El conocimiento es auténtico conocimiento sólo cuando se adquiere gracias al esfuerzo del intelecto, no de la memoria.
Sólo cuando olvidamos lo que aprendimos, empezamos a poseer un conocimiento real. Henry David Thoreau.
Un constante flujo de pensamientos expresados por otras personas puede paralizar tus pensamientos y tu iniciativa… Por eso, el aprendizaje constante ablanda el cerebro… Paralizar la creación de tus pensamientos con el fin de hacer sitio a los pensamientos de otros libros me recuerda aquel comentario de Shakespeare acerca de que sus contemporáneos vendían sus tierras para ir a conocer otros países. Arthur Schopenhauer.
Un pensamiento puede impulsar tu vida en la dirección adecuada sólo cuando responde a preguntas formuladas por tu alma. Un pensamiento tomado prestado de otra persona, y después aceptado por tu mente y tu memoria, no influye mucho en tu vida, y a veces conduce en la dirección equivocada.
Lee menos, estudia menos, pero piensa más. Aprende, por mediación de tus maestros y los libros que lees, sólo aquellas cosas que realmente necesitas y deseas saber.
León Tolstoi
LOS VERDADEROS LADRONES
No hay nada que temer porque no tenemos nada que perder. Todo lo que puede ser robado no vale la pena, de modo que ¿por qué temer? ¿por qué sospechar? ¿por qué dudar?.
Estos son los verdaderos ladrones: la duda, la sospecha, el miedo. Destruyen vuestra misma posibilidad de celebración. Así que mientras estéis en la tierra, celebrad la tierra. Mientras dure este momento, disfrutadlo hasta la médula. Sacadle todo el jugo que os pueda dar y que está dispuesto a daros.
Debido al miedo pasáis por alto muchas cosas. Por el miedo no podemos amar, y si amamos, siempre es a medias. Siempre es hasta cierto punto y jamás va más allá. Siempre llegamos a un punto más allá del cual nos da miedo ir, así que nos quedamos anclados ahí. El miedo nos impide ahondar en la amistad. Por el miedo no podemos rezar.
Sed conscientes, pero jamás seáis cautos. La distinción es muy sutil. La conciencia no está enraizada en el miedo, pero sí la cautela. Uno se muestra cauto para no tener que equivocarse nunca, aunque así no se puede llegar muy lejos. El mismo temor no os permitirá investigar estilos de vida nuevos, nuevos canales para la energía, nuevas direcciones y nuevas tierras; no os lo permitirá. Siempre hollaréis el mismo sendero, una y otra vez, avanzando y retrocediendo, avanzando y retrocediendo. ¡Uno se convierte en un tren de mercancías!
Osho