Tu dios es una proyección adaptada a tu creencia 4.8/5 (5)

Chuang Tzu tiene razón cuando dice: «Lo fácil es lo correcto» y «Cuando el zapato es el que corresponde al pie, se olvida el pie». Y cuando te adaptas tan profundamente a la vida, las dudas, la incredulidad, desaparecen. Esta medida adecuada del zapato es la confianza. Entonces surge una fe que no es una creencia.

Surge una fe que no necesita de ningún Dios en el que creer.

Es por eso que los budistas no hablan acerca de Dios. El budismo realmente alcanza el núcleo más profundo de la religión, y la gente como Sosan es rara. Su comprensión es perfecta, total. La totalidad ha entrado en su comprensión. No necesitan un Dios, porque: «¿Para qué un Dios? ¿No es suficiente con la existencia? ¿Para qué personificarla? Todo lo que tú hagas será exactamente igual que tú; será una proyección. Así que todos los dioses son proyecciones».

Cuando los hindúes hacen un dios… Mira a su dios, es sencillamente una proyección de la fisiología hindú (la nariz, los ojos, la altura, todo). Fíjate en el dios de los japoneses, fíjate en el dio de los negros, puedes darte cuenta de que tan sólo son las proyecciones de nuestras propias mentes. Si los caballos tuvieran sus dioses no podrían ser hombres, serían caballos. ¿Puedes imaginarte que el Dios de los caballos fuera como un hombre? ¡Imposible! Los dioses de los caballos serán caballos. Si los árboles tuvieran dioses, estos serían árboles.

¿Qué son tus dioses? Tus proyecciones. Y ¿por qué proyectas? Porque quieres estar protegido. Sin un Dios te siente desamparado, solo, vacío; quieres que alguien te ayude.

Al pedir ayuda, tú mismo te estás creando sufrimiento. Ahora ocurrirá lo contrario. En todo momento sentirás que Dios no te escucha; estás llorando y rezando y él no te escucha. En todo momento sentirás que, a pesar de que has hecho todo por tu parte, no se te da lo que te corresponde.

Los santos, los mal llamados santos, siempre se quejan porque han renunciado al mundo y todavía no han llegado al estado de bienaventuranza. Son célibes, pero todavía las flores no han caído sobre ellos. Y han hecho esto y aquello, tienen una larga lista, han hecho muchas cosas, pero Dios todavía está tan lejos como siempre. Ellos no confían, todavía están luchando contra la vida. No permiten que la vida ocurra a su propia manera. Tienen que imponer sus propias ideas a la vida; eso es desconfianza.

Desconfianza significa que tienes que imponer algunas ideas. Te crees más listo que la propia vida. Eso es desconfianza, eso es incredulidad. Quieres imponerte a ti mismo.

Libro. El libro de la nada

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