¿Te has sentido culpable por NO RECICLAR?, Lee esto… 5/5 (2)

Aquellos que tengáis cierta edad recordareis que las botellas de cerveza, agua, gaseosas, refrescos eran retornables. Para los más jóvenes eso consistía en que la primera vez que comprabas unas cervezas, comprabas las botellas + el líquido. A partir de entonces cada vez que ibas a comprar cervezas tenías que devolver las botellas vacías, ya que si no te las volvían a cobrar.
La botella devuelta era enviada a la fábrica donde se limpiaba, desinfectaba y se volvía a utilizar (esto si era ecologico).
El mismo camión que traía las cervezas, se llevaba las botellas vacías en su viaje de regreso.

Ahora el circuito de moda para esto que antes era tan simple es el siguiente:

  • Se compra la cerveza + la botella.
  • La cerveza se bebe y la botella que compras unas y otra vez se tira al contener de vidrio.
  • Vienen los de la basura y se llevan el contenedor a la planta de reciclaje de vidrio ubicada en un complejo llamado Ecopark, eufemismo moderno para el tradicional basurero.
  • Se descarga el material en inmensas montañas.
  • Se pasan por una cinta transportadora y un gigantesco imán separa los restos metálicos.
  • Luego un ejército de operadores separa el vidrio verde del incoloro, así como plásticos, papeles y todo lo que no sea vidrio que se haya “reciclado” por error.
  • Mediante cribas se separa el vidrio en trozos de tres tamaños: pequeños, medianos y grandes.
  • Los trozos grandes y medianos son pasados por máquinas trituradoras para convertirlos en pequeños.
  • A medida que se tritura hay que separar los trozos de etiquetas que van cayendo mediante otra instalación de aspiración y filtrado.
  • A la final el vidrio se almacena.
  • Viene un camión y lo carga para transportarlo una segunda vez, esta vez hasta la planta de fabricación de vidrio.
  • El vidrio reciclado se vuelve a fundir en uno de los procesos industriales que más energía gasta emite por tonelada producida aparte del Acero y el Cemento.
  • La fábrica produce una nueva botella.
  • Pasa otro camión (y ya van tres) a recogerla para llevarla a la embotelladora.
  • La embotelladora la llena para enviarla de nuevo al super y vuelta a comenzar.

Esta es la ecología que existe detrás de substituir un simple proceso de reutilización por otro de “reciclo” donde hay tres veces más transporte, una planta de reciclado con un montón de operarios y que también consume energía y ni hablar del exabrupto energético que implica volver a fundir el cristal cada vez que se va a utilizar, como si el Petróleo fuese gratis. Esta es la gran ecología que existe detrás de este montaje.

Nadie puede ser tan estúpido. ¿ Por que ?

Porque genera negocios, el dinero se mueve y el PIB aumenta mientras nos dedicamos a resolver un problema que hace cuarenta años se encontraba parcialmente resuelto. Hoy lo volvemos a resolver mediante una gigantesca complicación que a la final gasta más recursos y energía. Pero el PIB sube.

 

Si de verdad lo que persiguieran los gobiernos fuese la ecología, lo primero que tendrían que hacer es ponerle un impuesto exagerado a todos los envases no retornables.
En los países del norte de Europa le aplican un impuesto de 0,6 Euros/litro.

Es decir: una botella de agua de cinco litros paga tres Euros de impuesto, eso sin el agua, el envase el transporte y los márgenes de toda la cadena de distribución.
De esta forma el agua embotellada en plan no retornable se convierte en un artículo de lujo y las personas se llevan su botella de vidrio para devolverla en el super cuando compran una nueva. Como se hacía hace décadas.

“reciclar”…
Una especie de lavado de conciencia que a la vez ofrece oportunidades de negocio a todo aquel que tenga el oportuno “enchufe” en los gobiernos de este mundo.

Y para agregar agravio al insulto entonces lo enseñan en la escuela, como si saber cual color de cubo de basura es para qué tuviese algo que ver con sostenibilidad y ecología

¿Como hemos llegado a semejante situación tan estúpida?:

como siempre la historia nos da las respuestas.

Durante la segunda guerra mundial se desarrolló en los Estados Unidos una inmensa industria de envases no retornables que eran consumidos por las tropas. Esa guerra aparte de dejar a Europa cubierta de casquillos de balas, también la cubrió de latas vacías, botellas y envoltorios de comida.
Una vez acabada la guerra viene la pregunta: ¿ ahora qué hacemos con esto ?.

Hasta ese entonces era costumbre utilizar envases retornables por lo que tanto cervecerías como fabricantes de bebidas gaseosas debían de estar cerca de sus consumidores, existía poca competencia nacional debido a la logística de recogida de envases.
Los grandes fabricantes vieron en los envases no retornables la oportunidad de poder competir a lo largo y ancho del país sin preocuparse del retorno, por lo que las grandes cervecerías y fabricantes de bebidas se aliaron con American Can Company (principal fabricante de latas) y con Owen Illinois (principal fabricante de botellas) para comenzar con la orgía de envases no retornables.

La reacción de los gobiernos estatales ante semejante atentado a la salud pública y a los servicios de recogida de basuras no se hizo esperar y ya en 1954 estos envases fueron prohibidos en el estado de Vermont.

Entonces la American Can Company, Owen Illinois, Coca Cola, Pepsico y la asociación de fabricantes de cervezas se unieron para crear una campaña maquiavélicamente denominada “Keep America Beautiful”.

La campaña culpabilizaba del problema de tanta lata y botella tirada por todas partes a las personas que las tiran (que es cierto) , pero casualmente no mencionaba al que las fabrica e inunda el mundo de ellas, que también tiene su parte importante de culpa.

Gastaron cientos de millones en publicidad por radio, televisión y medios escritos “concienciando” al pueblo de la necesidad de “no ensuciar”. Inclusive llegaron a repartir millones de contenedores de diferentes colores para poner en la cocina: ¿ a que suena familiar ?.

El lema utilizado era: “Las personas son las que contaminan….las personas lo pueden parar”, equiparando al que tira una lata o una botella con un traidor a la patria o alguien que no quiere a su mamá, mientras las plantas de American Can y Owen Illinois operaban en tres turnos vomitando decenas de millones de botellas y latas no retornables al día. Emanuel Goldstein estaría orgulloso.

Fueron más de veinte años de machacona campaña donde traspasaron a las personas y a los políticos la responsabilidad sobre tanta basura, les hicieron creer que ensuciar o no ensuciar era una cuestión personal o de civismo, mientras que la producción masiva de cosas no retornables o desechables y sobre todo la práctica cotidiana de la obsolescencia planificada en todo lo que se produce nunca fue cuestionada.

Fueron ellos mismos los que establecieron las bases del movimiento ecologista liberal (eufemismo para ecologista gilipollas) que hoy domina el pensamiento del reciclado. De esta forma se desmarcaron del problema, culpabilizaron a la ciudadanía llamándolas poco menos que cerdos y transfirieron el problema a los diferentes gobiernos municipales y sus servicios de recogida de basura a la vez que sus beneficios aumentaban astronómicamente al quedarse con el negocio de las empresas locales que si tenían que recoger sus botellas.

Estos envases tenían que haberse prohibido taxativamente, son un atentado contra el medio ambiente, el consumidor y los presupuestos de los servicios de basuras. Lo que pasa en USA pasa en Europa diez años después.

 

Pregúntense el por qué se hace tanto énfasis en el reciclado y tan poco énfasis en la obsolescencia planificada; práctica de uso generalizada en la industria donde la totalidad de lo que hoy día se produce se encuentra diseñado para ser tirado a la basura al poco tiempo.

¿Por qué no se prohíbe todo tipo de envases no retornables ?,

Si de verdad queremos ahorrar recursos y generar menos basura este es el camino.

Extracto de: http://joanfliz.blogspot.com.es/2012/10/el-engano-del-reciclaje-y-el-negocio.html

 

 

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