Por lo extensa de esta magna obra, 101 capítulos, voy a ir subiendo los audios en grupos de 10 capítulos por semana. Cada audio corresponde con un capítulo.
Aún así dejaré al final un enlace para descargarse el audiolibro al completo en MP3.
YO SOY ESO.
Es difícil tener cierto conocimiento de la NO DUALIDAD y no conocer esta obra y aún mas difícil no conocer a Nisargadatta Maharaj. No voy a adular a Nisargadatta siento que eso sería no haber entendido nada de lo que nos quiso hacer entender. Sus palabras desde luego gozaban de total espontaneidad, tanto como nunca antes se había observado. Habló desde una perspectiva tan elevada que solo escucharle hablar de lo absoluto hacía que ninguna otra cosa tuviera importancia. Muchos dirian que sus formas eran radicales, pero sincerandonos ¿cuantas formulas espirituales has aplicado en tu vida?, ¿Cuanto han servido?, ¿Es que no necesitas algo radical para cambiar tu naturaleza aquilosada por el ti mismo?.
Te dejo aquí algunos fragmentos de los capítulos 41 al 50
Extractos del CAP. 51
La mente existe en dos estados: como agua y como miel. El agua vibra a la mínima perturbación, mientras que la miel, por fuerte que sea la sacudida, vuelve rápidamente a la inmovilidad.
Yo tengo ahora 74 años, y a pesar de ello siento que soy un niño. Siento claramente que a pesar de todos los cambios, sigo siendo un niño. Mi gurú me dijo: Ese niño que incluso ahora tú eres, es tu ser real (swarupa). Vuelve a ese estado de ser puro, donde el «yo soy» está tranquilo en su pureza, antes de contaminarse con el «yo soy esto» o «yo soy aquello». Tu agobio se debe a falsas autoidentificaciones, abandónalas todas. Mi gurú me dijo: «Confía en mí. Yo te digo: tú eres divino. Considéralo como la verdad absoluta. Tu gozo es divino, tu sufrimiento también es divino. Todo viene de Dios. Recuérdalo siempre. Tú eres Dios, sólo se hace tu voluntad». Yo creí en él, y pronto comprendí lo maravillosamente verdaderas y exactas que eran sus palabras. No condicioné mi mente pensando: «soy Dios, soy maravilloso, estoy más allá». Simplemente seguí la instrucción de mi gurú, que era centrar la mente en el ser puro —yo soy—, y permanecer en él. Solía sentarme durante horas seguidas, sin otra cosa en la mente que el «yo soy», y pronto la paz, el gozo y el amor todo-abarcante se convirtieron en mi estado normal. En él todo desapareció: yo mismo, mi gurú, la vida que había vivido y el mundo que me rodeaba. Sólo quedó la paz y un silencio insondable.
Extractos del CAP. 52
Maharaj: Observe sus pensamientos como observa el tráfico de la calle. La gente va y viene; usted lo registra sin responder. Puede no ser fácil al principio, pero con algo de práctica descubrirá que su mente puede funcionar en muchos niveles a la vez y usted puede ser consciente de todos ellos. Sólo cuando pone interés en un nivel particular, su atención queda atrapada y usted apaga los otros niveles. Incluso entonces, en los niveles apagados el trabajo continúa, fuera del campo de la consciencia. No luche contra sus recuerdos y sus pensamientos; intente sólo incluir en el campo de su atención las otras cuestiones más importantes, como «¿Quién soy yo?», «¿Cómo es que nací?», «¿De dónde viene este universo que me rodea?», «¿Qué es real y qué es momentáneo?». Si deja de interesarse por él, ningún recuerdo persistirá; la conexión emocional es lo que perpetúa el cautiverio. Usted está siempre buscando placer y evitando el dolor, siempre tras la felicidad y la paz. ¿No ve que es precisamente la búsqueda de la felicidad lo que le hace sentirse desgraciado? Inténtelo de otro modo: indiferente al dolor y al placer, sin exigir ni rechazar, preste toda su atención al nivel en el que «yo soy» está intemporalmente presente. Pronto comprenderá que la paz y la felicidad están en la propia naturaleza de usted, y que sólo el buscarlas a través de algunos canales en particular crea la perturbación. Evite la perturbación, eso es todo. No hay necesidad de buscar; usted no buscaría lo que ya tiene. Usted mismo es Dios, la Realidad Suprema. En un principio, confíe en mí, confíe en el Maestro. Esto le permitirá dar el primer paso; luego la confianza quedará justificada por su propia experiencia. En todos los caminos de la vida, al principio la confianza es esencial: sin confianza poco puede hacerse. ¡Incluso el pan de cada día lo come usted en un acto de confianza!; recordando lo que le he dicho, usted todo lo conseguirá. Se lo digo de nuevo: Usted es la realidad todo-penetrante, todo-trascendente. Actúe en consecuencia: piense, sienta y actúe en armonía con el todo, y la experiencia real de lo que digo nacerá en usted inmediatamente. No es necesario ningún esfuerzo. Tenga fe y actúe de acuerdo con ella. Por favor, dése cuenta de que no quiero nada de usted. Hablo por su propio interés, pues por encima de todo, usted se ama a sí mismo, quiere ser feliz y sentirse seguro. No se avergüence de ello, no lo niegue. Amarse a sí mismo es natural y bueno. Sólo tiene que saber exactamente lo que ama. Lo que ama no es el cuerpo, es la vida: percibir, sentir, pensar, actuar, amar, esforzarse, crear. Esa Vida que usted ama, es usted, es todo. Vívala en su totalidad: más allá de todas las divisiones y limitaciones; y todos sus deseos se unirán en ella pues lo más grande contiene a lo más pequeño. Así pues, encuéntrese a sí mismo, ya que al encontrarse usted, lo encuentra todo. A todo el mundo le gusta ser. Pero muy pocos conocen la plenitud de ser. Usted puede llegar a conocerlo fijando la atención de su mente en el «yo soy», «yo conozco», «yo amo», con la voluntad de llegar al más profundo significado de esas palabras.
Pregunta: ¿Puedo pensar «yo soy Dios»?
Maharaj: No se identifique con ninguna idea. Si por Dios entiende lo Desconocido, entonces diga simplemente: «no sé lo que soy». Si conoce a Dios como conoce a su propio ser, no necesita decirlo. Es mejor el simple sentimiento «yo soy». More en él pacientemente. Aquí la paciencia es sabiduría; no tenga en cuenta el fracaso. En esta empresa no puede haber fracaso.
Usted quiere algo como un éxtasis permanente. Por necesidad, los éxtasis van y vienen, pues el cerebro humano no puede soportar la tensión durante mucho tiempo. Un éxtasis prolongado quemaría su cerebro, a menos que fuera extremadamente puro y sutil. En la naturaleza nada dura, todo vibra, aparece y desaparece. (…) Si usted busca lo Inmutable, vaya más allá de la experiencia. Cuando digo: «recuerde el ‘yo soy’ todo el tiempo», quiero decir: «vuelva a él repetidamente». El estado natural de la mente no puede ser ningún pensamiento en particular, sólo el silencio. No la idea de silencio, sino el silencio mismo. Cuando la mente está en su estado natural, espontáneamente vuelve al silencio después de cada experiencia o, más bien, toda experiencia ocurre sobre el fondo del silencio. (…) Todo ocurrirá por sí mismo. Usted no tiene que hacer nada, simplemente no lo impida.
Maharaj: Lo que usted necesita le llegará si no pide lo que no necesita. Sin embargo, muy pocos alcanzan ese estado de completo desapasionamiento y desapego. Es un estado muy elevado, es el umbral de la liberación.
Pregunta: Durante los dos últimos años me he sentido estéril, desolado y vacío y con frecuencia he pedido que me llegara la muerte.
Maharaj: Bueno, al venir aquí, los acontecimientos han comenzado a rodar. Deje que las cosas ocurran como ocurren; al final ellas mismas se ajustarán de una manera bella. No necesita estirarse hacia el futuro: él solo llegará. Durante algún tiempo más, seguirá usted como sonámbulo, como está ahora, carente de sentido y certidumbre; pero este período acabará y descubrirá que su trabajo es al mismo tiempo fructífero y fácil. Siempre hay momentos en que uno se siente vacío y extraño. Son momentos muy deseables, pues indican que el alma ha soltado sus amarras y navega hacia lugares distantes. Esto es el desapego: cuando se ha acabado lo viejo y lo nuevo todavía no ha llegado. Si usted tiene miedo, ese estado puede ser doloroso; pero no hay nada que temer. Recuerde: cualquier cosa que llegue, vaya usted más allá de ella.
Pregunta: La regla de Buddha: recordar lo que debe ser recordado. Pero me parece tan difícil recordar lo adecuado en el momento adecuado. ¡En mí, el olvido parece ser la regla!
Maharaj: No es fácil recordar cuando cada situación acarrea una tormenta de deseos y de miedos. El ansia nacida de la memoria también es la destructora de la memoria.
Pregunta: ¿Cómo tengo que combatir el deseo? No hay nada más fuerte que el deseo.
Maharaj: Las aguas de la vida golpean contra las rocas de los objetos, ya sean éstos deseables u odiosos. Elimine las rocas con el desapego y el discernimiento y las mismas aguas fluirán profundas y silenciosas, en mayor volumen y con mayor fuerza. No teorice al respecto, pero dedique tiempo a pensarlo y considerarlo. Si desea ser libre, no descuide el paso más próximo hacia la libertad. Es como escalar una montaña: es necesario dar todos los pasos. Un paso de menos, y no se alcanza la cima.
Extractos del CAP. 53
Pregunta: ¿Fuma usted?
Maharaj: Mi cuerpo conservó unos pocos hábitos que quizá continúen hasta que el cuerpo muera. No hay daño en ellos.
Pregunta: ¿Come usted carne?
Maharaj: Nací entre gente que comía carne y mis hijos comen carne. Yo como muy poca, y no hago un revuelo de ello.
Pregunta: Comer carne implica matar.
Maharaj: Obviamente. No presumo de ser coherente. Si usted piensa que es posible tener coherencia absoluta, demuéstrelo con el ejemplo. No predique lo que no practica.
Extractos del CAP. 54
A un príncipe que se cree mendigo, sólo puede convencérsele de un modo: tiene que comportarse como un príncipe y ver lo que le sucede. Compórtese como si fuera verdad lo que yo digo; y juzgue por lo que realmente suceda. Lo único que le pido es la poca fe que se necesita para dar el primer paso. La confianza llegará con la experiencia y ya no me necesitará a mí. Sé lo que usted es, y sé lo que estoy diciendo. Confíe en mí durante un tiempo. (…) Lo absoluto (avyakta) es.
Pregunta: La Realidad Suprema (Parabrahmam) tal vez esté presente en todos nosotros. Pero ¿de qué nos sirve?
Maharaj: Usted es como el hombre que dice: «Necesito un lugar para guardar mis cosas, ¿pero de qué me sirve el espacio?», o «necesito leche, té, café o soda, pero para qué quiero el agua». ¿No ve usted que la Realidad Suprema es lo que hace posible todas las cosas? Pero si pregunta para qué le sirve a usted, tengo que responder: para nada. El conocedor de lo real no tiene ventajas en los asuntos de la vida cotidiana; más bien está en desventaja pues al estar libre de codicia y miedo, no se protege a sí mismo. La idea misma del beneficio le resulta extraña; él aborrece la acumulación; su vida es un continuo compartir y darse a sí mismo.
Pregunta: Si no hay ventajas en lograr lo Supremo, ¿por qué molestarse?
Maharaj: Sólo hay molestias cuando usted se aferra a algo. Cuando no se aferra a nada, las molestias no aparecen. Abandonar lo inferior es ganar lo superior. Abandónelo todo y lo ganará todo. Entonces la vida se convierte en lo que debería ser: la pura radiación de una fuente inagotable. En esa luz, el mundo aparece como un sueño borroso.
Extractos del CAP. 55
Pregunta: En el sueño hay afectos que parecen reales y duraderos. ¿Desaparecen al despertar?
Maharaj: En sueños usted ama a unos y a otros no. Al despertar descubre que usted es el amor mismo, que los abraza a todos. El amor personal, por intenso que sea, invariablemente ata; el amor en libertad es amor a todos.
Pregunta: La gente va y viene. Uno ama a quienes conoce, no se puede amar a todos.
Maharaj: Cuando usted es el amor mismo, está más allá del tiempo y de los números. Amando a uno ama a todos, amando a todos ama a cada uno. Uno y todos no son excluyentes.
Pregunta: Usted también morirá.
Maharaj: Yo ya estoy muerto. En mi caso la muerte física no supone ninguna diferencia. Soy el ser intemporal. Estoy libre del deseo y del miedo porque no recuerdo el pasado ni imagino el futuro. Donde no hay nombres ni formas, ¿cómo puede haber deseo o miedo? Con la liberación de todos los deseos llega la intemporalidad. Estoy a salvo porque lo que no es, no puede afectar a lo que es. Usted se siente inseguro porque imagina peligro. Por supuesto, su cuerpo como tal, es complejo y vulnerable y necesita protección. Pero no usted. Una vez que perciba su propio ser inexpugnable, estará en paz.
La conciencia en-sí no conoce ni principio ni fin. Si lo piensa usted cuidadosamente y en profundidad durante un largo tiempo, llegará a ver la luz de la conciencia en toda su claridad y el mundo desaparecerá de su visión.
Extractos del CAP. 56
Por supuesto que vivimos en un mismo mundo. Sólo que yo lo veo tal como es, mientras que usted no. Usted se ve a sí mismo en el mundo, mientras que yo veo al mundo en mí mismo. Para usted, usted nace y muere, mientras que para mí el mundo aparece y desaparece. Nuestro mundo es real, pero la visión que usted tiene de él no lo es. No hay muro entre nosotros, salvo el creado por usted. No hay nada malo en los sentidos, su imaginación es la que lo confunde a usted, pues recubre al mundo tal cual es con lo que usted imagina que es: algo que existe independientemente de usted y que al mismo tiempo sigue los patrones heredados o adquiridos por usted. En su actitud hay una profunda contradicción que usted no ve y que es causa de desgracia. Usted se aferra a la idea de que nació en un mundo de dolor y aflicción. Yo sé que el mundo es hijo del amor y que su inicio, su desarrollo y su plenitud están en el amor. Sin embargo, yo incluso estoy más allá del amor.
Pregunta: Lo veo a usted sentado en casa de su yerno esperando a que sirvan la comida. Y me pregunto si el contenido de su consciencia es similar al mío, si es parcialmente diferente, o totalmente diferente. ¿Está usted hambriento y sediento como lo estoy yo, esperando más bien con impaciencia a que sirvan la comida o está usted en un estado mental totalmente diferente?
Maharaj: En la superficie no hay mucha diferencia, pero es muy distinto en el fondo. Usted se conoce a sí mismo solamente a través de los sentidos y la mente. Usted cree ser lo que éstos le sugieren. Al no poseer un conocimiento directo de sí mismo tiene meras ideas, todas ellas mediocres, de segunda mano, cosas oídas. Lo que usted cree ser, lo toma por verdadero; el hábito de imaginarse a sí mismo como algo susceptible de ser percibido y descrito es muy fuerte en usted.
Yo veo como usted ve, oigo como usted oye, saboreo como usted saborea, como igual que usted. También siento sed y hambre y espero que me sirvan la comida a su hora. Cuando estoy hambriento o enfermo, mi cuerpo y mi mente se debilitan. Todo esto lo percibo muy claramente, pero de algún modo no estoy en ello, me siento como si flotara sobre ello, distante y desapegado. Ni siquiera distante y desapegado. Hay distancia y desapego al igual que hay hambre y sed; también existe la consciencia de todo ello y un sentido de inmensa distancia, como si el cuerpo y la mente y todo lo que les ocurre estuvieran en algún lugar lejano del horizonte.
Maharaj: (…) Usted se identifica con todo con gran facilidad, para mí es imposible. El sentimiento: «Yo no soy esto ni aquello, ni nada es mío» es tan fuerte en mí, que tan pronto como aparece una cosa o un pensamiento, inmediatamente llega el sentido «esto no soy yo».
Pregunta: ¿Quiere usted decir que se pasa el tiempo repitiendo «esto no soy yo, aquello no soy yo»?
Maharaj: Por supuesto que no. Simplemente lo estoy verbalizando para que usted lo entienda. Por la gracia de mi Gurú comprendí de una vez por todas que yo no soy ni objeto ni sujeto y no necesito recordármelo a cada instante.
Pregunta: Me resulta muy difícil comprender qué quiere decir exactamente que usted no es ni el objeto ni el sujeto. En este mismo instante, mientras hablamos, ¿no soy yo el objeto de su experiencia, y usted el sujeto?
Maharaj: Mire, mi pulgar toca a mi índice. Ambos tocan y son tocados. Cuando mi atención está en el pulgar, el pulgar es el que se siente y el índice, el ser. Cambie el foco de la atención y la relación se invierte. De algún modo me doy cuenta de que variando el foco de la atención, me convierto en la propia cosa que miro y experimento la clase de consciencia que tiene; me convierto en el testigo interior de la cosa. Yo llamo a esta capacidad de entrar en otros puntos focales de la consciencia, amor; usted puede llamarlo como quiera. El amor dice: «Yo soy todo». La sabiduría dice: «Yo soy nada». Mi vida fluye entre ambos. Y puesto que en cualquier punto del tiempo y el espacio puedo ser ambos, tanto el sujeto como el objeto de la experiencia, lo expreso diciendo que soy ambos, que soy ninguno y que estoy más allá de ellos.
Extractos del CAP. 57
Pregunta: Se nos dice que varios poderes yóguicos surgen espontáneamente en el hombre que ha realizado su verdadero ser. ¿Cuál es su experiencia en estos asuntos?
Maharaj: El quíntuple cuerpo del hombre (físico, mental, etc) tiene poderes potenciales que van más allá de nuestros sueños más extraordinarios. No sólo el universo entero está reflejado en el hombre, sino que también el poder de controlar el universo está esperando ser usado por él. El hombre sabio no ansía utilizar dichos poderes salvo cuando la situación lo exige. El sabio encuentra las habilidades de la personalidad humana muy adecuadas para el vivir cotidiano. Algunos de los poderes pueden desarrollarse mediante un entrenamiento especializado, pero el hombre que despliega sus poderes sigue siendo cautivo. El sabio no considera nada como propio. Cuando en algún momento y lugar se atribuye algún milagro a alguien, él no establecerá ninguna relación causal entre los hechos y la gente, ni permitirá que se saque conclusión alguna. Todo sucedió como sucedió porque debía suceder; todo sucede como sucede porque el universo es como es.
Pregunta: El universo no parece ser un lugar feliz en el que vivir. ¿Por qué hay tanto sufrimiento?
Maharaj: El dolor es físico, el sufrimiento es mental. Más allá de la mente no hay sufrimiento. El dolor es simplemente una señal de que el cuerpo está en peligro y requiere atención. Del mismo modo, el sufrimiento nos avisa de que la estructura de recuerdos y hábitos que llamamos la persona (vyakti) está amenazada por una pérdida o un cambio. El dolor es esencial para la supervivencia del cuerpo, pero nadie nos obliga a sufrir. El sufrimiento se debe enteramente al apego o a la resistencia; es una indicación de nuestra renuncia a seguir adelante, a fluir con la vida. Del mismo modo que una vida sana está libre de dolor, una vida santa está libre de sufrimiento.
Pregunta: Nadie ha sufrido más que los santos.
Maharaj: ¿Se lo han dicho ellos o lo dice usted de su propia cosecha? La esencia de la santidad es la total aceptación del momento presente, la armonía con las cosas en el modo que suceden. Un santo no quiere que las cosas sean distintas de como son; él sabe que, considerando todos los factores, las cosas son inevitables. Es amigable con lo inevitable y por lo tanto no sufre. Puede que conozca el dolor, pero éste no lo alterará. Si puede, hará lo necesario para restablecer el equilibrio perdido, o bien dejará que las cosas sigan su curso.
Pregunta: Puede que muera.
Maharaj: ¿Y qué? ¿Qué gana él viviendo y qué pierde muriendo? Lo que nació debe morir; lo que nunca nació no puede morir. Todo depende de lo que él crea ser.
Pregunta: Imagine que usted cae mortalmente enfermo. ¿No le pesaría y lo sentiría?
Maharaj: Pero si yo ya estoy muerto, o, más bien, ni vivo ni muerto. Usted ve mi cuerpo comportándose del modo habitual y saca usted sus propias conclusiones. No admite que sus conclusiones no limitan a nadie salvo a usted mismo. La imagen que tiene de mí puede ser totalmente falsa. La imagen que tiene de sí mismo también es falsa, pero eso es problema suyo. Pero no necesita crearme problemas a mí para luego pedirme que los resuelva. Yo no estoy ni creando problemas ni resolviéndolos.
Extractos del CAP. 58
Pregunta: Usted dice que todo cuanto ve es usted mismo. También admite que usted ve el mundo como lo vemos nosotros. Aquí está el periódico de hoy con todos los horrores que están sucediendo. Puesto que el mundo es usted mismo, ¿cómo puede explicar este desastre?
Maharaj: ¿En qué mundo está pensando?
Pregunta: En nuestro mundo común, en el que vivimos.
Maharaj: ¿Está usted seguro de que vivimos en el mismo mundo? No me refiero a la naturaleza, el mar y la tierra, las plantas y los animales. Ellos no son el problema, ni tampoco el espacio sin fin, el tiempo infinito, el poder inagotable. No se deje engañar porque me vea comer y fumar, leer y hablar. Mi mente no está aquí, mi vida no está aquí. El mundo de usted, hecho de deseos y de la satisfacción de esos deseos, de miedos y de sus consiguientes escapes, definitivamente no es mi mundo. Ni siquiera lo percibo, excepto a través de lo que usted me cuenta de él. Es su mundo privado de ensueño, y mi única reacción ante eso es pedirle que deje de soñar.
Pregunta: Sin duda, las guerras y las revoluciones no son sueños. Las madres enfermas y los niños muriéndose de hambre no son sueños. La riqueza, mal ganada y mal usada, no es un sueño.
Maharaj: ¿Qué son, si no?
Pregunta: Un sueño no se puede compartir.
Maharaj: Ni tampoco el estado de vigilia. Los tres estados (vigilia, soñar y dormir) son subjetivos, personales e íntimos. Todos ocurren y todos están contenidos en la pequeña burbuja que hay en la consciencia, llamada «yo». El mundo real está más allá del yo.
Pregunta: Yo o no yo, los hechos son reales.
Maharaj: ¡Claro que son reales! Vivo entre ellos. Pero usted vive con fantasías, no con hechos. Los hechos nunca chocan entre sí, mientras que su vida y su mundo están llenos de contradicciones. La contradicción es la señal de lo falso; lo real nunca se contradice a sí mismo.
Por ejemplo, se queja de que la gente es terriblemente pobre. Sin embargo no comparte con ellos lo que tiene. Se preocupa de la guerra en el país de al lado, pero apenas si piensa en ello cuando ocurre en un país lejano. Las variaciones de su ego son las que deciden sus valores; el «yo pienso», «yo quiero», «yo debo» se convierten en absolutos.
Pregunta: Pero el mal es real.
Maharaj: No más real de lo que es usted. El mal radica en el enfoque incorrecto de los problemas creados por la incomprensión y el abuso. Es un círculo vicioso.
Pregunta: Es lo bastante real como para vencernos y crear miserias y atrocidades.
Maharaj: La demencia es universal. La cordura es poco frecuente. Sin embargo, hay esperanza, puesto que en el momento en que percibimos nuestra demencia, estamos en el camino hacia la cordura. Esta es la función del Gurú: hacernos ver la locura de nuestro vivir cotidiano. La vida nos hace conscientes, el maestro nos da conciencia.
Pregunta: Señor, usted no es el primero ni el último. Desde tiempos inmemoriales determinadas personas han estado irrumpiendo en la realidad. Sin embargo, ¡qué poco han influido en nuestras vidas! Los Ramas y los Krishnas, los Buddhas y los Cristos han ido y venido y nosotros estamos como estamos, revolcándonos en sudor y lágrimas. ¿Qué han hecho los grandes seres, de cuyas vidas fuimos testigos? ¿Qué ha hecho usted, señor, para aliviar la carga del mundo?
Maharaj: Sólo usted puede deshacer el mal que usted mismo ha creado, y en cuya raíz está su egoísmo insensible. Ponga primero su casa en orden y entonces verá que su tarea ya está cumplida.
Pregunta: Los hombres de sabiduría y amor que nos precedieron hallaron la verdad, a veces a un coste tremendo. ¿Cuál fue el resultado? Una estrella fugaz, por brillante que sea, no hace la noche menos oscura.
Maharaj: Para juzgarlos a ellos y sus tareas debe usted convertirse en uno de ellos. Una rana en el fondo de un pozo no sabe nada de los pájaros que vuelan en el cielo.
Pregunta: ¿Quiere usted decir que no hay barrera entre el bien y el mal?
Maharaj: No hay barrera porque no hay bien ni mal. En cada situación concreta sólo existe lo necesario y lo innecesario. Lo necesario es correcto, lo innecesario incorrecto.
Pregunta: ¿Por qué no prevalece la bondad?
Maharaj: En mi mundo real, prevalece. En mi mundo, incluso lo que usted llama el mal es el siervo del bien y por lo tanto, necesario. Es como las erupciones en la piel y las fiebres, que limpian el cuerpo de impurezas. La enfermedad es dolorosa, incluso peligrosa, pero si se trata adecuadamente, sana.
Pregunta: O mata.
Maharaj: En algunos casos la muerte es la mejor cura. La vida puede ser peor que la muerte, que con raras excepciones, no es una experiencia desagradable, sean cuales sean las apariencias. Por lo tanto, compadezca a los vivos, no a los muertos. Este problema de las cosas buenas y malas en sí mismas, no existe en mi mundo. Lo necesario es bueno y lo innecesario es malo. En su mundo lo placentero es bueno y lo doloroso es malo.
Pregunta: ¿Qué es lo necesario?
Maharaj: Crecer es necesario. Crecer todavía más es necesario. Dejar atrás lo bueno para lograr lo mejor es necesario.
Pregunta: ¿Con qué fin?
Maharaj: El fin está en el principio. Usted acaba donde empieza: en lo Absoluto.
Maharaj: Sacrifique voluntariamente lo imperfecto a lo perfecto y ya no habrá más discusión sobre lo bueno y lo malo.
Pregunta: Sin embargo, tenemos miedo de lo mejor y nos aferramos a lo peor.
Maharaj: Esa es nuestra estupidez, que raya en la demencia.
Extractos del CAP. 59
Extractos del CAP. 60
Pregunta: He tenido la suerte de tener compañía santa (satsang) toda mi vida. ¿Es ello suficiente para lograr la autorrealización?
Maharaj: Depende de lo que saque usted de ello.
Pregunta: Me dijeron que la acción liberadora del satsang es automática. Al igual que un río lo lleva a uno al estuario, la influencia sutil y silenciosa de la gente buena me llevará a la realidad.
Maharaj: Lo llevará al río, pero será usted quien deba cruzarlo. La libertad no puede ganarse ni mantenerse sin la voluntad de ser libre. Uno debe esforzarse por liberarse, lo menos que puede hacer es descubrir y eliminar los obstáculos diligentemente. Si quiere usted paz debe esforzarse por ella. No tendrá paz simplemente quedándose quieto.
Pregunta: Un niño sencillamente crece. No hace planes para crecer, ni tiene un patrón de crecimiento, ni crece a trozos, una mano aquí, una pierna allí; crece de forma integral e inconscientemente.
Maharaj: Porque está libre de la imaginación. Usted también puede crecer así, pero no debe dedicarse a proyectos y planes nacidos de la memoria y de la anticipación. Una de las peculiaridades del gnani es que no le preocupa el futuro. Su preocupación por el futuro se debe al miedo al dolor y al deseo de placer; para el gnani todo es bienaventuranza; es feliz con cualquier cosa que llegue.
Respuesta: Sin duda hay muchas cosas que harían desgraciado incluso a un gnani.
Maharaj: Un gnani puede hallar dificultades, pero no le harán sufrir. Llevar a un niño desde el nacimiento a la madurez puede parecer una tarea muy pesada, pero para una madre el recuerdo de las dificultades es un gozo. Nada está mal, con respecto al mundo. Lo que está mal es el modo en que usted lo mira. Es su propia imaginación la que lo engaña. Sin imaginación no hay mundo. Su convicción de que usted es consciente de un mundo es el mundo. El mundo que percibe está hecho de consciencia; lo que llama materia es la propia consciencia. Usted es el espacio (akash) en el que ese mundo se mueve, el tiempo en el que dura, el amor que le da vida. Corte de raíz la imaginación y el apego ¿y qué queda?
Pregunta: Queda el mundo. Quedo yo.
Maharaj: Sí, pero qué distinto es cuando usted puede verlo tal cual es, no a través de la pantalla del deseo y el miedo.
Maharaj: En mi mundo el amor es la única ley. Yo no pido amor, lo doy. Esa es mi naturaleza.
Pregunta: Tengo una larga vida detrás de mí y con frecuencia me pregunto si sus muchos acontecimientos ocurrieron por accidente (azar) o había un plan. ¿Había un patrón establecido antes de que yo naciera y según el cual he tenido que vivir mi vida? Si es así, ¿quién hizo ese plan y quién lo impuso? ¿Pudo haber errores y desviaciones? Algunos dicen que el destino es inmutable y que cada segundo de la vida está predeterminado; otros dicen que todo es accidente.
Maharaj: Puede tomarlo como guste. Puede distinguir un patrón en su vida o ver simplemente una cadena de accidentes. La finalidad de las explicaciones es complacer a la mente. No tienen que ser verdaderas. La realidad es indefinible e indescriptible.
Maharaj: Mi mundo es absolutamente libre; en él todo está determinado por sí mismo, por ello digo que todo sucede por sí mismo. También hay orden en mi mundo, pero no viene impuesto desde fuera. Se produce espontáneamente y de forma inmediata, pues es intemporal. La perfección no está en el futuro: es el ahora.
Agradecemos a TONI del BLOG,”Sois Dioses sois Inmensos” por estos extractos.
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