¿Por qué tenemos problemas en nuestra vida? 5/5 (3)

Los tenemos en profusión: problemas políticos, financieros, económicos, los problemas de una religión opuesta a otra, problemas a millares. ¿Qué es un problema y cuál es el significado de la palabra ‘problema’?

Según el diccionario, significa algo que le lanzan a uno, un reto, algo que uno tiene que encarar. No puedo esquivarle el cuerpo, ni escapar de ello, ni reprimirlo; está ahí como un pulgar inflamado. ¿Por qué es que durante toda nuestra vida, desde el momento en que nacemos hasta que morimos, tenemos problemas -con respecto a la muerte, al temor, a centenares de cosas? ¿Se están formulando esta pregunta, o yo la estoy formulando por ustedes? Tienen problemas desde el instante en que nacen. Van a la escuela -ahí tienen que leer, Escribir, y eso se vuelve un problema para el niño.

Poco tiempo después tiene que aprender matemáticas, lo cual se convierte en un problema. Y la madre dice: «haz esto y no hagas aquello», y eso también se vuelve un problema. Así, desde la infancia se nos educa entre problemas, los problemas condicionan nuestro cerebro; éste jamás se halla libre de problemas. A medida que crecen y se convierten en adolescentes, tienen el sexo, aprenden cómo ganar dinero, si deben o no seguir los dictados de la sociedad -todo esto se vuelve un problema. Y al Final, sucumben ustedes a la sociedad, al medio. Cada político en el mundo soluciona un problema y con eso crea otros problemas. ¿No han Advertido todo esto?

El cerebro humano -lo que está dentro de este cráneo- él mismo tiene problemas. ¿Puede, pues, el cerebro estar alguna vez libre de Problemas a fin de resolver problemas? ¿Entienden mi pregunta? Si el cerebro no está libre de problemas, ¿cómo puede, entonces, resolver problema alguno?

Esto es lógico, ¿verdad? Por lo tanto, nuestro cerebro, que carga con recuerdos, que ha adquirido un enorme conocimiento industrial, ha sido Alimentado, educado para tener problemas. Lo que nos estamos preguntando es si ese cerebro puede, primero, estar libre de problemas, de modo que después pueda resolver problemas. ¿Pueden ustedes, primeramente, estar libres de problemas? ¿O eso es imposible?

Nuestro cerebro está condicionado por las diversas y estrechas religiones; está condicionado por la especialización, por el medio en que vivimos, por nuestra educación, por la pobreza o la riqueza, por los votos que ustedes han tomado como monjes. (No sé por qué, pero los han tomado y eso se vuelve una tortura, un problema.) De ese modo, nuestros cerebros están extraordinariamente condicionados -como hombres de negocios, amas de llaves, etc. Y miramos el mundo desde ese estrecho punto de vista.

Hemos de investigar, pues, no sólo esta cuestión de que tenemos problemas, sino también qué es el pensar. ¿Por qué pensamos en absoluto? Existe un modo de acción diferente? ¿Hay una manera diferente de abordar la vida, de vivir lo cotidiano, que no requiera para nada del pensar? En primer lugar, tenemos que mirar juntos muy atentamente; tenemos que descubrir por nosotros mismos, y entonces actuar. Vamos, pues, a investigar eso.

¿Qué es el pensar? Si ustedes no pensaran, no estarían aquí. Han hecho arreglos para venir aquí por algún tiempo, y también han hecho arreglos para regresar. Eso es el pensar. ¿Qué es pensar filosóficamente? Filosofía significa amor a la verdad,amor a la vida; no significa aprobar algunos exámenes en la universidad. Descubramos, pues, juntos qué es el pensar.
Si ustedes no tuvieran memoria del ayer, ni memoria en absoluto de ninguna clase, ¿pensarían? Por supuesto que no -no pueden pensar si no tienen memoria, ¿verdad? ¿Qué es, entonces, la memoria? Uno hizo algo ayer, y eso se registra en el cerebro, y conforme a esa memoria uno piensa y actúa.

Recordamos a alguien que nos ha elogiado, o a alguien que nos ha ofendido diciendo cosas feas de nosotros. O sea, que la memoria es la consecuencia del conocimiento. Entonces, ¿qué es el conocimiento? Esto es más difícil. Todos acumulamos conocimientos; los grandes eruditos, los grandes profesores, los científicos, adquieren un conocimiento extraordinario. Entonces, ¿qué es el conocimiento? ¿Cómo se origina? El conocimiento llega cuando hay experiencia. Sufrimos un accidente de automóvil -eso se vuelve una experiencia.
De esa experiencia adquirimos conocimiento.

Y del conocimiento adquirimos la memoria. Desde la memoria, pensamos. ¿Correcto? Por lo tanto, ¿qué es la experiencia? Es ese incidente, el accidente de un automóvil, accidente que el cerebro registra como conocimiento.
Experiencia- conocimiento- memoria- pensamiento: esto es lógico, no es mi manera de considerarlo o la manera en que lo consideran ustedes.

Por consiguiente, toda experiencia, ya sea la experiencia de Dios o la propia experiencia personal, es limitada. Los científicos añaden a la experiencia más y más cada día, y lo que se añade es siempre limitado, ¿Verdad? Yo conozco poco y debo conocer más -estoy añadiendo. Nuestra experiencia de algo es siempre limitada, puesto que siempre hay algo más para añadirle. Por lo tanto, la experiencia, el conocimiento, son siempre limitados. En consecuencia, la memoria es limitada y, por ende, el pensamiento es limitado. ¿Correcto? Y donde hay limitación, hay división: el sikh, el hindú, el budista, el musulmán, el cristiano, el demócrata, el republicano, el comunista. Todos ellos se basan en el pensamiento y, por consiguiente, todos los gobiernos son limitados, toda nuestra actividad es limitada.

Ya sea que piensen ustedes de la manera más abstracta, o que traten de ser muy nobles, ello sigue siendo el pensar, ¿verdad? Por eso, desde esa limitada cualidad del pensar, como el pensar es siempre limitado, nuestras acciones son limitadas.

Ahora bien desde ahí uno empieza a inquirir muy cuidadosamente: ¿Puede el pensamiento tener su lugar correcto, y fuera de ahí o tener en absoluto ningún otro lugar? ¿Comprenden mi pregunta? ¿Existe, pues, una acción que esté libre de limitaciones? O sea que, siendo el pensar limitado, hemos reducido todo el universo a un asunto muy insignificante.

Hemos hecho de nuestra vida una cosa tan insignificante como el pensar: Debo ser esto, no debo ser aquello, debo tener poder. ¿Entienden? Hemos reducido la inmensa calidad de la vida a un asunto muy pequeño, trivial e insignificante.
¿Es, entonces, posible librarse del pensamiento? O sea: yo tengo que pensar para venir aquí; si soy un burócrata, tengo que pensar en términos de burocracia; si voy a la fábrica y ajusto tornillos, tengo que poseer algún conocimiento. Pero, ¿por qué debo adquirir conocimientos sobre mí mismo –el yo superior, el yo inferior, y todo eso? ¿Por qué tener conocimientos acerca de esas cosas? Es muy simple: se trata del interés propio. Sólo me intereso real- mente en mi propia persona. Podemos pretender la hermandad, podemos hablar de la paz, jugar con las palabras, pero somos siempre egocéntricos. Por lo tanto, de eso surge la pregunta: con este egocentrismo, que es en esencia egoísmo profundo, ¿puede haber cambio en modo alguno? ¿No podemos ser totalmente abnegados, actuar sin el yo? Así que tenemos que preguntarnos: ¿qué es el yo?

¿Qué es cada uno de ustedes aparte de su nombre y profesión, de sus votos, de seguir a algún gurú? ¿Qué es? O lo expondré de otro modo: ¿Es uno su nombre, es su profesión, es uno parte de la comunidad, parte de la tradición?

No repitan lo que dice el Gita, lo que dicen los Upanishads o lo que alguien dice; eso es inútil. ¿Qué es cada uno de nosotros realmente? ¿Es la primera vez que se les formula esta pregunta: qué es uno? ¿Acaso no es uno su temor, no es su nombre, su cuerpo? ¿No es uno lo que piensa que es, la imagen que uno ha construido de sí mismo? ¿No es todo esto? ¿No es su ira? ¿O acaso está la ira separada de uno mismo? Vamos, señores, ¿no son ustedes sus temores, sus ambiciones, su afán competitivo, su incertidumbre, su confusión, su codicia, su angustia, su dolor -¿no son todo eso? ¿O son ustedes algo mucho más elevado -el súper-yo, la conciencia superior? Si uno dice que tiene una conciencia superior, un yo superior, eso también forma parte del pensar; por lo tanto, lo que ustedes llaman el pensar superior, el yo superior, sigue siendo algo muy insignificante.

Por consiguiente, ¿qué somos nosotros? Yo digo que somos un Manojo formado por todo lo que produce el pensamiento.
Cualquier cosa que uno piensa, eso es uno. Podrá inventar toda clase de tonterías, pero también esa invención es lo que uno es. ¿Correcto? Todo eso reunido es lo que llamamos el yo, el mí mismo, mi ego, mi personalidad, mi yo superior, mi Dios. Y ‘yo’ invento todas
esas tonterías. ¿Y quién ha reunido todo esto? ¿O sólo hay una estructura única? ¿Quién ha dividido todo esto? ¿Quién ha dicho, soy hindú, soy musulmán? ¿Es meramente propaganda? ¿Quién ha creado la división entre países? ¿El pensamiento?
¿O es el deseo, el anhelo de ser identificado, de sentirse seguro?
Les estoy preguntando, muy respetuosamente, quién ha creado esta división. ¿Es el pensamiento? Por supuesto, pero detrás del pensamiento hay otra cosa. ¿Quién hace todo esto, aparte del pensamiento? ¿Cuál es el deseo, cuál es el impulso, el movimiento que está detrás? Es la seguridad, ¿no es así?
Quiero sentirme seguro, por eso sigo a un gurú. Quiero sentirme seguro en mi relación con otro, con mi esposa (ella es mi esposa), seguro, protegido, a salvo.
El deseo, el impulso, la respuesta, la reacción, es por la seguridad -tengo que estar a salvo, seguro.
Todos deseamos la seguridad, pero nunca nos preguntamos:
¿Existe en absoluto la seguridad? ¿Hay algún lugar donde uno pueda decir que está a salvo?
Uno desconfía de su mujer, la mujer desconfía de uno. Uno desconfía de su jefe, porque desea ocupar el lugar de éste. Para advertir todo eso basta el sentido común. Pueden reírse de ello ahora, pero cada ser humano
en el mundo desea tener un lugar donde pueda estar a salvo, seguro, donde no haya competencia, donde no lo empujen de todos lados, donde no lo molesten.

¿Acaso no desean todo eso ustedes? Pero nunca se preguntan: ¿Existe en modo alguno la seguridad? Si desean seguridad, también deben preguntarse si esa seguridad existe en absoluto.
Entonces surge la pregunta: ¿Por qué desea uno la seguridad?
¿Hay seguridad en nuestro pensar? ¿Hay seguridad en nuestras relaciones – con la esposa, con los hijos? ¿Hay seguridad en nuestro empleo?
Uno podrá ser un profesor y estar cuidadosamente protegido, pero hay profesores superiores a uno; entonces uno desea llegar a rector. ¿Dónde, pues, está la seguridad?
Puede que no haya seguridad en absoluto.
Sólo piensen en ello, señores, vean la belleza de ello -no tener deseo alguno de seguridad, ni impulso, ni sentimiento de ninguna clase en el que exista la seguridad. En nuestras casas, en nuestras oficinas, en las fábricas, en los parlamentos, etc., ¿hay seguridad? Puede que en la vida no haya seguridad; la vida es para ser vivida, no para crear problemas y luego tratar de solucionarlos. Es para ser vivida -y se extinguirá, hemos de morir. Ese es uno de nuestros temores: morir, ¿verdad?

Por lo tanto, ¿hemos aprendido esta mañana el uno del otro -no ayudado el uno al otro- hemos aprendido, hemos escuchado en modo alguno lo que ha estado diciendo quien les habla? ¿Han escuchado ustedes con el oído, han visto los hechos del mundo que es cada uno de nosotros? -porque uno es el mundo.

¿O son todas ideas? Hay una diferencia entre el hecho y la idea; la idea nunca es el hecho. La palabra ‘micrófono’ no es el micrófono, esta cosa que está frente al que habla. Pero nosotros hemos convertido la palabra en la cosa.

Krishnamurti

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