Una mujer casada con un hombre borracho decidió llevarlo a visitar a un hombre docto para ver si éste era capaz de convencerlo para que dejara la bebida.
Una vez ante su presencia, el hombre sabio puso sobre la mesa dos vasos, diciendo al bebedor:
-Observa atentamente, uno de los vasos tiene agua y el otro alcohol. Verás lo que ocurre.
En ese momento sacó un gusano y lo metió en el vaso con agua y el animalito nadó de una lado para otro. Después sacó el gusano del agua y lo introdujo en el alcohol, donde al cabo de un rato estaba casi desintegrado.
-¿Qué te parece? -preguntó el sabio al borrachín. ¿Has visto los efectos que produce el alcohol?
-Desde luego, señor -contestó el aludido-, y le estoy muy agradecido, ahora sé que nunca me harán ningún mal los gusanos.
Del libro: Los mejores cuentos espirituales