitación a abrazarte, aceptarte a ti mismo exactamente como eres, hoy, en toda tu gloriosa imperfección. Es un profundo y ancestral llamado a abrirte radicalmente, a abrazar tanto el dolor como la alegría de la vida; a ser inmenso, lo suficientemente inmenso como para acoger la felicidad y el miedo, el dolor y el asombro, la risa y el profundo anhelo de ser libre.

Para incluir cualquier cosa que se manifieste ardientemente en un gran SÍ.

Para ser lo que eres. La vida misma. Despierta, viva.

acepta_no_resignacionEsta ‘profunda aceptación’ como la llamo, no es pasividad ni desapego espiritual, sino una honesta validación de la apariencia que nos ofrece la vida hoy. No significa renunciar a la posibilidad del cambio, porque todo cambio real emana del SÍ a este día. La relajación en medio del estado en que las cosas se encuentran, el sumergirnos en la escena de hoy, libera todos nuestros mañanas y es la fuente de toda creatividad, y de todas las respuestas genuinas.

Sin importar lo poderosa que sea la tormenta del pensamiento y las emociones, sin importar lo complicadas que parezcan estar las cosas, te invito a que hagas un alto, a que te detengas por un momento, y vuelvas tu atención al aquí-y-ahora, al suelo vivo de tu vida, el Único lugar en donde se da tu respiración en donde el corazón está latiendo… en donde las sensaciones bailan en y como el cuerpo… en donde aparecen los sonidos, quédate por un rato, y disuélvete en la pura presencia consciente… y en donde los rayos del sol atraviesan la ventana abierta… iluminando la habitación, la habitación que te acoge tal y como eres.

– Jeff Foster

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