Estás dormido. Sueñas. Imaginas, por ejemplo, que caminas junto a unos amigos por una senda que atraviesa un frondoso bosque, en ascenso hacia una colina donde luce el sol.
Observa. Es tu mente la que crea la escena completa de tu sueño -cada uno de los caminantes, el conjunto de árboles, el estrecho sendero y la cima iluminada-, y, sin embargo, tú te identificas sólo con uno de los personajes y consideras como ajeno todo lo demás. ¿Por qué estableces esa diferenciación en el paisaje único de tu mente? ¿No podría estar sucediendo algo parecido en nuestro estado de vigilia?
¿No es posible que nos estemos identificando con un personaje limitado, desgajado de su entorno, y que nuestra verdadera identidad sea la de una “mente” más profunda que está “soñando” ahora la totalidad del mundo?
Introducción LIBRO: Siendo Nada soy todo