La mentira siempre te acorrala cuando sale de tu boca 5/5 (5)

Un hombre: fue al mercado y llegó a una tienda donde vio un pollo colgado.

-¿Cuánto pesa? -preguntó al pollero.

-Dos quilos y medio -contestó.

-¿No tiene uno más grande? -volvió a preguntar el cliente.

-Voy a mirar -respondió el pollero.

El tendero sólo tenía aquel pollo, pero no deseaba perder la venta, así que entró en la trastienda y al minuto volvió con el mismo pollo en las manos.

-Señor, éste otro pesa tres kilos -anunció.

-Muy bien -dijo el cliente, satisfecho-. ¡Póngame los dos!

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