Rezar es aceptar y recordar las leyes del ser infinito, Dios, y calibrar todos tus actos, pasados, presentes y futuros, enfundan de Sus leyes.
Antes de empezar a rezar, pregúntate si en ese momento eres capaz de concentrarte. De lo contrario, no reces.
Los que convierten la oración en una costumbre, no rezan con sinceridad. El Talmud.
Si pides ayuda a Dios, después aprenderás a encontrarla en ti. Él no nos cambia, sino que nosotros cambiamos cuando nos acercamos más a Él. Todos le piden cosas, como si fuera su deber ayudarnos, pero al final acudimos a nuestros propios recursos. Jean-Jacques Rousseau.
Se sabe desde la antigüedad que la oración es una necesidad humana.
La gente utiliza distintos rituales durante la oración, tonos especiales en circunstancias especiales, en lugares especiales, en la forma que envían su mensaje a Dios y le piden que sea bondadoso.
Pero adoptemos una constante: durante una oración, olvídate de las cosas terrenales y dirígete a la parte divina de tu alma. Utiliza esta parte divina para comunicarte con aquello de lo que forma parte, y cuando te sientas cerca de Dios, entrégale tu alma y exprésale todos tus deseos y acciones. La oración no surge en función de las exigencias mundanas, sino de la parte divina de tu alma.
León Tolstoi
EN UNA CASCARA DE HUEVO
Cuando lográis salir de vuestro condiciona miento, sois hombres libres, sois sencillamente un ser humano. ¡Y esa es la verdadera libertad! Entonces no lleváis una corteza a vuestro alrededor. La cápsula se ha roto.
Cuando el pájaro está en el huevo, no puede volar… v esa es la situación. Cuando un hombre es hindú, alemán, inglés o estadounidense, está en una cáscara de huevo. No puede volar, no puede desplegar las alas, no puede emplear esa tremenda libertad que pone a nuestra disposición la existencia.
Hay una capa de condicionamiento sobre otra. Uno está condicionado como alemán, como cristiano, y así sucesivamente. Uno está condicionado como hombre y como mujer. No hablo de la diferencia biológica… esta es correcta, no tiene nada que ver con el condicionamiento; pero el hombre está condicionado como un hombre. Continuamente recordáis que sois un hombre, que no sois una mujer, que tenéis que comportaron como un hombre… que no debéis llorar, que no tenéis que permitir las lágrimas, que eso es femenino, que no se espera de vosotros. Eso es un condicionamiento, una corteza a vuestro alrededor.
Un hombre verdaderamente libre no es hombre ni mujer… no es que desaparezca la diferencia biológica, lo que desaparece es la diferencia psicológica. Un hombre libre no es negro ni blanco; no es que el negro se vuelva blanco ni el blanco negro: la piel sigue como estaba antes, pero el color psicológico ya no está.
Cuando todas estas cosas se desprenden, os quedáis sin cargas. Camináis treinta centímetros por encima de la tierra; la gravitación va no funciona para vosotros. Podéis abrir las alas v volar en cualquier momento, no hay limitación.
Osho