Cuando vives en esta atención, dejas de pensar en hacer esto, en que suceda esto otro, o en que aquello otro desaparezca. Si, por ejemplo, te levantas por la mañana y te pones los calcetines aplicando al ponerte esos calcetines la misma atención que pones en seguir tu respiración sobre el cojín [meditando], tan sólo existe tu brazo moviéndose, la sensación del calcetín deslizándose por tu pie, la curva de tu cuello cuando te inclinas… Sin pensar en nada y volcándote absolutamente en ese tirar del calcetin, de repente, el mundo se abre. Surge una enorme avalancha de gozo sin razón aparente. Todo, en tu interior y en tu exterior, es engullido por ese calcetín deslizándose por los dedos de tu pie.
Sucede tan deprisa que eres incapaz de determinar la duración de ese instante. No hay siquiera la sensación de ti mismo tirando del calcetín.
Podría ser igualmente que el calcetín tirara de ti. Tú, el calcetín,tu pie, tu codo y el cuello os habéis evaporado en la acción misma. No es que desaparezcas fisicamente o hayas entrado en un estado alterado de conciencia. Sencillamente sucede que te has dejado caer en el puro gozo de unir la separación existente entre tú y el instante de tirar de tu calcetín.
Libro: El nirvana aquí y ahora