Si bien todo parece, NADA ES y TODO ES al mismo tiempo 5/5 (1)

Sri Nisargadatta Maharaj decía que aunque se puede afirmar que el mundo aparece, no se puede decir que Es. Lo que Es tiene verdadera existencia, mientras que lo que sólo aparece no es real. El poder de Maya hace aparecer este mundo y nos engaña haciendo que lo tomemos por real poniendo la ignorancia como un velo sobre el Sí Mismo. En la ignorancia, usted olvida su verdadera naturaleza como Sí Mismo y se toma por una entidad separada entre muchas otras. Mientras permanece ignorante del Sí Mismo, no puede ver a través del engaño de la aparente creación. La Auto-indagación, que conduce al Conocimiento de Sí Mismo, remueve esta ignorancia y con ello la ilusión de existencia como entidad separada.
y añadimos a estas letras:

Hemos dicho que  el  Ser es  la  realidad última de  la  creación y que  está  presente en todos  los  estratos de  ella.  Está presente en  todas las  formas,  palabras,  olores,  sabores  y objetos de  tacto; en  todo  lo que  se  experimenta,  en  los  sentidos de  percepción y  en  los  órganos  de  acción,  en  todos   los  fenómenos,  en  el  que   hace y  en  la  obra hecha,  en  sodas las   direcciones: norte,  sur,  este   y  oeste; en  todo  tiempo: pasado, presente y futuro, está  uniformemente presente. Está presente delante del  hombre, detrás de  él y dentro de  él,  a su  izquierda y a su  derecha,  encima de  él,  debajo de  él y dentro de él. En  sodas partes y en  sodas las  circunstancias, el Ser, el constituyen- te esencial de  la  creación,  impregna sodas las  cosas.  Él  es  el Dios omnipresente para aquéllos que  Lo conocen, Lo entienden, Lo sienten y Lo viven  en  sus vidas.

 

La  totalidad de  la  creación es  el  campo de  la  conciencia en  diferentes formas y  fenómenos.  La  conciencia es  la  irradiación desde el centro del  Ser puro.  Por  ejemplo, la  corriente eléctrica llega  a  la  lámpara y se  esparce en  forma de  luz.  A medida que el  haz  se  aleja de  su  fuente,  su  intensidad disminuye hasta que  alcanza un  punto en  que  la  luz  puede decirse que  es  nula. De  la  misma forma, desde la  batería inagotable del  Ser, la conciencia de bienaventuranza se  irradia y a medida que  se  aleja de su  fuente su  intensidad disminuye. De  este  modo  la  conciencia de  bienaventuranza aparece en  sodas las  formas toscas y sutiles de la vida.

 

Aquellos cuyos  corazones y  mentes no  están cultivados,  cuya  visión está   limitada por  lo que  es  obvio,  sólo  ven  el valor  superficial de  la  vida.  Ellos no  descubren más que  cualidades de  materia y  energía.  No  perciben el  Ser inocente,  omnipresente  y sempiterno, cuya suave presencia está  más allá  de  cualquier grado   relativo de  ternura.  Ellos no  gozan del  Ser  todopoderoso en  su   estado inocente,  inmutable,  que está  más allá  de  la  fase  obvia  de  las  formas y fenómenos de  materia y energía, de  la mente y la individualidad.

 

El  Ser puro  es  de  naturaleza trascendental, debido a  su  condición de  constituyente esencial del  universo.  Es  más fino  que  lo más fino  en  la  creación.  Su naturaleza no es  estar expuesto a los  sentidos, los  cuales están concebidos para transmitir sólo  la experiencia de  la  realidad manifiesta de  la  vida.  Y no  está  expuesto,  de  forma obvia, a  la  percepción de  la  mente  porque la  mente está   en  sumo grado   relacionada con los  sentidos.  La  constitución de  la  mente es  tal  que,  para cualquier experiencia,  tiene  que  asociarse con  los  sentidos y  ponerse en  contacto con  el  mundo  exterior de las  formas y los  fenómenos.

 

La  experiencia muestra  que  el  Ser es  la  naturaleza esencial y  básica de  la  mente. Pero, puesto que  la  mente, de  ordinario, sigue armonizada con  los  sentidos, proyectándose hacia  afuera,  hacia  los   campos  manifiestos  de  la  creación,  no   acierta a apreciar su   propia naturaleza  esencial  o  fracasa en  el  intento,  exactamente  igual que   los  ojos  son   incapaces de  verse   a  sí  mismos.  Todo,  excepto los  ojos  mismos, puede ser  visto  a través de los  ojos.

 

Del   mismo  modo,  todas  las   cosas  están basadas  en  la  naturaleza  esencial  de  la mente,  que  es  Ser omnipresente; y sin  embargo,  en  tanto que  la  mente está  ocupa- da  en  el  campo  objetivo de  la  diversidad manifiesta, el  Ser no  es  apreciado  por  la mente,  aunque Él  es  su  misma base y constituyente esencial.  El  Ser está  en  la  raíz de  todo,  pero  es  como  si  estuviera sosteniendo la  existencia de  la  vida  y la  creación sin  ponerse a  Sí mismo al  descubierto. La  gran   dignidad, el  gran   esplendor de  Su naturaleza inocente,  todopoderosa,  omnipresente.

ilusionLibro: Tu eres Él __Andrew Vernon

Libro: La ciencia del Ser y el arte de vivir___Maharishi Mahesh yogui

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